Egan, Nairo, Rigo: la feria de vanidades del Tour Colombia
Las tres estrellas del ciclismo nacional convierten la presentaci¨®n de la carrera en un concurso de popularidad en la plaza Bol¨ªvar de Tunja
![Presentaci¨®n del equipo Movistar, con Nairo a la derecha, en Tunja.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/V4W3NEQDY5FILC5X3DVTYGLIP4.jpg?auth=b75ab4bd9feba6611e00d633e9f8f573cdda049e881f136097f4ab0bedd9405c&width=414)
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
Cuatro a?os despu¨¦s, una pandemia y varias crisis por medio, el Tour Colombia vuelve a disputarse (seis etapas, de martes 6 a domingo 11, de Paipa a Bogot¨¢ por Boyac¨¢, Cundinamarca y la Sabana) y el domingo antes de anochecer la presentaci¨®n de los equipos en la hermosa plaza Bol¨ªvar, de Tunja, se transforma en una peque?a feria de vanidades cuando suben las estrellas al escenario en persecuci¨®n de una fama que pasa volando. Compiten Nairo Quintana, el hombre de la casa, que retorna a la competici¨®n en la ciudad en la que naci¨®, y lo hace justamente el d¨ªa que cumple 34 a?os; Egan Bernal, el ni?o maravilla de Zipaquir¨¢, cuando se cumplen dos a?os del accidente que a poco le cuesta la vida y le obliga a una rehabilitaci¨®n interminable, y el paisa Rigo Ur¨¢n, un personaje de novela que ha sabido como nadie inventar la mejor manera para relatarse, para construirlo. Solo el venerado sprinter ingl¨¦s Mark Cavendish, la gran figura extranjera, puede disputarles alguna aclamaci¨®n. Despu¨¦s de recaudar aplausos y v¨ªtores, y medir internamente su peso en la afici¨®n, pasan todos por una segunda tribuna, donde les reciben dirigentes federativos y pol¨ªticos, y despu¨¦s, se abrigan un poco ¨Cla brisa fr¨ªa barre la plaza cuando el sol se pone¡ªse abrazan y besan con sus familias, y desaparecen.
Una banda de troveros improvisa unas coplas, unas rimas, y al o¨ªr su nombre, el viejo Patrocinio Jim¨¦nez, pionero en el Tour del 83 y en el Teka de entonces, se emociona y tan duro como es hasta suelta una l¨¢grima a la sombra de la estatua del Libertador que inici¨® en Boyac¨¢ la pelea por la independencia.
No tan sorprendentemente como podr¨ªa parecer estando en territorio del Nairo que regresa del exilio, la competencia de popularidad no la gana el local, ni tampoco lo hace Egan, el ¨²nico colombiano que ha llegado a Par¨ªs de amarillo en el Tour de Francia, en 2019, sino que se impone Rigo, y la gente corea su nombre y ¨¦l habla como habla siempre, acelerado y gracioso, y todos r¨ªen. ¡°Colombia es un pa¨ªs de novelas¡±, explica un colega periodista. ¡°Y la m¨¢s vista en la televisi¨®n estos meses es la que cuenta la vida de Rigo¡±. Las peripecias del chaval pobre de Urrao, en Antioqu¨ªa, hijo de un vendedor ambulante de loter¨ªa muerto en un episodio de la violencia que domin¨® el pa¨ªs en los a?os 90, que se hace ciclista y se casa con la hija del m¨¢s rico de su ciudad, dominan la conversaci¨®n en los hogares y causan desaliento en algunos periodistas deportivos, que desear¨ªan escribir cosas serias y se ven obligados por sus jefes a escribir de los problemas que asaltan a la suegra de Rigo, por ejemplo, en v¨ªsperas de la emisi¨®n del cap¨ªtulo correspondiente. Rigo, el m¨¢s veterano de todos (acaba de cumplir 37 a?os), es el ¨²nico que ha dado el salto de ser famoso por ser ciclista a ser famoso por ser ¨¦l mismo, y ya no le importa tanto su carrera ciclista, a la que le queda un a?o, que su popularidad, y los reels descacharrantes y tiernos con los que alimenta su Instagram se hacen virales al segundo de ser posteados.
![Nairo Quintana](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YRIEG2QD65GSDBVMNCATYKQCZA.jpg?auth=4ba4b41700ffd94a0e041c12829ae586ec215199291451dc411127e8351fc1af&width=414)
Queda en segundo lugar el retorno del exilio del chico del pueblo, de Nairo, vetado un a?o, una sanci¨®n encubierta con forma de pacto de caballeros, en el pelot¨®n del WorldTour por tomar tramadol, un analg¨¦sico opi¨¢ceo. Y lo que no pudieron ni sus rivales ni las monta?as, hacerle temblar, lo hizo la imposibilidad de correr con los mejores, como es su derecho, hasta que lo rescat¨® el Movistar, el equipo al que hizo grande y con el que se engrandeci¨®.
Nairo es el padre de la generaci¨®n que se agota. Hace 11 a?os ya Nairo Quintana reaviv¨® la fe ciclista en Colombia, dormitante desde los tiempos de Lucho Herrera y Fabio Parra, a finales de los 80. El campesino de Tunja, Boyac¨¢ profundo, peque?o y duro, un debutante de 23 a?os, compiti¨® valiente de t¨² a t¨² contra todo el Sky y su Chris Froome intocables. Termin¨® segundo, mejor escalador, mejor joven. Y cuando regres¨® a Colombia habl¨® del proceso de paz, y de los problemas de los campesinos de su tierra, y recorri¨® en bicicleta los territorios a¨²n heridos por las luchas entre la guerrilla, el ej¨¦rcito, los paramilitares, los pueblos reci¨¦n liberados, y estos d¨ªas habla de los incendios forestales que queman la Colombia seca por el cambio clim¨¢tico, y pide a la gente conciencia.
La nairoman¨ªa, que se acrecent¨® un a?o despu¨¦s, en 2014, cuando Nairo fue el primer colombiano que ganaba el Giro de Italia, arrop¨® a una generaci¨®n de ciclistas, Chaves, Ur¨¢n, Egan, Higuita, Gaviria, Superman L¨®pez, Dani Mart¨ªnez, envidia de todo el mundo, y hasta Dave Brailsford, el ingeniero del Sky, lanz¨® una OPA para, mediante un equipo patrocinado por el gobierno colombiano, poder controlar a todo el talento que surgiera de la tierra en la que el ciclismo es el deporte rey. No cuaj¨® su idea. Jim Ratcliffe, el millonario del Ineos, le dio lo que quer¨ªa, y despu¨¦s, llegaron los a?os duros del ciclismo colombiano.
En un mercadillo instalado alrededor de la plaza, se venden y casi se agotan productos marca Rigo (Go Rigo Go!), camisetas, maillots, pantalonetas, bicicletas y marca Nairo Quintana, gorras, chompas, camisetas, nikis y bolsas de caf¨¦ ilustradas con su foto en maglia rosa.
Es el ciclismo colombiano de ahora, el deporte m¨¢s popular de la tierra, ciclistas que regresan y ciclistas que se despiden, y una fanaticada incansable y sedienta de nuevas figuras. Y un nuevo joven, Diego Pescador, de Quimbaya, Quind¨ªo, en el eje cafetero,19 a?os cumpli¨® en diciembre, escalador que asombra por su intensidad y fuerza y su necesidad de estar en fuga, un Pogacar a la moda colombiana, y anhela seguir su huella, llenar ya su vac¨ªo con su sombra, y se siente capaz. Y ser¨¢, as¨ª lo quiere Colombia, un nuevo Nairo, un nuevo Egan, un nuevo Ur¨¢n.
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