Alaphilippe responde a su patr¨®n con una victoria en solitario en la etapa del Giro

Patrick Lefevere es un patr¨®n de la vieja escuela, pero no se puede generalizar, porque en la vieja escuela hay gente de todo tipo. Pertenece a ella Eusebio Unzue, que comenz¨® su carrera como director a bordo de un Seat 124, que es ahora un veh¨ªculo cl¨¢sico, y el navarro es un hombre cabal, que no acostumbra a la desmesura; tambi¨¦n es de la vieja escuela Mauro Gianetti, pero el jefe suizo de Tadej Pogacar es, igualmente, un se?or discreto, aunque sonr¨ªa abiertamente con cada victoria de su pupilo.

Los hay que abandonaron hace tiempo, como Jos¨¦ Miguel Echavarri, que no hac¨ªa declaraciones, sino que relataba par¨¢bolas, o lanzaba enigmas, como aquel, ante un grupo de periodistas, en Madonna di Campiglio, Giro de 1999, con un sol espl¨¦ndido, ni una brizna de viento y un cielo despejado: ¡°Parece que viene tormenta¡±. Media hora m¨¢s tarde, esos mismos informadores se agolpaban en el hotel Touring. Pantani hab¨ªa sido expulsado por exceso de hematocrito.

Pero en la viejas escuela tambi¨¦n hay una facci¨®n de directores sin filtro, como el franc¨¦s Marc Madiot y, sobre todo, el belga Patrick Lefevere, que encabeza la peligrosa divisi¨®n de los bocazas. No sabe morderse la lengua, o tal vez no lo haga para evitar envenenarse. Pisa todos los charcos y salpica, claro, a los dem¨¢s. ¡°?Un equipo femenino? Con el debido respeto, yo no soy un centro social¡±, dijo en 2021, y recibi¨® una colleja de la Uni¨®n Ciclista Internacional. Tras fichar, a principios de la presente temporada, a Gianni Moscon, implicado en diversos incidentes, incluso alguno de tinte racista, apunt¨® que prefer¨ªa, ¡°a alguien con car¨¢cter que a una oveja que solo dijera que s¨ª a todo¡±.

El a?o pasado se volvi¨® a enfrentar con la UCI, genio y figura, despu¨¦s de contratar un helic¨®ptero como hab¨ªan hecho otros equipos con sus l¨ªderes, para evacuar a Remco Evenepoel de la cima del Gran Sasso. Los dem¨¢s eludieron la pol¨¦mica, pero Lefevere respondi¨®. ¡°Hablan de juego limpio, ?d¨®nde empieza y acaba? Hay equipos que tienen 20 millones m¨¢s de presupuesto que nosotros, ?es eso juego limpio? Pod¨¦is seguir con esa discusi¨®n hasta ma?ana por la ma?ana¡±.

Pero una de las m¨¢s gordas lleg¨® en febrero, cuando atac¨® a Julian Alaphilippe, corredor de su equipo, y a Marion Rousse, esposa del ciclista y directora del Tour femenino. Ejerci¨® otra vez Lefevere su papel de bocazas: ¡°Julian es un buen tipo, pero despu¨¦s de firmar su megacontrato ya no rindi¨®¡±. Y arroj¨® todav¨ªa m¨¢s gasolina: ¡°Demasiadas fiestas, demasiado alcohol. Julian est¨¢ bajo la influencia de Marion Rousse¡±. Por supuesto, respondi¨® ella que, ¡°es inadmisible abordar como ¨¦l lo hace nuestra vida privada¡±. Y habl¨® de su hijo de tres meses, incompatible con salir de fiesta. ¡°Adem¨¢s, no bebemos alcohol¡±. Lefevere tuvo que recular, pero no del todo. ¡°No ha tomado una copa desde nuestra conversaci¨®n en noviembre de 2022¡å, y a?adi¨®: ¡°Desde el punto de vista publicitario, sigue siendo un dios en Francia. Pese a ello, yo tambi¨¦n quiero resultados y han sido muy pocos¡±.

Alaphilippe mantuvo un perfil bajo en la pol¨¦mica que envolvi¨® a su mujer y a su patr¨®n, sigui¨® entren¨¢ndose y buscando esos resultados que le demandaban. Es uno de los ciclistas con m¨¢s clase del mundo, y as¨ª se lo reconocen sus compa?eros, as¨ª que el Giro era una buena oportunidad para ¨¦l. Nunca lo hab¨ªa disputado desde que debut¨® como profesional en 2013, pero eso no le iba a impedir hablar sobre la bicicleta. Perdi¨® su primera oportunidad en la sexta etapa, cuando Pelayo S¨¢nchez consigui¨® la primera victoria espa?ola tras vencerle en la llegada. ¡°Estaba m¨¢s fuerte que yo¡±, confes¨® el franc¨¦s. Pero en la duod¨¦cima lleg¨® el momento que esperaba.

Se meti¨® en una escapada con Mirco Maestri, a 125 kil¨®metros de la meta. Se entendieron a la perfecci¨®n para no permitir que sus perseguidores tuvieran la esperanza de alcanzarlos, mientras el pelot¨®n, a m¨¢s de cinco minutos, se divert¨ªa y sufr¨ªa con los abanicos que intent¨® aprovechar el Barhein cuando el viento sopl¨® de costado.

A esas alturas, en la pen¨²ltima colina, Alaphillipe ya hab¨ªa dejado a Maestri, a quien despu¨¦s agradeci¨® los servicios prestados: ¡°La cooperaci¨®n ha sido excelente, y ¨¦l tambi¨¦n ha merecido ganar¡±.

Aguant¨® los 11 kil¨®metros que le quedaba, se retorci¨® en el ¨²ltimo muro, y levant¨® los brazos en la meta, despu¨¦s de 346 d¨ªas, con un gui?o a Marion Rousse, su mujer. ¡°Doy las gracias a mi equipo, a mi mujer y a mi hijo, que siempre me han apoyado¡±. Los dem¨¢s ciclistas tambi¨¦n le apoyan. Lo dice Pogacar, el verdadero patr¨®n: ¡°Alaphilippe demostr¨® que est¨¢ de vuelta, s¨®lo los campeones son capaces de tales acciones. Se merece con creces este ¨¦xito¡±.

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