Segunda victoria en este Giro para Jonathan Milan, un diamante en bruto
El llegador del Lidl se impone en la meta de Francavilla al Mare, en una etapa con pocas incidencias
En el ciclismo, las cosas se desarrollan a veces al rev¨¦s de lo que dicta la l¨®gica, o al menos, en el ciclismo moderno. Los equipos de quienes se juegan las lentejas en la clasificaci¨®n general, dedican todos los esfuerzos a salvaguardar a su l¨ªder, l¨¦ase Pogacar, l¨¦ase Thomas, o a quien sea que se considere con opciones. Desde que se levantan de la cama de un hotel, recuperados m¨¢s o menos de la paliza del d¨ªa anterior, hasta que se acuestan en otro, probablemente a muchos kil¨®metros de distancia, baldados por el esfuerzo de la jornada. La misi¨®n es proteger al cabeza de filas, desde el desayuno hasta la cena, hacer su vida lo m¨¢s sencilla posible.
Y en la carrera, claro. Deben estar ah¨ª para saber lo que necesita, atender lo que demanda, bajar al coche del equipo a entregar su ropa de abrigo o a recogerla. Y meter los codos, si hace falta, para evitar intromisiones en el espacio vital que se busca el equipo en un per¨ªmetro tan cambiante como el de un pelot¨®n.
As¨ª que, por l¨®gica, cuando llegan los kil¨®metros finales de una etapa como la que se desarrollaba con final en Francavilla al Mare, a orillas de un Adri¨¢tico en el que se formaban corderitos de rizos blancos por el viento que soplaba en direcci¨®n a tierra, tendr¨ªan que esperar en la parte trasera del pelot¨®n y aguardar a que se desate la furia entre los llegadores que buscan su lugar. Pero qu¨¦ va, hace tiempo que los l¨ªderes desecharon esa opci¨®n, y la estrategia es la contraria. Cuando se acelera el ritmo, por la ansiedad de la llegada cercana, los equipos importantes reaccionan. En este caso, el UAE por un lado y el Ineos por el otro, se ponen en cabeza, forman un convoy que protege a sus l¨ªderes, mientras circulan a velocidad de v¨¦rtigo. Para no arriesgar, arriesgan entre los bandazos, los toques de manillar o la posibilidad nunca descartable, de una ca¨ªda.
Solo se apartan cuando ya se ve desde cerca la pancarta de la meta, han esquivado las ca¨ªdas y los llegadores desatan la furia. Es Merlier el que desencadena las hostilidades, justo cuando los que van por delante escuchan que unos metros por detr¨¢s se suceden los gritos, los frenazos y el catacrac de una montonera despu¨¦s de que Madis Mihkels perdiera el control de su bicicleta, para chocar con Fabio Jakobsen y Tobias Lund.
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) May 15, 2024
? Jonathan Milan bate a Merlier y repite victoria en un accidentado esprint en Francavilla al Mare.
? Geraint Thomas bonific¨® dos segundos y Tadej Pogacar salva un d¨ªa de tensi¨®n.#GirodItalia | #LaCasadelCiclismo pic.twitter.com/729D6mohft
Un accidente que se sald¨® con sustos, algunas malas caras y magulladuras diversas, eso que los ciclistas llaman chapa y pintura. Pero Merlier segu¨ªa empe?ado en ganar, de cualquier forma, dando bandazos a veces, y descolocando a Molano. Y por detr¨¢s, siguiendo su rueda, andaba Jonathan Milan, vestido con la maglia ciclamino, estampa impresionante, que admira a Marco Pantani, aunque no se le parezca en nada, y que se siente todav¨ªa un diamante en bruto. ¡°Creo que la de Merlier fue una rueda perfecta. Empez¨® su sprint muy fuerte pero luego intent¨¦ hacer el m¨ªo y todo sali¨® bien¡±.
El ciclista del Lidl, con su potente pedalada, desafi¨® al resto de los velocistas para sumar su segunda victoria de etapa. Y al final, como en una charla motivadora, admite que lo importante no es la meta, sino el camino: ¡°Sabes que no es s¨®lo el sprint de 20 segundos lo que me hace feliz o la victoria al final. Creo que es todo el trabajo que hicimos, que hicieron los chicos, lo que el equipo hizo por m¨ª¡±.
A Merlier no le fue tan bien como a Milan, porque los jueces atendieron la reclamaci¨®n de Molano, que entr¨® en la meta haciendo aspavientos, y fue relegado al puesto 89, el ¨²ltimo de los que llegaron con el mismo tiempo que el vencedor de la etapa.
Salvo los ca¨ªdos, todos llegaron bien en la und¨¦cima jornada, en la que el pelot¨®n remonta en direcci¨®n norte a orillas del mar, aunque algunos no llegar¨¢n m¨¢s all¨¢. Cian Uijtdebroeks, quinto en la General, se vio obligado a abandonar la carrera. No se sent¨ªa bien los ¨²ltimos d¨ªas y despu¨¦s de la etapa del ayer cay¨® enfermo y se levant¨® con fiebre, as¨ª que el jersey de mejor joven cambia de espaldas Ahora lo lleva Antonio Tiberi, otra promesa del ciclismo italiano.
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