Evenepoel gana la contrarreloj y Pogacar da otro paso adelante en el Tour
El belga vuelve a mostrar su superioridad en la crono al superar en 12s al esloveno, que, sin embargo, radiaba felicidad por ampliar en otros 25s su ventaja sobre Vingegaard
Cuando Julio Verne con sus letras viaj¨® a la luna hace 160 a?os dej¨® de recuerdo en el cr¨¢ter de Saint George una botella de borgo?a, un pinot noir de Nuits Saint Georges, y despu¨¦s de rozar a velocidad supers¨®nica las hojas de las vi?as que crecen en su camino a la luna del Tour, nada menos, cuando aluniza Remco Evenepoel, ganador de la contrareloj, deposita junto a la botella de vino una modesta magdalena. No es la de Proust, claro, que el aroma que le despierta la memoria al belga campe¨®n del mundo es floral, las madreselvas y biznagas intensas que invaden la zona de salida, los abrazos de Mikel Landa, que le arropa como un padre a un ni?o, tan joven es, sino la magdalena de Curley, una peque?a cuesta, una jorobita aplanada como un bollo, que brota en la mitad de la llanura del recorrido de la contrarreloj, una costura que devora el mejor contrarrelojista del momento en su plato de 64 dientes acelerando.
Y junto a la magdalena, tambi¨¦n podr¨ªa Evenepoel, dejar tambi¨¦n en la luna, gran ofrenda votiva de acci¨®n de gracias, el neum¨¢tico que pens¨® que hab¨ªa reventado en los ¨²ltimos kil¨®metros. Un petardazo, un boom horr¨ªsono atorment¨® su concentraci¨®n cuando rodaba feliz. ¡°El ruido que hace un revent¨®n. Estuve unos metros maldiciendo, pensando que hab¨ªa pinchado y que perder¨ªa la contrarreloj¡±, dice. ¡°Pero pasaron 200 metros y no me vi en el suelo, y la rueda segu¨ªa llena. Debi¨® de ser alg¨²n vaso que se le cay¨® a alguno del p¨²blico. Creo que perd¨ª tres o cuatro segundos con el susto¡±.
Es el primer triunfo del debutante Evenepoel, 24 a?os, en la carrera que, desde su nacimiento como ciclista tras ser el mejor futbolista juvenil de B¨¦lgica, los sabios profetizaron que dominar¨ªa como solo su compatriota ¨²nico, Eddy Merckx, hab¨ªa hecho antes.
En la cuesta en la que Evenepoel, menos culo, un kilo menos de peso, dicen los que ven su b¨¢scula, vuela ¡ªrecorre los 5.800 metros abrasados en 8m 34s, a 40,620 kil¨®metros por hora de media¡ª, otros penan, Julian Bernard, hijo del magn¨ªfico Jeff, amigo de Indurain, se paran a besar a su mujer y a dejarse jalear por su cuadrilla, y su sonrisa no se borrar¨¢ en todo el Tour por muy malos momentos que les esperen, y Tadej Pogacar pierde la contrarreloj y salva el maillot amarillo. En la ascensi¨®n cede el esloveno 7s, la porci¨®n que le condena en el tramo m¨¢s favorable a sus caracter¨ªsticas anunciadas, donde, como ¨¦l bien sab¨ªa, prima la potencia sobre el aerodinamismo.
Con un tiempo de 29m 4s, rompe Pogacar los c¨¢lculos formulados por David Herrero, el biomec¨¢nico del UAE, que, teniendo en cuenta viento, temperatura, calidad del asfalto, vatios en umbral de su chico, presi¨®n atmosf¨¦rica y m¨¢s, hablaba de 29m 35s, pero no bate el genio de Aalst.
Le gana el campe¨®n del mundo, el ¨²nico que desciende de la barrera de los 29m (28m 52s, a 52,587 kil¨®metros por hora de media), como, quiz¨¢s para enga?ar al destino, hab¨ªa previsto p¨²blicamente, pero solo por 12s, lo que le permite mantener el maillot amarillo por 33s sobre el belga e, incluso, aumentar su ventaja en la general sobre el renacentista Jonas Vingegaard ¡ªavivado su apetito por el ¨²nico consejo de su staff, no dejes de pensar en alcanzar a la moto inalcanzable que te abre paso¡ª, magn¨ªficamente aerodin¨¢mico su feo casco, y la emisora en su estern¨®n, pero complicada su postura por el dolor de las costillas rotas hace tres meses que a¨²n le atormenta (a 1m 15s), y sobre su compatriota Primoz Roglic (a 1m 36s).
La luna y el sol espa?oles, Carlos Rodr¨ªguez y Juan Ayuso contin¨²an su Tour de inseparables. Una contrarreloj similar (ligeramente mejor Ayuso, que mantiene, por 1s, la preeminencia sobre Almeida en el casting por ser la estrella invitada del equipo tras el esloveno), una clasificaci¨®n general pr¨®xima (quinto Ayuso, a 2m 16s, s¨¦ptimo el callado de Almu?¨¦car, 15s m¨¢s all¨¢). Delante de ellos, la general con m¨¢s calidad que se recuerda. Entre los cuatro magn¨ªficos que ocupan los cuatro primeros puestos ¡ªPogacar, Evenepoel, Vingegaard y Roglic¡ª han ganado en los ¨²ltimos cinco a?os cuatro Vueltas, dos Giros y cuatro Tours. No falta nadie. Y est¨¢n apretados en 96s cuando el Tour ya ha cubierto la primera semana. Y Pogacar por delante.
En cierta forma, aunque no exactamente as¨ª, el esloveno ha conseguido cada d¨ªa se?alado del Tour de la reconquista suturar una herida, un mal recuerdo. En San Luca, donde siempre doblaba la rodilla, el domingo pasado; el martes, en el Galibier, en la etapa m¨¢s escarpada, donde Jonas Vingegaard, entonces dominante, le tortur¨® en 2022, y el primer viernes de julio, en la contrarreloj borgo?esa ¡ª25 kil¨®metros a 52 por hora entre Nuits y Gevrey¡ª, aunque no gane, borra la memoria del desastre de Combloux, los 98s, y el Tour, perdidos ante el dan¨¦s en 22 duros kil¨®metros apenas en los que la memoria dolorosa de su rotura de mu?eca impidi¨® una postura digna en la cabra.
Seguramente el panorama del 111? no desagradar¨ªa a Rapha?l Geminiani, el patriarca de todos los que se consideran directores ciclistas, muerto ayer, a los 99 a?os, en Clermont Ferrand, a la sombra de su Puy de D?me. Geminiani, h¨¢bil, pol¨¦mico, incendiario, volc¨¢nico, sabio, fue corredor rival de Louison Bobet y de Fausto Coppi, y amigo del italiano, con el que comparti¨® viaje de caza e infecci¨®n de malaria en Burkina Faso. El campionissimo, mal diagnosticado, muri¨® en enero de 1960. Geminiani sobrevivi¨® para terminar de modelar a Jacques Anquetil, el ciclista perfecto, ma?tre Jacques, y para dar autoestima a Julito Jim¨¦nez, su amigo del alma.
De los grandes de ahora, seguramente se ir¨ªa con Evenepoel, el contrarrelojista que sue?a con las monta?as, o con Carlos Rodr¨ªguez, pues como am¨® a Luis Oca?a, tan cabezota como ¨¦l, y a Julito, siempre admir¨® el car¨¢cter escalador de los espa?oles. Y pensando en el domingo, en la etapa de los caminos blancos en Troyes, seguramente tendr¨ªa pensado alg¨²n truco, como los que usaba para enga?ar al ingenuo, aunque desconfiado, Bahamontes.
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