El neerland¨¦s Dylan Groenewegen gana al sprint la sexta etapa del Tour de Francia

En Dijon hacen mostaza mundialmente conocida y el sprinter maldito Dylan Groenewegen, enhiesto surtidor de testosterona, gana la etapa del Tour porque hace 60 millones de a?os a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y a la italiana, dos grandes islas a la deriva entonces, se les ocurri¨® acercarse al continente y chocar contra su inmensa masa, un choque tect¨®nico para los siglos de los siglos. Del impacto tremendo se elevaron los Alpes y Pirineos en las costuras y cicatrices y tambi¨¦n debido al choque, Francia dej¨® de desgarrarse por el Este. Lo que deber¨ªa haber sido un mar se qued¨® en largu¨ªsima, profunda y llan¨ªsima zanja con elevadas paredes a ambos lados en las que crecen los vi?edos de Borgo?a, Beaujolais y el R¨®dano, y hay un pueblo que se llama Chardonay, y por el fondo de la zanja se deslizan mansos caudalosos r¨ªos que fertilizan las tierras para que crezca mostaza y cr¨ªan cangrejos. Por los caminos viajaban tranquilos los benedictinos a Cluny para inventarse el rom¨¢nico, y por las carreteras bien asfaltadas corre el Tour a toda velocidad (m¨¢s de 46 por hora, la etapa m¨¢s r¨¢pida del curso) agitado por los vientos, una alfombra roja para la adrenalina y la locura de los abanicos, que termina, despu¨¦s de peleas varias, con un triunfo al sprint con fotofinish del neerland¨¦s Groenewegen, que no es amigo de nadie y mediante un m¨ªnimo tejadillo negro y picudo como el pico de un mochuelo cubre su nariz sensible, y convierte sus gafas negras en una m¨¢scara de armadura, y duele verla, agresiva, y despierta tambi¨¦n una sonrisa porque tambi¨¦n parece un ingenuo Papageno de ¨®pera. ¡°Las uso porque el que me las vende me dice que voy m¨¢s r¨¢pido con ellas¡±, explica. ¡°Y no s¨¦ si voy m¨¢s r¨¢pido o no, pero si me lo dicen, las uso¡±.

Es el sexto triunfo en cinco Tours del campe¨®n de los Pa¨ªses Bajos, de 31 a?os y famoso por la violencia con la que envi¨® contra las vallas a su compatriota Fabio Jakobsen en un sprint a 80 por hora en la Vuelta a Polonia. Jakobsen sufri¨® un trasplante de cara, un largo proceso de reeducaci¨®n para volver a comer y a hablar y para volver a ganar sprints. Tras un regreso espectacular, en 2024 es, sin embargo, sombre de s¨ª mismo, y solo fue 29 en la plaza Wilson despu¨¦s del sprint m¨¢s can¨®nico del 11? Tour. Tuvo trenes, tuvo aceleraciones, y tuvo hasta el lanzamiento de Van der Poel para el amigo Philipsen.

Como soplaba viento de lado, despu¨¦s de cada giro de la carretera estrecha y caprichosa, los amigos del aire, los Lottos belgas, y los ansiosos, Vismas e Ineos, intentaron varias veces emboscar a Pogacar con intentos de abanicos violentos y a tanta velocidad que vi¨¦ndolos atravesar estrechas y encajonadas calles de aldeas polvorientas en fila india no es complicado imaginar el pavor que debieron de vivir los antepasados de los apacibles pobladores actuales cuando las huestes de b¨¢rbaros amigos del pillaje y la destrucci¨®n avanzaron por la zanja tect¨®nica (Graben, dicen los ge¨®logos que nos ense?an que no habr¨ªa monta?as sin mares ni sprinters sin escaladores) hacia el sur invasores.

En el abanico de Montrachet, a 75 de meta, Pogacar se qued¨® solo delante. Fue una ilusi¨®n que ilumin¨® a los Vismas desaforados durante 10 kil¨®metros. ¡°Ha sido un ejemplo de que en el Tour cuando hay un poco de viento cruzado, aunque no sea suficiente para hacer da?o, va a haber problemas¡±, dice el esloveno. ¡°Ha sido un d¨ªa bastante estresante, pero al final estoy contento de que no haya sido una etapa demasiado larga, de que la hayamos hecho r¨¢pido¡±.

Recobrada la calma, Jonas Vingegaard, Juan Ayuso, Joao Almeida, Primoz Roglic, Remco Evenepoel y Carlos Rodr¨ªguez, terminaron sin m¨¢s sobresaltos la etapa, la cabeza, quiz¨¢s, ya ocupada en la contrarreloj de 25 kil¨®metros que siguiendo el mismo Graben recorrer¨¢ los mejores vi?edos de pinot noir borgo?¨¦s el viernes para emitir el segundo veredicto de un Tour intenso. La ¨²ltima contrarreloj del Tour pasado fue mortal para Pogacar, que all¨ª perdi¨® toda la esperanza ante Vingegaard. ¡°S¨ª, ya reconoc¨ª el recorrido hace tiempo. Y me gusta porque es de potencia, no decide solamente el factor aerodin¨¢mico¡±, dice Pogacar. ¡°Ser¨¢ interesante ver c¨®mo va¡±. Este a?o, interviene el factor Evenepoel, el campe¨®n del mundo de la especialidad, que debuta en la grande boucle y a quien el maillot amarillo vota como favorito. ¡°Es el campe¨®n dle mundo, Es el mejor. Seguramente la ha preparado muy bien, pero creo que yo tambi¨¦n la voy a hacer buena¡±, asegura el esloveno. ¡°Y seguro que Evenepoel est¨¢ muy preparado para todo el Tour¡±.

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