Pogacar lanza un ataque feroz a Vingegaard para ganar la cuarta etapa del Tour
El esloveno desmenuza y tritura al pelot¨®n en el Galibier y culmina la faena en solitario con un descenso vertiginoso que le da el maillot amarillo
Gu¨ªan el Ineos Imanol Erviti y Xabier Zandio, dos directores que mamaron el ciclismo de Jos¨¦ Miguel Echavarri y en las noches de invierno le o¨ªan contar junto a Francis Lafargue, a quien tanto quer¨ªa, la paciencia con la que se trabaj¨® para crear con Miguel Indurain al ciclista perfecto para el Tour de Francia, y a Carlos Rodr¨ªguez, 30 a?os despu¨¦s, intentan ense?arle aquellas virtudes de la, podr¨ªa llam¨¢rsela as¨ª, cocina a fuego lento. Y Carlos Rodr¨ªguez, en el que todas las esperanzas est¨¢n depositadas, aprende y crece sin prisas, y madura, y coge sabores profundos, y en la ascensi¨®n al Galibier, el viejo padre de los Alpes que ha gozado con Coppi, con Bahamontes, con Gaul, con Merckx, asiste en primera fila, con la boca cerrada y el coraz¨®n a 200, a una demostraci¨®n de lo que se lleva ahora, lo nunca visto en sus pendientes venerables que quitaban el hipo a los ancianos: la nouvelle cuisine de cuando no hay tiempo para nada, y ma?ana ya es ayer, y Tadej Pogacar, esprinta en Valloire contra el tiempo y contra s¨ª mismo, tanta velocidad, y solo despu¨¦s de cruzar la l¨ªnea de meta levanta los brazos y se golpea el pecho con los dos pu?os, puro King Kong, pura exaltaci¨®n de su fuerza. Y solo le falta gritar para terminar de espantar a los sensatos, que sienten, pasadas solo cuatro etapas, que todo est¨¢ dicho.
No espanta a Rodr¨ªguez, de Almu?¨¦car y serio, siempre callado, sabidur¨ªa de viejo que a nada teme, y act¨²a decidido, y a su alrededor, como si fuera un salvavidas, un im¨¢n que atrae a todos los que buscan seguridad en los tiempos inciertos que vuelan, se agrupan los m¨¢s grandes, Jonas Vingegaard, el orgullo del dorsal n¨²mero uno herido, Primoz Roglic, Remco Evenepoel y tambi¨¦n Juan Ayuso, el primer lugarteniente del esloveno, el hombre del golpe de gracia.
¡°Quer¨ªa pegar fuerte. Conozco muy bien esta etapa, he entrenado aqu¨ª muchas semanas en el pasado, pasando por Sestriere y Montgen¨¨vre, y me he sentido como en casa¡±, dice el esloveno, que gana la etapa con 35s de ventaja sobre el grupo que lidera Carlos Rodr¨ªguez y suma adem¨¢s 18s de bonificaci¨®n con su acci¨®n en solitario, iniciada a poco m¨¢s de 800 metros de la cima, los 2.642 metros del Galibier, donde se yerguen en las cunetas bloques de hielo marcando la ruta, y la termina 21 kil¨®metros m¨¢s all¨¢ y 1.200 metros m¨¢s abajo, al pie del T¨¦l¨¦graphe. ¡°No quer¨ªa irme demasiado pronto por culpa del viento y tuve que hacer toda la diferencia que pude en los ¨²ltimos cientos de metros. Y luego conozco la bajada, pero me sorprendi¨® un poco ver la carretera mojada en las primeras curvas, as¨ª que daba un poco de miedo, pero luego esta bajada es superr¨¢pida y si conoces la carretera tambi¨¦n ayuda¡±.
En el Galibier, el puerto de la tradici¨®n y la cocci¨®n lenta, el UAE es una Thermomix que calienta, desmenuza, tritura y guisa al pelot¨®n acelerada, desbocadamente, y tal es el ritmo de sus cuchillas destructoras, los pedalazos que aceleran la marcha, que la voz del locutor de Radio Tour se transforma en una cadena de agudos gallos cuando canta los nombres de los ciclistas que inevitablemente, y siguiendo el lema que gu¨ªa a las izquierdas, desisten para mejor resistir. Para sobrevivir. La emocionada voz del vocero ritma la ascensi¨®n del Lautaret, la interminable ascensi¨®n hasta el pie del Galibier, Alpes fronterizos con Italia a trav¨¦s del amado Sestriere, aire l¨ªmpido, transparente como la luz, y un viento m¨¢s fuerte que la pendiente y que los deseos de la vieja fuga en la que se diluye Oier Lazkano, empe?ado en crecer en las monta?as. Es la destrucci¨®n y el amor. Son Nils Politt trabajando hora y media al frente, la primera ascensi¨®n, Tim Wellens y Marc Soler esprintando en las curvas, Pavel Sivakov, Adam Yates, Almeida discutiendo con Ayuso, tanta energ¨ªa les desborda las emociones, y Ayuso, que prepara el golpe final cuando el pelot¨®n son ya ocho: tres UAEs, dos Soudal ¨CLanda y Evenepoel¡ªRodr¨ªguez, Roglic y tambi¨¦n solo un Visma, Vingegaard. ¡°Hab¨ªa que tenerlos muy grandes para hacer lo que hemos hecho con el viento tan fuerte que hab¨ªa en contra¡±, dice Pogacar en el cami¨®n de las entrevistas, tan a gusto en su papel de macho alfa, mientras termina de masticar la merienda. ¡°Que Vingegaard se quedara sin equipo fue fundamental¡±.
Sin equipo Vingegaard se crece, alarga el cuello por debajo de su caparaz¨®n de tortuga y cuando Pogacar acelera se le clava en la rueda, como ha hecho toda la vida. Resiste solo 500 metros. Despu¨¦s se queda solo en el descenso. El coraje de quien no desiste aunque tema, aunque sepa, lo que pasar¨¢. El orgullo del campe¨®n. ¡°No he podido seguirle el ritmo. Ha ido muy r¨¢pido¡±, dice el ¨²nico ciclista que ha derrotado, y dos veces, a Pogacar en el Tour, quien solo lamenta que su lugarteniente, Matteo Jorgenson, no tuviera el mejor d¨ªa y no pudiera acompa?arle. ¡°Pero, para ser sincero, estamos mejor de lo que esper¨¢bamos. Calculaba que estar¨ªa a 2m y solo estoy a 50s, y quedan dos semanas y media¡¡±.
Han pasado cuatro etapas y en Valloire la luz es casi de ocaso a las cinco y pico de la tarde, cuando llegan todos los derrotados contando los segundos perdidos, los minutos, buscando razones para creer. Un aire de fin de Tour acelerado por el donaire de Pogacar, su seguridad, la fortaleza de su equipo. ¡°Pogacar se nos ha ido porque tiene una explosividad que nadie tiene¡±, dice Landa, que solo piensa en Evenepoel, segundo en la general, a 45s. ¡°Pero creo que lo hemos hecho bien. Somos optimistas¡±. Los que creen en el podio est¨¢n cerca ¨CAyuso, a 1m 10s; Rodr¨ªguez, a 1m 16s, y Landa, a 1m 32s, pero Pello Bilbao y Enric Mas ya se encuentran a 4m 40s. Y solo el l¨ªder del Movistar, quiz¨¢s el m¨¢s sensato y consciente de sus limitaciones, desiste. ¡°Mucho tiempo me he dejado. El cuerpo no ha respondido. Las piernas no iban. Hay que aceptarlo y ya est¨¢¡±, dice. ¡°He estado mal todo el d¨ªa, me han sacado una minutada¡±.
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