Roglic culmina la obra de arte del Bora y se pone el ¡®maillot¡¯ rojo en la Vuelta a Espa?a
El equipo alem¨¢n destroza al pelot¨®n en el ascenso al Alto de Moncalvillo para que el esloveno le arrebate el liderato a O¡¯Connor
Se acab¨® el trabajo de zapa para Roglic, quiz¨¢ tambi¨¦n la Vuelta ahora que ha reconquistado su deseado trono, ya l¨ªder, ya de rojo, ya el mandam¨¢s como acostumbra en esta carrera, pues son tres laureles que cogen forma para el cuarto. Honores a O¡¯Connor, batallador vencido, que defendi¨® como pudo el maillot, pero no le dieron las piernas, ni los pulmones, tampoco la cabeza. Y tambores y trompetas para la pen¨²ltima etapa, la de este s¨¢bado con el infernal Pic¨®n Blanco de fondo, ya que Mas y Carapaz batallar¨¢n por copar el caj¨®n, todav¨ªa con O¡¯Connor con la medalla de plata (le saca 26s al mallorqu¨ªn y un minuto al ecuatoriano). Una refriega en la que Roglic har¨¢ de Poncio Pilato porque si nada se tuerce y con la contrarreloj en Madrid ¡ªdonde el esloveno es el mejor de largo frente a los aspirantes¡ª, el triunfo es suyo. Uno que ciment¨®, como ya hiciera en 2020, en el Alto de Moncalvillo, monta?a en la que cuenta tantas victorias como ascensos; uno en el que culmin¨® una aut¨¦ntica obra de arte del Bora.
Despu¨¦s de 18 etapas repletas de riscos, las piernas de los ciclistas reclamaban descanso, algo de hielo, m¨¢s masajes, un stop de una vez por todas. Pero las cabezas, al menos de los que peleaban por algo, sobre todo por el maillot rojo, exig¨ªan marcha, rock&roll, un pen¨²ltimo esfuerzo. Y eso, etapa por La Rioja aunque con una breve incursi¨®n por Burgos, suger¨ªa el Alto de Moncalvillo, monta?a de 8,6 kil¨®metros con una pendiente media del 8,9% y unas terror¨ªficas rampas del 16%. Ah¨ª concluir¨ªa la jornada, ascensi¨®n y final en alto, juez definitivo de la Vuelta. Hab¨ªa un laurel para cuatro espadas. Pero el derroch¨®n, el que demostr¨® estar en otra liga, fue Roglic. Tambi¨¦n su equipo.
Antes de la batalla, en cualquier caso, cinco valientes ¡ªDel Toro (UAE), Planckaert (Alpecin), Petilli (Bharain), Braet y Miholjevic (Intermarch¨¦)¡ª lograron poner tierra de por medio, pin a la tenacidad y bravura porque durante 50 kil¨®metros fueron muchos los que lo intentaron sin premio. Y pintaba a buena la fuga hasta que el Bora la desacredit¨®, ritmo y ritmo, flus, flus, pedaladas de fuego para desgastar al pelot¨®n, para que la subida fuera cosa de unos pocos. Pensaban, los del Bora, que de Roglic. Y nos les faltaba argumentos porque ascendiendo hacia el pinar de Moncalvillo, 1.492 metros que ya coron¨® el primero El Chava Jim¨¦nez en 1994 en una Vuelta a La Rioja, el esloveno recuerda que hace poco se hizo el m¨¢s fuerte, en la denominada Vuelta de la Pandemia, en 2020, cuando las cunetas ense?aban el esqueleto por eso de que no hab¨ªa casi gente y cuando Roglic, en un mano a mano con Carapaz, le asest¨® el pen¨²ltimo golpe antes de llevarse su tercer entorchado consecutivo.
A las faldas de la monta?a, otro paisaje para el deleite, de pinos, acebos, hayas y encinas, de alimoches, buitres leonados y halcones, tambi¨¦n de pirliteros de tempranillo, el pelot¨®n absorbi¨® a los fugados, que desde hac¨ªa unos kil¨®metros se hab¨ªan dejado ir porque ve¨ªan que no llegaban a ninguna parte. La ascensi¨®n, la pelea, era cosa de los escogidos. Fue el Bora el que puso el acelerador de buenas a primeras, al punto de que parec¨ªan levitar, mientras el resto no pod¨ªa con el tremendo castigo que supon¨ªa para sus piernas, aviso de que el ataque ser¨ªa desde lejos. Y en un abrir y cerrar de ojos, tres corredores del Bora despedazaron al pelot¨®n. Daniel Felipe al frente, Vlasov por detr¨¢s y Roglic a rebufo. Se part¨ªa el grupo, se decid¨ªa la Vuelta. M¨¢s que nada porque a la que se abrieron los compa?eros de Roglic, este tir¨® sin mirar atr¨¢s, molinillo de piernas, ritmo fluido, cara de pocos amigos, aunque sin aspavientos ni muecas, siempre hier¨¢tico, siempre campe¨®n. De ah¨ª a la cima, de ah¨ª al maillot rojo.
Por detr¨¢s, Carapaz intentaba dar el hachazo, neutralizado por Mas y Gaudu. Ahora corre t¨² que te pillo; la llevas y c¨®geme si puedes. Parec¨ªan ni?os jugando a Polic¨ªas y Ladrones, al Pilla pilla (o Tula), al ver qui¨¦n puede m¨¢s. Ese fue el espa?ol, que descont¨® a todos hasta que en los metros finales fue superado por Gaudu y Skjelmose. Carapaz no, combustible vac¨ªo; y O¡¯Connor menos¡ Adi¨®s a su liderato y bienvenido el rey, el que reconquist¨® su trono: Primoz Roglic.
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