¡®La huella de Toni¡¯, el documental que rescata a Gobbi, una leyenda del alpinismo
El escalador, que fue compa?ero de cordada junto a Walter Bonatti y revolucion¨® la forma de guiar, muri¨® de forma prematura, dejando una huella de silencio y mucho dolor
El d¨ªa que Toni Gobbi muri¨®, qued¨® prohibido mencionar su nombre en Courmayeur, la localidad que custodia el acceso al Mont Blanc desde Italia. No fue un asunto oficial, no hubo un bando municipal que impusiese tal silencio. Fue una consecuencia emocional, el dolor, la incredulidad de la p¨¦rdida, un agujero que desterr¨® de las conversaciones el nombre y apellido del gu¨ªa de monta?a m¨¢s querido, carism¨¢tico y revolucionario que el pueblo hab¨ªa conocido. Para no tener que soportar la herida abierta de su p¨¦rdida, todos fingieron que un mal sue?o se lo hab¨ªa llevado. El nieto de Toni Gobbi, Oliviero Gobbi, no lleg¨® a conocerlo, y su figura siempre fue fantasmag¨®rica: ni su padre, ni su madre, ni su abuela hablaban de ¨¦l. ¡°Pero yo iba a casa de mi abuela, y aquello era como una imagen congelada en la que pod¨ªa ver las chaquetas de monta?a de Toni, sus crampones, su piolet, sus esqu¨ªs¡ todo parec¨ªa preparado para que regresase de la monta?a de un momento a otro¡±¡ solo que jam¨¢s ocurri¨®, explica Oliviero. Una avalancha lo hab¨ªa matado, junto a tres de sus clientes, en una salida sencilla de esqu¨ª de monta?a al Sassopiatto, en 1970, cuando contaba 56 a?os de edad. Todos cre¨ªan, sin embargo, que morir¨ªa al volante, porque hab¨ªa aprendido a conducir tarde y le encantaba exprimir el acelerador. Nadie aceptar¨ªa jam¨¢s que la monta?a se lo llevase.
Al morir su abuela en 2008, Oliviero decidi¨® sacar a la luz la herencia de su abuelo, resucitarlo en cierta forma. Le parec¨ªa demasiado triste que el olvido lo rematase. Quince a?os despu¨¦s acaba de estrenar en el BBK Mendifilm de Bilbao el documental La huella de Toni, que es tanto un homenaje a la figura perdida como un legado para las nuevas generaciones de gu¨ªas y alpinistas que deseen entender su forma de relacionarse con la monta?a.
Toni Gobbi, fue, seguramente, el primer gu¨ªa de Courmayeur que no hab¨ªa nacido all¨ª. Proced¨ªa del V¨¦neto y hab¨ªa estudiado derecho: era un tipo culto, sumamente elegante, porte de actor y un amor irrefrenable por las monta?as, pero todo esto solo eran trabas para ser aceptado en el pueblo y para ingresar en la compa?¨ªa de gu¨ªas. En una comunidad rural, aislada (el t¨²nel del Mont Blanc no se hab¨ªa construido a¨²n), los forasteros lo eran de por vida. Empez¨® trabajando de maestro, junto a su esposa, abri¨® una librer¨ªa y una tienda de venta de art¨ªculos de monta?a y en 1946 logr¨® ser aceptado como gu¨ªa local: ¡°Ten¨ªa la inteligencia de no forzar nuestro mundo con su presencia y al mismo tiempo trajo un soplo de aire fresco, con educaci¨®n¡±, recuerda Ruggero Pellin, tambi¨¦n gu¨ªa, y uno de los entrevistados por Oliviero.
Si Toni tuvo su tienda, su nieto Oliviero es ahora el CEO y due?o de Grivel, empresa de fama mundial que fabrica, sobre todo, crampones y piolets y que patrocina a buena parte de la ¨¦lite del alpinismo. En los a?os 50 del pasado siglo, brillaba como un faro la estampa de Walter Bonatti, para muchos el alpinista m¨¢s grande que ha existido y existir¨¢. Si Bonatti era Dios, aquellos que eran aceptados como compa?eros de cuerda pod¨ªan ser designados como sus ap¨®stoles. Toni Gobbi fue uno de ellos, y juntos resolvieron la primera ascensi¨®n del Grand Pilier D? Angle, una mole de roca y hielo de 4.243 metros cuya cima permanec¨ªa inalcanzada y que figura como uno de los guardianes del Mont Blanc. El documental recupera una entrevista televisiva en la que el periodista pregunta a los protagonistas si volver¨ªan a hacerlo: ¡°?Para qu¨¦, si acabamos de regresar?¡±, replica Bonatti con cierta sorna.
M¨¢s correcto, Gobbi trata de apagar el peque?o incendio tratando de explicar que existen muchos retos por afrontar y que el alpinismo no es una mera repetici¨®n de la misma jugada. Toni Gobbi siempre estaba dispuesto a crear una atm¨®sfera sana. ¡°Pero ten¨ªa un lado un poco oscuro, digamos: en monta?a ten¨ªa un comportamiento militar con sus clientes y si dec¨ªa que esto era blanco, lo era. Pod¨ªa abroncar a sus clientes si no hac¨ªan lo que ¨¦l dec¨ªa, pero creo que el gu¨ªa ha de ser autoritario a la hora de tomar decisiones que afectan a la seguridad del grupo¡±, explica Oliveiro y se hace eco de otros testimonios que aseguran que sus ojos grises pod¨ªan oscilar entre la dulzura y el fr¨ªo. ¡°Bonatti y Gobbi se llevaban muy bien, pero Bonatti se llevaba mal con casi todos los gu¨ªas de Courmayeur porque ten¨ªa un car¨¢cter fuerte, rasgo que no hay que confundir con tener mal car¨¢cter¡±, explica. En 1958, Bonatti y Gobbi volvieron a unirse en una gran expedici¨®n italiana para medirse al Gasherbrum IV (7.925 m), monta?a que si bien no alcanzaba por poco los 8.000 metros resulta mucho m¨¢s t¨¦cnica y compleja que cualquiera de los ochomiles que la rodean. En esta ocasi¨®n, todos sab¨ªan que Bonatti hab¨ªa escogido a Carlo Mauri para alcanzar la cima, y Gobbi fue de los que m¨¢s trabaj¨® en este sentido, aceptando que perder¨ªa protagonismo. Su capacidad para leer la monta?a y organizar la estrategia fue una de las razones del ¨¦xito de la expedici¨®n.
El proceso de indagar en la vida de su abuelo, concedi¨® a Oliviero una perspectiva ¨²nica de su figura y numerosas sorpresas: ¡°Es incre¨ªble con qu¨¦ intensidad y claridad recordaban estas personas de 90 a?os a mi abuelo, an¨¦cdotas, fechas, todo como si hubiese ocurrido no hace 50 o 60 a?os, sino ayer mismo. Encontramos casi cuatro horas de v¨ªdeo filmado por diferentes clientes en los que sale mi abuelo, y eso me hizo decidirme a hacer un documental en vez de escribir solo su historia¡±. Uno de los testimonios m¨¢s precisos procede de la hermana menor de Toni, Marilena, quien naci¨® 17 a?os m¨¢s tarde. Toni fue casi un padre para ella, y ahora, pese a sus 92 a?os, emociona a la c¨¢mara con un discurso cargado de sinceridad.
Posiblemente, la gran haza?a de Toni Gobbi fue revolucionar la forma de guiar, que apenas hab¨ªa cambiado en 150 a?os de historia. ¡°Los j¨®venes gu¨ªas de ahora valorar¨¢n este documental sobre todo porque desconocen c¨®mo era guiar hace 70 a?os. Antes, los gu¨ªas trabajaban en julio y agosto porque no exist¨ªa la escalada deportiva, ni en hielo, ni esqu¨ª de monta?a como lo conocemos ahora. Mi abuelo quiso que el gu¨ªa pudiese trabajar todo el a?o, o el m¨¢ximo de meses al a?o. Hoy en d¨ªa un gu¨ªa puede trabajar siempre, viajando, claro. Mi abuelo fue quien introdujo el esqu¨ª de monta?a en la cultura del guiado. Fue revolucionario porque su educaci¨®n era superior y era muy emprendedor con los negocios. Tambi¨¦n porque su pasi¨®n era enorme y trabaj¨® mucho para poder vivir de lo que amaba. Creo que hoy en d¨ªa no le gustar¨ªa ver que existen muchos gu¨ªas taxista, gu¨ªas que podr¨ªan ser cualquier cosa y que no tienen ni pasi¨®n ni cultura de monta?a. ?l dec¨ªa que el gu¨ªa es ¨²til porque ofrece un servicio p¨²blico¡±, razona Oliviero. Pocos gu¨ªas saben que Gobbi impuls¨® la creaci¨®n de la Uni¨®n Internacional de Asociaciones de Gu¨ªas de Monta?a. En ¨²ltima instancia, asegura, la raz¨®n de su documental tiene que ver no solo con la b¨²squeda del mito sino con la necesidad que tiene el alpinismo de contarse, porque ¡°m¨¢s que una actividad es una actitud ante la vida¡±. Por eso lamenta que la muerte prematura de Gobbi le privase de escribir varios libros en forma de legado: ¡°Mi abuelo ten¨ªa claro que hay que explicar el alpinismo¡±.
Los que conocieron y sobrevivieron a Toni Gobbi, a¨²n no logran sacudirse la sorpresa de su ausencia, como su hermana Marilena: ¡°Hubo un punto en el que todos odiamos las monta?as, c¨®mo no¡ pero no pod¨ªamos odiarlas porque Toni las amaba tanto¡¡±
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