Jordi Corominas obtiene el Piolet de Oro por su carrera alpin¨ªstica
El catal¨¢n, que casi siempre mantuvo en secreto sus grandes ascensiones, es el nexo de uni¨®n entre el alpinismo del siglo XX y el del XXI y merece ahora un galard¨®n que antes obtuvieron Bonatti, Messner o Kurtyka
Jordi Corominas tendr¨¢ su Piolet de Oro. Luego es cierto que existe cierta forma de justicia po¨¦tica: finalmente, el alpinista que no deseaba ser conocido se ver¨¢ obligado a colocarse bajo los focos y explicarse. Corominas adora las palabras pero no habla de s¨ª mismo. Jam¨¢s. Puede que no exista nadie que le haya escuchado nunca decir ¡°yo escal¨¦ esto o aquello¡±. En un universo de egos desmedidos, el de Corominas (66 a?os) no puede rastrearse. Sin embargo, la figura del catal¨¢n criado en La Rioja es legendaria y permite comprender el nexo de uni¨®n entre el alpinismo del siglo XX y el del XXI, entre la pesadez de asediar las grandes monta?as y la libertad de escalarlas de forma ligera. Entre pelearse con los grandes problemas y abrazarlos para ser capaz de ponerse a la altura de la dificultad sin trampas, atajos o artificios.
Puede que la ceremonia de entrega (el pr¨®ximo 10 de diciembre) como ganador del Piolet de Oro honor¨ªfico de la edici¨®n 2024, se convierta en su ascensi¨®n m¨¢s peliaguda, pero siempre podr¨¢ Corominas recurrir al aplomo de sus ascensiones m¨¢s comprometidas. ¡°No va a ser f¨¢cil¡±, concede con una media sonrisa. Y esa media sonrisa apenas esconde su ilusi¨®n. Ha sido necesario que le concedan un Piolet de Oro para que emerja su curr¨ªculo y se entienda verdaderamente su dimensi¨®n como alpinista.
Jordi no solo es el hombre que firm¨® la segunda y ¨²nica repetici¨®n de la v¨ªa Magic Line al K 2. De hecho, esta c¨¦lebre ascensi¨®n sirvi¨® para enterrar a¨²n m¨¢s una larga lista de grandes primeras en Per¨², la Patagonia o en la cordillera del Himalaya, muchas de ellas en solitario. ?xitos enormes que el Coro se guard¨® para s¨ª mismo. Parad¨®jicamente, para ser reacio a hablar, o m¨¢s exactamente a hablar de s¨ª mismo, Jordi Corominas adora las palabras, es un lector apasionado, estudiante tard¨ªo de Lengua castellana, padre de la editorial Verticualidad y una persona que adora charlar de alpinismo. Con todo lo que ha vivido, mantiene intacto el inter¨¦s por conocerse y descubrir las motivaciones de los que, como ¨¦l, han hecho de la monta?a una forma de relacionarse con la vida. ¡°Los organizadores me pidieron todo mi curr¨ªculo, pero me pareci¨® un aburrimiento, as¨ª que solo me centr¨¦ en algunas buenas ascensiones¡ No, definitivamente lo que importa en el mundo del alpinismo es la persona, lo que lleva dentro, lo que le mueve a asumir ciertas cosas¡ eso s¨ª que puede ser interesante de investigar¡±, explica.
Antes que glosar sus realizaciones, baste decir que Corominas ha traspasado muchas veces l¨ªneas prohibidas, el filo que separa existir o dejar de hacerlo. ?Por qu¨¦? En su respuesta estriba el inter¨¦s de una especialidad que se niega a ser un mero deporte. Uno de sus compa?eros habituales de cuerda, Jordi Tosas, refiri¨® una vez que hab¨ªa visto a su amigo afrontar escaladas tan delicadas que, asegur¨¢ndole, solo pod¨ªa rezar para que no cayese.
Corominas concede que solo si se explica de forma honesta, tiene sentido el gesto absurdo de escalar monta?as. Pero Jordi no siempre quiso compartir lo que llevaba dentro: intu¨ªa que podr¨ªa encontrar rechazo, incomprensi¨®n o falta de sensibilidad. Tras escalar en 2004 la Magic Line, y frente a la grabadora de este periodista, se cruz¨® de brazos y adelant¨® que solo hablar¨ªa ¡°de los hechos, no de los sentimientos¡±. Una d¨¦cada despu¨¦s, pillado por sorpresa y con el paso del tiempo como amortiguador, acept¨® a explicarse. Fue una delicia. Ahora, incluso concede que le recuerden su gran papel: ¡°No soy el mejor alpinista espa?ol¡ puede que mi valor fundamental haya sido simplemente transmitir a los j¨®venes mi visi¨®n, desde el alpinismo cl¨¢sico hasta el moderno estilo alpino r¨¢pido y ligero¡±. Durante una d¨¦cada, Jordi dirigi¨® al Equipo Nacional de Alpinismo y despu¨¦s se dedic¨® a la formaci¨®n de nuevos gu¨ªas de monta?a. Nunca en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas ha dejado de guiar y hace apenas un a?o condujo a la cima del Monch, en los Alpes, a Jordi Pons, una leyenda del alpinismo nacional todav¨ªa con ganas de escalar a sus 90 a?os de edad.
¡°?C¨®mo se lo merece! ?Y qu¨¦ gran ilusi¨®n que se lo concedan!¡±, se emociona Mikel Zabalza, presente en esta edici¨®n de los premios como parte del jurado.
En 2009, Corominas particip¨® a su vez como un miembro del jurado en los Piolets de Oro. Aquel a?o se concedi¨® por vez primera un galard¨®n honor¨ªfico, y fue a parar a manos del inigualable Walter Bonatti. De rebote, Corominas conoci¨® a su ¨ªdolo y a un gran n¨²mero de alpinistas de ¨¦lite. Regres¨® a casa colmado, feliz de poder ¡°hablar de alpinismo¡± a cara descubierta. Ahora el apellido de Corominas figura al lado del de Messner, Kurtyka, Lowe o Scott. Es decir, bien pegado a los actores del alpinismo que le sirvieron de ejemplo.
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