Escocia gripa a Inglaterra
La selecci¨®n de Steve Clarke desactiva la exuberante colecci¨®n de delanteros ingleses y desinfla el prometedor comienzo de su rival hist¨®rico, que acab¨® con Kane desesperado
El sentido de algunos resultados puede leerse en los posos de las gradas, como el destino de algunos hombres se mira en los restos del t¨¦. El empate de Wembley dej¨® un estallido en el fondo del Tartan Army escoc¨¦s, que se qued¨® a cantar mientras el seleccionador, Steve Clarke, abrazaba uno a uno a sus futbolistas y Marshall, el portero que recibi¨® el gol m¨¢s bello del campeonato, el tiro lejan¨ªsimo del checo Schick, se golpeaba el pecho a la altura del escudo. Al otro lado, desbandada inmediata. Cuando los ingleses miraron a su grada para saludarla, ya estaba casi vac¨ªa. Escocia hab¨ªa desactivado el prometedor arranque ingl¨¦s en el campeonato ¡ªpor primera vez hab¨ªa empezado con victoria una Eurocopa¡ª, pero que ante su rival m¨¢s viejo no pudo sacar a¨²n pasaje para octavos.
Menos goles, el partido tuvo lo que se esperaba de la rivalidad m¨¢s antigua de todos los tiempos, hasta en lo meteorol¨®gico: se disput¨® bajo una lluvia fina y constante que no enfri¨® ni lo que se coc¨ªa en la grada ni lo desplegado en el campo. Fue un duelo de colisi¨®n desde el comienzo, con el central escoc¨¦s Hanley yendo al choque con Harry Kane aunque Kane se mudara cerca del centro del campo, y en la otra ¨¢rea con Mings recibiendo a Dykes tambi¨¦n a empellones. O en el medio, donde al fornido Kalvin Phillips lo recibi¨® bien pronto McGinn con otro encontronazo.
Los Inglaterra-Escocia no suelen conformarse con acumular prisioneros, y hasta este no registraban ni un empate en Wembley en las 15 ¨²ltimas citas. Los viejos enemigos esta vez tambi¨¦n se lanzaron al ataque sin proleg¨®menos. Un remate tempranero dentro del ¨¢rea de Adams lo mand¨® a c¨®rner Stones, y enseguida, despu¨¦s de un saque de esquina al otro lado, el propio Stones se encontr¨® solo y cabece¨® al poste.
Hab¨ªa pocas paradas intermedias, con Inglaterra de nuevo disparando su colecci¨®n de atacantes menudos detr¨¢s de la defensa rival, como contra Croacia en la primera jornada, y Sterling de agitador principal. El chico del barrio de Wembley birl¨® una pelota muy arriba a McTominay y asisti¨® de ca?o a Mount, que atravesaba el ¨¢rea y la mand¨® fuera por poco.
Del lado de Escocia, las operaciones las dirig¨ªa desde la izquierda Andy Robertson, su capit¨¢n alistado en el Liverpool, con poco tr¨¢nsito por el medio, donde mandaba Gilmour, y la mirada siempre dirigida a las alas. Y de ah¨ª a Adams, que corre a por lo que sea, o a Dykes, que baja lo que le caiga del cielo. Con tan pocas escalas, los mediocentros ingleses, Phillips y Rice, fundamentales contra Croacia, desaparecieron del mapa; no eliminados en duelo directo, sino eludidos. Escocia viv¨ªa c¨®moda en un v¨¦rtigo de dos direcciones: amenazaba en ataque y no sufr¨ªa demasiado atr¨¢s, con la estrella rival, Harry Kane, cada vez m¨¢s lejos del ¨¢rea, en busca del bal¨®n que no olisqueaba en la zona caliente.
El partido lo durmi¨® un poco Inglaterra en el segundo tiempo, pero a costa de dar un par de pasos atr¨¢s, con m¨¢s bal¨®n, pero mucho menos peligro, y Kane cada vez m¨¢s desesperado. Con la lejan¨ªa, tambi¨¦n se fue deshaciendo Foden, a quien despu¨¦s de una hora sustituy¨® Grealish, el otro candidato oficial a suceder al legendario Gascoigne. El jugador del Aston Villa, maestro de la pausa y el regate, ayud¨® a trasladar el control un poco m¨¢s arriba, pero no amenaz¨® apenas.
Inglaterra no encontraba el camino, casi todas las v¨ªas controladas por Gilmour, y Escocia termin¨® subi¨¦ndosele a la chepa, de nuevo al ataque, de nuevo empujando. James incluso tuvo que sacar bajo el larguero un remate de Dykes, y los escoceses, todav¨ªa vivos en el campeonato, como todas las selecciones del grupo, se quedaron en el campo a celebrar hasta las entrevistas post partido de un encuentro que acab¨® con la rareza hist¨®rica de un empate.
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