La herencia de Sacchi y Capello

Primero como espectador pasivo, despu¨¦s como jugador, m¨¢s tarde como entrenador y seleccionador y ahora, otra vez, como espectador, el f¨²tbol italiano, tanto a nivel de clubes como de selecci¨®n, siempre ha estado presente en mi vida. Los primeros recuerdos en blanco y negro pudieron ser los del Inter de Luis Su¨¢rez, que gan¨® dos Copas de Europa consecutivas a mediados de los a?os sesenta. La segunda de ellas con un once que casi todos ten¨ªamos en la memoria: Sarti; Burgnich, Guarneri, Facchetti; Bedin, Picchi; Jair, Mazzola, Peir¨®, Luis Su¨¢rez y Corso.

Despu¨¦s, ya como jugador, tengo bien presente la Eurocopa del 80, que se jug¨® en Italia con tan solo ocho finalistas. Nada que ver con los 24 de ahora. A Espa?a le toc¨® un grupo con Italia, B¨¦lgica e Inglaterra. En el primer partido empatamos con los italianos (0-0), pero quien me impresion¨® entonces fue B¨¦lgica con un f¨²tbol total, como el que luego practic¨® el Milan de Sacchi. Su seleccionador era Guy Thys. Nos gan¨® (2-1) y mostr¨® un futbol poderoso. A la temporada siguiente, ya con el Real Madrid, jugamos la semifinal de la Copa de Europa contra el Inter. En el Bernab¨¦u ganamos 2-0 con goles de Juanito y Santillana y en San Siro perdimos 1-0, gol de Bini. Nos metimos en la final de Par¨ªs y perdimos contra el Liverpool.

En 1982 estuve presente en el Bernab¨¦u en la final de la Copa del Mundo entre Italia y Alemania. Fue uno de los partidos m¨¢s emotivos que recuerdo y una propaganda extraordinaria para el f¨²tbol por el juego y el comportamiento de los dos equipos. Casi todas las finales los son, pero aquella especialmente. Por aquellos a?os tuvimos una impresi¨®n sobre el f¨²tbol italiano de ser muy r¨ªgido, muy f¨ªsico, muy t¨¢ctico, pero a?os despu¨¦s domin¨® el f¨²tbol europeo a trav¨¦s del Milan y con dos t¨¦cnicos que han marcado huella por su forma de concebir el juego: Arrigo Sacchi y Fabio Capello.

Detalles de Conte

El primero fue un referente absoluto como entrenador en Italia y en Europa. Su Milan no era precisamente un equipo defensivo, no lo pod¨ªa ser con Rijkaard, Gullit, Van Basten¡­ Lo que ocurr¨ªa es que su organizaci¨®n de juego en ese aspecto, comandada por Franco Baresi, era muy brillante. Unos a?os despu¨¦s los que trabaj¨¢bamos en el Real Madrid tuvimos la suerte de tener a Fabio, un entrenador met¨®dico, con entrenamientos novedosos y que supo imponer su car¨¢cter y disciplina en un equipo como el Real Madrid, que ese a?o no jugaba en Europa y al que hizo campe¨®n de Liga. Nosotros nos beneficiamos abundantemente de sus conocimientos.

La selecci¨®n italiana siempre se ha caracterizado por ser un equipo muy bien organizado t¨¢cticamente. Equipos con cuajo que eran muy dif¨ªcil de superar. Lo he podido apreciar m¨¢s directamente ya como seleccionador. Tengo que recordar la final de Kiev de 2012 porque entre nuestra inercia ganadora y que ellos estaban muy cansados y se les lesion¨® alguno sobre la marcha, posiblemente fuera el mejor partido que hizo la selecci¨®n bajo mi mandato.

La actual Italia me ha sorprendido gratamente. Viene de una traves¨ªa dura y dif¨ªcil que les dej¨® fuera del ¨²ltimo Mundial. Tengo la impresi¨®n de que el equipo todav¨ªa tiene detalles de la ¨¦poca anterior con Conte, que tambi¨¦n le dio un estilo de juego propio a la selecci¨®n y que algo todav¨ªa perdura, como llevar mucho el bal¨®n a las bandas. La baja de Spinazzola puede ser fundamental, porque hab¨ªan encontrado dos laterales que le daban mucha salida al equipo.

Como a Espa?a tambi¨¦n le gusta presionar, va a ser decisivo qui¨¦n lo haga mejor, qui¨¦n se sacrifique m¨¢s o, en su defecto, qui¨¦n salga mejor de esa presi¨®n. El que lo haga tendr¨¢ mucho ganado. Por nuestra parte, pueden ser vitales los movimientos del delantero ante dos defensas veteranos. Es un d¨ªa para que Morata, o el punta que juegue, intente participar lo m¨¢s posible en el juego, que salga de su zona de influencia. Lo ha hecho muy bien en esos partidos. Elegir bien el espacio a su espalda y por delante. Salirse de su control. Ellos har¨¢n vigilancias, pero no suelen salir a presionar, suelen tender m¨¢s a meterse atr¨¢s.

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