A Wembley se va por Wembley
Espa?a e Italia, dos cl¨¢sicos modernos, con m¨¢s equipo que estrellas, se retan en el ic¨®nico escenario londinense, sede de la semifinal y la final del domingo
La cruda Italia, hoy si cabe m¨¢s cruda que casi nunca porque a los bonuccis y chiellinis de toda la vida les da vuelo un equipo din¨¢mico, fresco y atrevido. Esa vanguardista Italia reta este martes a Espa?a en Wembley (Telecinco, 21.00). Tambi¨¦n esa Roja que ha hecho calar Luis Enrique durante el torneo supondr¨¢ un gran pulso para la afinada selecci¨®n de Roberto Mancini. La Espa?a que dentro y fuera del campo tutela Busquets, un l¨ªder silencioso al servicio del vestuario y un futbolista al servicio del m¨¦todo en la hierba. La Italia de Jorginho, otro equilibrista de primera. Dos selecciones de aire mosquetero, gremiales, sin eg¨®metros disparados. Dos equipos de autor, con el sello de Luis Enrique y Mancini, a los que no sentar¨¢ por igual el regreso a Wembley.
All¨ª donde Mancini perdi¨® la final de la Copa de Europa de 1992 entre su Sampdoria y el Bar?a, debut¨® Luis Enrique como seleccionador. Espa?a hab¨ªa ganado por primera vez en tan ic¨®nico escenario el 25 de marzo de 1981. Fecha inolvidable para el f¨²tbol espa?ol no solo por el resultado (1-2 ante Inglaterra), sino por la liberaci¨®n de Quini, secuestrado durante 24 d¨ªas. Treinta y siete a?os despu¨¦s, el 8 de septiembre de 2018, Luis Enrique tom¨® el mando tras el sainete de Julen Lopetegui en Rusia y el par¨¦ntesis de Fernando Hierro. La Roja derrot¨® a Inglaterra (1-2) en la Liga de Naciones con goles de Sa¨²l y Rodrigo Moreno. Ninguno convive hoy en esta Eurocopa. Aquella noche en Wembley solo estuvieron reclutados cinco de los que se alistan en la Euro actual. Busquets, Thiago y De Gea fueron titulares; Gay¨¢, Morata y Azpilicueta se api?aron en el banquillo. Se?al elocuente de la mudanza continua de Luis Enrique en menos de tres a?os. ¡°Siempre dije que me da igual c¨®mo se llamen los jugadores o en qu¨¦ equipo jueguen, traigo y traer¨¦ a los que vuelen¡±, record¨® este martes en Londres.
No han sido pocos los sobresaltos de Espa?a en esta atomizada Eurocopa. El positivo de Busquets, la improvisaci¨®n de La Cartuja, el desafecto popular ante un equipo casi an¨®nimo para muchos por su juventud y el mayoritario alistamiento en ligas extranjeras. La poca punter¨ªa de Morata, la derrota de Laporte frente a Lewandowski, dos penaltis fallados, la pifia de Unai Sim¨®n ante Croacia, la remontada expr¨¦s de los croatas¡ A todo se ha sobrepuesto esta Espa?a obligada a graduarse a la carrera en tr¨¢nsito durante el torneo. Vaya si se ha curtido esta selecci¨®n. Hay otros, pero basten dos ejemplos. La personalidad extraordinaria de Unai Sim¨®n para asumir sin tapujos ni coartadas su borr¨®n y remediarlo al instante con paradas cruciales. Y ese cadete Pedri de recorrido infinito que juega con el cr¨ªo que a¨²n le late como si estuviera en el barrio con la pandilla.
Jabato Morata
Tecla a tecla, Luis Enrique ha compuesto un equipo con armaz¨®n en el que falta blindar el eje de la zaga. No han fluido juntos los zurdos Laporte y Pau. El t¨¦cnico puede recurrir, como ya hizo Eric Garc¨ªa con Laporte, o fijar como central a Azpilicueta y resetear de nuevo a Marcos Llorente como lateral, por m¨¢s que su puesto resultara postizo en los primeros partidos. Immobile, ariete m¨¢s ancla y muy criticado por sus parroquianos, e Insigne, escurridizo por todo el frente de ataque, dar¨¢n la lata. Tambi¨¦n los volantes Verratti y Barella, que suelen dejar pisadas en el ¨¢rea rival. Ya no tendr¨¢n el soporte de Spinazzola, que se ha quedado sin turbo tras su grave lesi¨®n ante B¨¦lgica.
Inamovibles Busi-Pedri-Koke, alrededor de Morata, jabato en la entrega, pero no cl¨ªnico ante el gol, han gravitado Ferran, Dani Olmo y Sarabia (este baja por lesi¨®n), con menos carrete para Gerard Moreno. Todos en el per¨ªmetro del buen portero Donnarumma, donde hay cocodrilos como Bonucci (34 a?os) y Chiellini (36), dos siameses que llevan 324 partidos juntos, en la selecci¨®n y en la Juventus. De su constancia, firmeza y astucia bien sabe Morata. Los padece entreno a entreno, paliza a paliza.
Un partido con hueso y mucho cartel vedado a las aficiones de unos y otros. El Gobierno brit¨¢nico no ha aflojado sus exigencias y la entrada en Londres supone un galimat¨ªas desesperante de pruebas virol¨®gicas y tr¨¢mites burocr¨¢ticos, papeleo, papeleo y m¨¢s papeleo. Wembley, limitada su capacidad de 90.000 a 60.000 espectadores, ser¨¢ un reducto ingl¨¦s, con 2.500 privilegiados vip y, quiz¨¢, alg¨²n millar de italianos y espa?oles residentes en el Reino Unido. Llegar del extranjero supone una cuarentena de 14 d¨ªas. Demasiado para el fan¨¢tico m¨¢s fan¨¢tico. ¡°El f¨²tbol vuelve a casa¡±, cantan estas semanas los ingleses como ya hicieran en su edici¨®n de la Euro de 1996. Ocurre que entonces el f¨²tbol lleg¨® a casa con gentes de todos los rincones del mundo. Hoy, la casa es un patio particular. ¡°Es muy injusto¡±, dijo Mancini.
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