Rayos, truenos y tormenta de Alemania ante Dinamarca
La selecci¨®n anfitriona derrota a la danesa y espera a Espa?a en cuartos tras un partido que tuvo que ser suspendido durante media hora por el diluvio y la fuerte descarga el¨¦ctrica que se vivi¨® en Dortmund
Bajo rayos, truenos y una lluvia torrencial que detuvo el partido durante media hora, una Alemania gr¨¢cil dio cuenta de una Dinamarca resultona, sostenida por su portero Schmeichel hasta entrado el segundo tiempo. La Espa?a de Luis de la Fuente ya sabe que si este domingo liquida a Georgia tendr¨¢ que cruzarse en Stuttgart con los anfitriones.
La primera tormenta que descarg¨® fue la de Alemania, con un arranque arrollador. Con Andrich junto a Kroos, G¨¹ndogan liberado y con Raum, Kimmich, Musiala y San¨¦ atacando los flancos. Los futbolistas alemanes acompasaron con su descarga inicial los centelleantes rel¨¢mpagos que rajaban los negros nubarrones que se aproximaban amenazantes en la letan¨ªa a la cubierta del Westfalenstadion.
En un cuarto de hora a Alemania le dio para que le anularan un gol a Scholotteberg a la salida de un c¨®rner por un placaje previo de Kimmich y para que Schmeichel hijo rememorara esas noches en las que su padre, Peter, se hac¨ªa percibir imbatible. Vol¨® a un duro disparo de Kimmich, a un cabezazo de par¨¢bola envenenada y le sac¨® a Havertz una volea mordida pero bien cruzada. Alemania era un vendaval y su entusiasmada hinchada jaleaba encantada el paso de los rel¨¢mpagos a truenos. El primero que rompi¨® agudo y seco ya s¨ª sobrecogi¨® al personal. Coincidi¨® con la bajada de revoluciones de la apisonadora que hab¨ªa sido Alemania en durante un cuarto de hora largo.
Una pelota larga y cruzada de Andersen a Eriksen esta la convirti¨® en una maniobra fin¨ªsima. El acune del bal¨®n con el exterior de su bota tambi¨¦n le sirvi¨® para rebasar a R¨¹diger y coser un disparo que el central madridista pudo desviar por su rapidez de reacci¨®n. La jugada dio paso a una Dinamarca que marcaba mejor el paso ante una Alemania aturdida. El duelo entr¨® en una zona valle de ritmo alto y poca artiller¨ªa mientras el cielo enlutecido y encendido por los truenos se posaba ya sobre la techumbre del coliseo. Se avecinaba temporal y este se desat¨® con un aguacero torrencial que oblig¨® al colegiado a detener el encuentro en el minuto 35. El diluvio se torn¨® b¨ªblico con dos cataratas que se descolgaban de las esquinas de una de las cubiertas como estampa para la posteridad de esta Eurocopa. Los jugadores y el cuerpo arbitral se perdieron por la bocana de los vestuarios para refugiarse de la tormenta mientras solo unos valientes entre el p¨²blico no corr¨ªan hacia las tribunas cubiertas o hacia los vomitorios. All¨ª, durante la media hora que el partido estuvo detenido, los hinchas de una y otra selecci¨®n aprovecharon para avituallarse con cerveza mientras por la megafon¨ªa del estadio sonaba oportuno el pastelero Life is Life de Europe.
Sin rastro en el firmamento de la tormenta el¨¦ctrica y con las nubes ya exprimidas hasta decir basta se reanud¨® el encuentro, Alemania quiso repetir su cicl¨®n inicial y Havertz cabece¨® centrado una buena rosca de Raum. Como no, el pecho de Schmeichel estaba perfectamente colocado. Dinamarca respondi¨® con una transici¨®n vertiginosa tras una mala entrega de San¨¦. Eriksen la convirti¨® en acad¨¦mica con un primer toque que lanz¨® a la carrera a Delaney para plantarse en la frontal del ¨¢rea y asistir al bravo Hojlund. Este, un punto forzado, apenas pudo meter la bota por debajo del bal¨®n para una picadita que desvi¨® Neuer.
El descanso depar¨® de nuevo otra Alemania castigadora que se sobresalt¨® cuando el central Andersen pesc¨® una pelota suelta salida de una montonera tras un saque de esquina y bati¨® a Neuer con un zurdazo raso y cruzado. El VAR decret¨® fuera de juego por medio pie y le conden¨® doblemente en la siguiente acci¨®n. Un centro de Raum le golpe¨® en la mano. No lo vio el colegiado, pero s¨ª lo detect¨® el videoarbitraje. Havertz no perdon¨®. Con el tanto se desat¨® la segunda tormenta de f¨²tbol teut¨®n. El propio Havertz, con esa zancada tan elegante como poderosa, se plant¨® en dos ocasiones ante Schmeichel. Como jugador de clase que es quiso culminar con toques sutiles que se le escaparon por medio palmo. Fue Musiala el que estableci¨® el definitivo segundo gol. Fue en una de esas secuencias que el nuevo paradigma propicia cuando el equipo que trata de salir jugando desde atr¨¢s rompe la presi¨®n con un pase que atraviesa l¨ªneas y encuentra al hombre libre listo para correr a campo abierto. Musiala no fall¨®. Espa?a, si da cuenta de Georgia, deber¨ªa tomar nota.
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