¡°El Uni¨®n Berl¨ªn es lo opuesto al Real Madrid¡±
Michael Parensen, director deportivo del rival del equipo blanco en la Champions, analiza a su club en v¨ªsperas de debutar en el Bernab¨¦u
Michael Parensen no olvida el d¨ªa de febrero de 2009, cuando embutido en el uniforme del Uni¨®n Berl¨ªn salt¨® por primera vez al campo helado del estadio Alte F?rsterei. Corr¨ªa la segunda mitad de la temporada de Tercera Divisi¨®n y la hinchada de 20.000 gargantas le aclam¨® con el ep¨ªteto invencible con el que bautizaban ¡ªy bautizan¡ª a cada uno de los suyos: ¡°?fussball gott!¡±. Dios del f¨²tbol. Autom¨¢ticamente. ?l, un humilde central de ligas inferiores. Por aclamaci¨®n. Divinidad.
¡°Aqu¨ª a los aficionados les da igual que los jugadores sean profesionales que ganan mucho dinero¡±, dice Parensen que hoy, a sus 37 a?os, encabeza como director deportivo la delegaci¨®n del Uni¨®n Berl¨ªn que viaja a Madrid a disputar la primera jornada de la Champions en el Bernab¨¦u. ¡°Los hinchas del Union se preguntan: ¡®?Hemos hecho todo lo suficiente por apoyar al equipo?¡¯. Lo interesante es que te dan todo su aprecio desde el momento en que pisas su campo. Sin haber hecho nada ya eres un fussball gott. Y no es una broma. Es verdad. Tienes que cometer muchos errores para arruinar esa consideraci¨®n. Eso te da un sentido de la responsabilidad. Te obliga¡±.
¡°Este es un club rebelde¡±, explica el dirigente. ¡°No es un mito. Es real. Estamos abiertos a gente que piensa diferente, a gente de clase trabajadora. Los arist¨®cratas del f¨²tbol est¨¢n en el lado opuesto. Esto es verdad. Por supuesto que en el f¨²tbol moderno tienes que invertir, ser econ¨®micamente fuerte y pagar buenos salarios a la plantilla para participar en estas competiciones. Pero somos un club del pueblo. Por eso nuestra gente celebra incluso en las derrotas. Agradece el esfuerzo. El Real Madrid tiene que ser exitoso y eso a sus aficionados tampoco les basta. Tiene que jugar bien. Tiene que ser El Ballet Blanco. Tiene que ser Gal¨¢ctico. Nunca ser¨¢ suficiente. El Uni¨®n Berl¨ªn es exactamente lo opuesto. Basta conque intentes comportarte como un buen t¨ªo y lo des todo en el campo y ser¨¢s un h¨¦roe¡±.
Parensen procura decodificar uno de los enigmas del f¨²tbol europeo contempor¨¢neo. El camino ins¨®lito que entre 2006 y 2023 ha elevado a un club modesto del barrio berlin¨¦s de K?penick de la Cuarta Divisi¨®n a debutar en la Champions. ¡°Esto no es ni la obra de un genio ni un accidente sostenido en el tiempo¡±, dice. ¡°Este es el resultado del trabajo de gente que ha dedicado su tiempo desde hace 20 a?os. Los empleados no entraron aqu¨ª por el sueldo, ni porque quieran vivir del f¨²tbol, sino porque tienen una conexi¨®n emocional. Ah¨ª est¨¢ el secreto. Que las personas que hacen este club son fieles a sus principios de trabajo duro, unidad y solidaridad. As¨ª es ahora en la Champions y as¨ª era cuando yo jugaba. Aqu¨ª jugamos al f¨²tbol para el pueblo que nos viene a ver. Caro que tenemos t¨¦cnicos que analizan el big data. Pero eso no nos distrae de nuestra meta. No hacemos experimentos. No nos interesa abrir nuevos caminos en el juego, ni saber qu¨¦ es posible y qu¨¦ no. Nos agarramos a las ra¨ªces. Queremos seguir siendo los mismos que ¨¦ramos cuando no ten¨ªamos ¨¦xito. A la hora de construir el equipo para nosotros es m¨¢s importante el car¨¢cter que el talento. Cuando buscamos jugadores que encajen, siempre miramos primero el aspecto personal. Se ve en el campo¡±.
En el campo defienden con once y atacan de forma reiterativa con balones largos que dividen antes de acudir a la pelea como un pelot¨®n. Ah¨ª, en la captura del rechace, el choque y la transici¨®n ofensiva, es donde destaca la figura de hombres rudos e intuitivos como el nueve Kevin Behrens, tipos disciplinados por el adiestramiento de Urs Fischer, el entrenador que modula al equipo desde 2018. ¡°Todos saben qu¨¦ hacer en cada situaci¨®n¡±, dice Parensen. ¡°Fischer trabaja sobre los mismos conceptos desde que yo jugaba. La estructura exige que necesites jugadores con un car¨¢cter determinado. No es sencillo. A veces los futbolistas se sienten artistas que necesitan crear algo especial. Fischer lo comprende pero dice: ¡®Primero tienes que ce?irte a los principios, porque si haces lo que quieres y cada uno tiene su propio plan no tendremos ¨¦xito¡±.
Isco y Bonucci
Cuatro a?os despu¨¦s de disputar su primer partido en la Bundesliga, el equipo da muestras de inestabilidad en su l¨ªnea m¨¢s fiable. Ha recibido siete goles en contra en los cuatro partidos que lleva jugados esta temporada. Despu¨¦s de ser el equipo menos batido de la ¨²ltima liga alemana, los datos resultan inquietantes. ¡°No hemos tenido tiempo suficiente para entrenar con los nuevos fichajes, hemos sufrido lesiones graves y tambi¨¦n nos ha faltado suerte¡±, observa el director deportivo. ¡°Fischer no est¨¢ contento. Para eso hemos fichado a Leonardo Bonucci. ?l nos ayudar¨¢ a recuperar el orden defensivo por su experiencia, su habilidad con los dos pies, y su competencia como marcador. Lleva tres semanas entren¨¢ndose muy bien, y es el ¨²nico jugador de la plantilla que ha jugado en el Bernab¨¦u. Quiz¨¢s eso influya en la decisi¨®n del entrenador para ponerle este mi¨¦rcoles¡±.
Ajustar la maquinaria se hace m¨¢s dif¨ªcil seg¨²n el equipo asume desaf¨ªos mayores. En defensa y en ataque. Tan s¨®lido y combativo como predecible, el juego del Uni¨®n Berl¨ªn necesitaba un giro de tuerca cuando hace un a?o los t¨¦cnicos consideraron que Isco Alarc¨®n pod¨ªa a?adirles ese grano de ingenio. Procuraron ficharle, sin ¨¦xito. ¡°Ten¨ªamos un equipo de trabajadores y pensamos que si pon¨ªamos a alguien especial sorprender¨ªamos a los rivales¡±, confiesa Parensen.
Isco dio marcha atr¨¢s. El Uni¨®n Berl¨ªn sigui¨® adelante. Este mi¨¦rcoles los trabajadores visitan el Bernab¨¦u.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.