La huelga de las futbolistas y el SIMA
Lo sucedido desde la final del Mundial sit¨²a a los hombres ante un espejo tan inesperado e inc¨®modo como necesario de una vez por todas
Si no existiera el Servicio Interconfederal de Mediaci¨®n y Arbitraje (SIMA) habr¨ªa que inventarlo. Puesto que existe desde hace mucho tiempo, 1996, y puesto que en el mundo sindical y patronal de las relaciones laborales es de sobra conocido, solo falta darlo a conocer a la ciudadan¨ªa en general.
La reciente huelga de las futbolistas de la ¡°primera divisi¨®n¡±, la Liga F, resuelta exitosamente con la decisiva intervenci¨®n mediadora del SIMA, constituye una inmejorable ocasi¨®n para la puesta en valor de esta fundaci¨®n p¨²blica m¨¢s all¨¢ de su limitado radio de acci¨®n profesional.
El mundial de f¨²tbol conquistado por la selecci¨®n femenina espa?ola y el impresentable comportamiento del ¨ªnclito Rubiales en la celebraci¨®n australiana del campeonato, torpemente empeorado por el mismo y su troupe en los d¨ªas posteriores, han propiciado una singular ¡°catarsis¡± de amplio espectro. Sin esa catarsis la huelga de las futbolistas no habr¨ªa tenido tan elevados ecos medi¨¢tico y pol¨ªtico y el resultado seguramente habr¨ªa sido otro. Sin esa catarsis no estar¨ªan las campeonas mundiales empe?adas en hacer valer ante la RFEF unos cambios y unas mejoras tanto tiempo postergados.
Y lo m¨¢s importante de todo, sin esa catarsis no estar¨ªa interpelada toda la sociedad espa?ola, muy en particular los hombres, sobre todo los autoconvencidos de no ser machistas. Autopercibirse o no como machista es tambi¨¦n una cuesti¨®n temporal y espacial, del tiempo y el lugar en el que uno vive, y lo sucedido desde el 20 de agosto de 2023, fecha de la final mundialista, sit¨²a a los hombres ante un espejo tan inesperado e inc¨®modo como necesario de una vez por todas.
En semejante contexto transformador lleg¨® al SIMA la huelga de las futbolistas de la Liga F y este no hizo ni m¨¢s ni menos que interpretarse a s¨ª mismo. Esta fundaci¨®n p¨²blica, integrada por el Estado y las organizaciones sindicales (CC OO y UGT) y patronales (CEOE y CEPYME) m¨¢s representativas en el ¨¢mbito estatal, configurada a partir del ejercicio responsable de la negociaci¨®n colectiva en la cumbre (ASAC VI), est¨¢ m¨¢s que acostumbrada a mediar (y, en su caso, arbitrar) en multitud de conflictos laborales colectivos. Conflictos econ¨®micos de fijaci¨®n y determinaci¨®n de las condiciones laborales (salariales o no), que no pueden en ning¨²n caso encontrar una respuesta en los tribunales. Y conflictos jur¨ªdicos sobre la aplicaci¨®n e interpretaci¨®n de las normas laborales, que s¨ª pueden obtener una soluci¨®n judicial, pero que siempre quedar¨¢n mejor atados, y durante m¨¢s tiempo, cuando la soluci¨®n la protagonicen los trabajadores y los empresarios, gracias muchas veces a la tarea mediadora del SIMA.
En el conflicto econ¨®mico exteriorizado a trav¨¦s de la huelga de las futbolistas de la Liga F, los mediadores del SIMA hicieron lo mismo que en otras muchas discrepancias econ¨®micas, ayudar a las partes, mediante maratonianas jornadas de trabajo, a encontrar el siempre dif¨ªcil punto de equilibrio. No estaba en cuesti¨®n el valor econ¨®mico del trabajo de las futbolistas regidas retributivamente por convenio colectivo en lugar de por contrato de trabajo, sin duda superior al del salario m¨ªnimo profesional finalmente acordado: un fijo de 21.000 euros anuales para la temporada 2023-2024, con una posible variable adicional de 2.000 euros anuales. Estaba en juego algo mucho m¨¢s complejo, la capacidad econ¨®mica de los clubes de la Liga F para incrementar el salario m¨ªnimo de muchas futbolistas sin poner en peligro un negocio todav¨ªa incipiente, aunque con razonables expectativas de aumento exponencial de los recursos econ¨®micos en un futuro no muy lejano, en la l¨ªnea de la experiencia inglesa.
Complejidad sabiamente interpretada por los cinco sindicatos (FutPro, AFE, Futbolistas ON, CC OO y UGT) convocantes de la huelga y por la patronal de los clubes de f¨²tbol femenino (Liga F). Y complejidad le¨ªda con notable inteligencia por las propias futbolistas, s¨®lidamente unidas tanto en el seguimiento y la alimentaci¨®n de la huelga como en su desconvocatoria. En un escenario as¨ª el SIMA no pod¨ªa fallar y una vez m¨¢s cumpli¨® de forma sobresaliente con su delicada funci¨®n institucional.
Last but not least, sirva esta feliz actuaci¨®n del SIMA para reivindicar el entero sistema de soluci¨®n aut¨®noma de conflictos laborales, en el que esta fundaci¨®n p¨²blica solo es la c¨²spide, pensada para los conflictos territorialmente m¨¢s amplios, los estatales. El SIMA convive desde el inicio con los correspondientes sistemas auton¨®micos, encargados de los conflictos laborales que no desbordan dicho ¨¢mbito, cuya inestimable labor conocen bien los trabajadores y los empresarios de los niveles local, provincial y auton¨®mico. Uno de esos sistemas auton¨®micos (acaso todos potencialmente), el de Castilla y Le¨®n, sobrevive a duras penas amenazado por la sinraz¨®n de un partido pol¨ªtico, Vox, que parece sentirse m¨¢s c¨®modo con el pasado de las relaciones laborales que con el presente, temeroso quiz¨¢ de colocarse frente al mismo espejo al que tarde o temprano tendr¨¢ que mirarse el ya dimisionario cocodrilo Dundee espa?ol.
Juan Bautista Vivero Serrano, mediador del SIMA y Catedr¨¢tico de Derecho del trabajo en la Universidad de Salamanca.
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