Rodrygo y la rutina del expectorante: final a su desierto goleador
El brasile?o, que sigue la costumbre de aplicarse crema en el pecho para respirar mejor, marca 936 minutos despu¨¦s. Bellingham, cargado en los abductores, no peligra para el cl¨¢sico, asegura Ancelotti
Braga es un lugar arm¨®nico, manejable y excesivamente tranquilo. El t¨ªpico sitio que algunos en Espa?a despejar¨ªan con el despectivo ¡°una aburrida ciudad de provincias¡±. Y encima muy lluvioso. Hasta aqu¨ª y hasta un estadio de roca vista le trajo el calendario al Madrid por primera vez en su historia. Una novedad que no alter¨® la rutina de Jude Bellingham. El ingl¨¦s apareci¨® en el c¨¦sped a las 18.33 (hora portuguesa) para inspeccionar el territorio y, como explic¨® ¨¦l mismo, visualizar su partido. Solo, vestido de negro y con las manos en los bolsillos, lleg¨® hasta el centro del campo y all¨ª se pas¨® cuatro minutos en su ensimismamiento, apenas alterado para hacerse un selfi r¨¢pido, y saludar un par de veces a la grada y a un utilero. Quiz¨¢ pensar¨ªa en c¨®mo ser¨ªa atacar contra una enorme piedra en la primera parte y unos ¨¢rboles en la segunda.
Lo comprob¨® en el 0-2, frente a la zona verde que adorna uno de los fondos. Tercera diana del muchacho del momento en tres partidos de Champions, su und¨¦cima con el Madrid en 12 encuentros. En el 90, sin embargo, se march¨® sustituido por Lucas V¨¢zquez tras tirarse al c¨¦sped y mostrar algunos gestos de dolor. ¡°Ten¨ªa cargados los abductores porque el campo estaba blando. Pero se encuentra bien¡±, asegur¨® Carlo Ancelotti, que no temi¨® por su presencia en el cl¨¢sico del s¨¢bado.
Rodrygo Goes tambi¨¦n tiene sus propias rutinas. Justo antes de cada partido como titular, se acerca a la banda y un empleado del Madrid le aplica con fuerza crema expectorante en el pecho. En la costumbre, que empez¨® a verse hace dos d¨¦cadas en la Premier, siempre le acompa?a Milit?o, ahora lesionado, y Mendy. En Braga, no obstante, lo que de verdad le hizo respirar mejor fue su gol. Final a 73 d¨ªas de secarral anotador, 936 minutos a oscuras (incluyendo los tiempos de prolongaci¨®n). Una crisis que ya hab¨ªa adquirido envergadura y hab¨ªa elevado el ruido alrededor de su figura. Tambi¨¦n porque ¨¦l ven¨ªa de quejarse con Brasil de que no le gusta jugar de delantero centro, algo que sin embargo este curso apenas hab¨ªa hecho, y de que Carlo Ancelotti le respondiera reclam¨¢ndole ¡°altruismo¡±.
¡°Quiero dar las gracias al m¨ªster porque ha confiado en m¨ª todo el tiempo¡±, quiso valorar Rodrygo p¨²blicamente despu¨¦s de unos d¨ªas agitados. ¡°Me ve¨ªa enfadado y triste por no marcar, pero siempre me ha motivado y ha confiado en m¨ª. Estaba en un momento de mala suerte, lo intentaba de todas las maneras y no me sal¨ªan los goles. Hac¨ªa buenos partidos, pero no marcaba. Lo bueno del f¨²tbol es que hoy [por este martes] no he jugado tan bien y he marcado¡±, admiti¨® despu¨¦s de una actuaci¨®n personal que la que hubo poco m¨¢s al margen del emboque.
¡°Para ¨¦l, el gol es importante. Para nosotros, un poco menos¡±, apunt¨® el t¨¦cnico italiano. ¡°Aunque no haya marcado en partidos anteriores, lo ha hecho bien. Creo que le va a ayudar¡±, indic¨® el de Reggiolo. En un bal¨®n largo de Nacho a Vinicius, mientras Modric levantaba los brazos para pedir m¨¢s calma en la construcci¨®n, el extremo se hizo sitio y enlaz¨® con su compatriota para que acabara con su suplicio, junto a la roca que se levanta en uno de los fondos. Un par de minutos antes, Rodrygo hab¨ªa bajado el centro para tocar el bal¨®n y comprobar que segu¨ªa siendo redondo, porque no lo hab¨ªa olido hasta entonces. La diana le lleg¨® en su disparo n¨²mero 40 desde su ¨²nico tanto anterior, un ya lejano 12 de agosto.
¡°Tuvimos problemas para controlar a R¨¹diger¡±
Ancelotti, que cumpli¨® 200 duelos en la Copa de Europa (cifra que solo hab¨ªan alcanzado Alex Ferguson y Ars¨¨ne Wenger), aplic¨® a cuatro d¨ªas del cl¨¢sico rotaciones de baja intensidad. Nacho por Alaba, Fran Garc¨ªa por Mendy, Modric por Kroos y, respecto al Pizju¨¢n, tambi¨¦n Camavinga por Tchouameni. El ataque, sin embargo, lo dej¨® intacto. Quiz¨¢ tambi¨¦n porque Joselu se cay¨® por gripe. La nueva oportunidad la aprovech¨® Rodrygo para lograr su diana n¨²mero 16 en 42 partidos de Champions, solo una menos que en 118 de Liga. El dato de un idilio.
Rodrygo tambi¨¦n apareci¨® en el segundo de los blancos, aunque esta vez para levantar las manos y pedir perd¨®n. Recibi¨® un pase filtrado de Valverde y su centro al segundo palo a Vinicius fue tan largo que se disculp¨®. Su compa?ero, muy activo, mejor¨® la acci¨®n con un env¨ªo atr¨¢s para el golpeo afilado Bellingham. Su despliegue result¨® discreto, pero la noche le sirvi¨® para acabar con una racha que empezaba a ahogarle. En el 71, con la marea subiendo, fue relevado por Tchouameni. Al poco, sali¨® Mendy, otro del grupo del expectorante.
Con la faena hecha, varios madridistas tuvieron que llevarse en volandas a R¨¹diger al vestuario porque se hab¨ªa enzarzado en una disputa con integrantes del Braga. ¡°Estaba muy enfadado. Tuvimos un poco de dificultad para controlarlo¡±, reconoci¨® Ancelotti.
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