Triunfo ag¨®nico del Atl¨¦tico ante el Almer¨ªa tras un desplome alarmante
Los de Simeone encauzaron r¨¢pido el partido con goles de Morata y Correa, pero permitieron que el equipo de Gaizka Garitano reviviera e hiciera m¨¦ritos para empatar
Lo que parec¨ªa que iba a ser un paseo con siesta placentera se convirti¨® en un suplicio para el Atl¨¦tico. Su desplome tras los goles de Morata y Correa antes de la primera media hora de juego fue alarmante y puso en solfa una victoria que termin¨® por ser ag¨®nica. El Almer¨ªa, que hab¨ªa hecho gala de su condici¨®n de colista en los primeros minutos del partido, se convirti¨® en un equipo amenazante que le perdi¨® el respeto a los rojiblancos. Termin¨® el equipo de Simeone atrincherado en su ¨¢rea, con el reloj y el coraz¨®n en la boca y Oblak como salvador. El tanto de Baptistao y la retah¨ªla infinita de balones perdidos desat¨® la histeria en el Metropolitano. El ataque de orgullo del Almer¨ªa puso contra las cuerdas a los futbolistas de Simeone, hechos un flan ante la posibilidad de no concretar un triunfo que encarrilaron muy pronto. Los errores en las entregas exasperaron a una hinchada que termin¨® por pitar cada p¨¦rdida de los suyos. En la banda, Simeone imploraba a sus jugadores por una calma en los pases que no apareci¨®. El Almer¨ªa hizo m¨¦ritos para empatar tras su desastroso inicio de partido.
No hab¨ªa aguantado un cuarto de hora el equipo de Gaizka Garitano el empuje de los futbolistas rojiblancos, azuzados por resolver por la v¨ªa r¨¢pida con el ojo puesto en el duelo del mi¨¦rcoles contra el Lazio, con el que se jugar¨¢n el liderato de su grupo en la Champions que permite evitar a los grandes favoritos. Sali¨® el Atl¨¦tico muy enchufado. La alineaci¨®n que arm¨® Simeone destilaba la algarab¨ªa de la f¨®rmula casera de jugar con Griezmann de interior y Correa y Morata de puntas. Parece muy convencido el preparador argentino de que, ante su p¨²blico, la superioridad de su plantel sobre la mayor¨ªa de los rivales de la competici¨®n le da para ese lujo de colocar a Griezmann como tercer centrocampista para dar paso a un delantero m¨¢s. Fuera de casa, Simeone a¨²n no se ha atrevido con esa propuesta.
M¨¢s all¨¢ de que el Atl¨¦tico debe afrontar un partido cada tres d¨ªas hasta que cierre el a?o el 23 de diciembre en el partido aplazado con el Sevilla, el once tambi¨¦n ten¨ªa cierto aire de castigos y toque de atenci¨®n a Nahuel Molina, Gim¨¦nez, Hermoso y Riquelme por sus errores en el Camp Nou. Llorente, Savic y Azpilicueta y Lino ocuparon sus puestos. Solo Witsel sobrevivi¨® a esa criba en la l¨ªnea defensiva que no hizo mella en la decisi¨®n con la que el Atl¨¦tico fue a por el partido. Antes de que se cumplieran los primeros cinco minutos, Griezmann ya hab¨ªa batido a Maximiano, aunque el VAR anul¨® el tanto.
El franc¨¦s fue el gran exponente del empe?o de su equipo por liquidar el encuentro cuanto antes desde la presi¨®n sobre la salida de la pelota del Almer¨ªa. Dos recuperaciones suyas en dos zonas distintas propiciaron los dos primeros goles del Atl¨¦tico y desmontaron la defensa de cinco que plante¨® Garitano. El primer robo fue pegado a la banda izquierda, desde donde habilit¨® a Morata en la frontal del ¨¢rea. Desde all¨ª, Morata firm¨® una doble maniobra majestuosa. Primero le rompi¨® la cintura a Chumi y despu¨¦s sent¨® a Maximiano cambi¨¢ndose la pelota de pierna para definir casi sin ¨¢ngulo. Cuatro partidos llevaba sin marcar Morata, que vuelve a sentir la competencia del recuperado Memphis. Ya en el curso pasado y en el inicio de este pareci¨® que al atacante madrile?o le espolea sobremanera la pelea por el puesto con el neerland¨¦s.
El segundo robo de bal¨®n de Griezmann fue en los alrededores de la medialuna del ¨¢rea rival. Esta vez abri¨® para la carrera de Llorente y el centro de este lo empuj¨® sin oposici¨®n Correa. Un tanto para el alivio an¨ªmico del argentino, que sali¨® tocado del Camp Nou despu¨¦s de fallar una clara ocasi¨®n que pudo significar el empate.
Con esos dos goles de ventaja antes de cumplirse la primera media hora, al Atl¨¦tico le entr¨® la modorra. Baj¨® las revoluciones y dej¨® de ser un equipo punzante. Permiti¨® que el Almer¨ªa se creciera antes del descanso con varias aproximaciones a la meta de Oblak que envalentonaron y revivieron a los futbolistas de Garitano.
Esa crecida del Almer¨ªa y el sesteo de los rojiblancos se mantuvo en el arranque del segundo acto. M¨¢s vida para un equipo que parec¨ªa muerto y se vio imbuido de ese arre¨®n orgulloso, premiado con un gol que puso de los nervios a los futbolistas de Simeone. Baptistao aprovech¨® un rechace de Oblak para marcar y el Atl¨¦tico pas¨® del sue?o placentero a la pesadilla. Un conjunto convertido en una m¨¢quina de perder balones, atenazado por los nervios y el miedo a tirar un partido que ten¨ªan encauzado. Oblak tuvo que hacer un par de intervenciones de m¨¦rito y Simeone tuvo que volver a reclamar el apoyo de la grada para sostener una victoria ag¨®nica.
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