La angustia de Xavi
Es conmovedor que ni siquiera el d¨ªa en que puede sacar pecho del juego de su equipo el t¨¦cnico azulgrana es capaz de hablar de f¨²tbol sin cobrarse facturas
?Qu¨¦ hacemos ahora con el buf¨®n de la Champions?, se preguntaba este martes Xavi Hern¨¢ndez. Ca¨ªa la medianoche y el Bar?a acababa de ganarle al N¨¢poles. Con un derroche de f¨²tbol del bueno, la sensaci¨®n de peligro continuamente en el ¨¢rea contraria, un juego vertical y r¨¢pido, con transiciones vertiginosas. Un Bar?a in¨¦dito esta temporada, para qu¨¦ enga?arnos. Para goce y disfrute de Montjuic, que al fin fue caldera. Un Bar?a renacido, cuyo equipo celebr¨® el triunfo y el pase a cuartos de final con la alegr¨ªa entendible del que ve escaparse la temporada, sufre cada gota que suda en el campo y digiere la presi¨®n de ser deportista de ¨¦lite como puede. Un Bar?a liderado por un entrenador que present¨® su dimisi¨®n en diferido hace m¨¢s de un mes y que aguanta el tipo lo mejor que puede (algunos d¨ªas mejor que otros) mientras llega el verano.
En esas estaba cuando el rencor le pudo y empez¨® a asomar por la sala de prensa minutos despu¨¦s del final del encuentro. La venganza se sirve en plato fr¨ªo, dicen. Cu¨¢nto tiempo llevar¨ªa Xavi rumiando y machac¨¢ndose (y machacando) con aquella cr¨®nica de un partido de f¨²tbol que su equipo perdi¨® contra el Shakhtar y que por poco no le deja, otra vez, haciendo el pena en la Europa League. Aquella que este diario titul¨®: El Bar?a es el buf¨®n de Europa. Y en la que el autor, Ramon Besa, hablaba del Bar?a como instituci¨®n y repasaba ya en su primer p¨¢rrafo otras derrotas hist¨®ricas en noches de Champions, cuando eran otros entrenadores, como Ernesto Valverde o Quique Seti¨¦n, los que aguantaban el chaparr¨®n. Pero Xavi, en un signo de debilidad absoluta, asumi¨® que el buf¨®n era solo ¨¦l. Y se tom¨® el adjetivo como el peor de los insultos.
El exabrupto del todav¨ªa entrenador azulgrana ante la prensa este martes denota cierta incapacidad para lidiar con la rabia, con la derrota. Y tambi¨¦n con la victoria. Acumular toda esa mala baba desde el pasado noviembre y vomitarla el d¨ªa en que logras el triunfo m¨¢s importante de la temporada dice mucho de las dudas y los miedos que deben revolotear por su cabeza desde hace tiempo.
Es conmovedora la angustia de Xavi. Ni siquiera el d¨ªa en que puede sacar pecho del juego de su equipo es capaz de hablar de f¨²tbol sin cobrarse facturas. Es llamativo, tambi¨¦n, que se atreva con Ramon Besa, referente del periodismo nacional, honrado en Catalu?a, y uno de los mejores int¨¦rpretes de la realidad del Barcelona, del juego del equipo y del estado an¨ªmico de la entidad. No ha entendido una cosa Xavi: los periodistas no son palmeros (o no deben serlo). Los cronistas deportivos est¨¢n para interpretar lo que pasa en el campo y en los despachos y explicarlo a los lectores lo mejor posible. Por mucho que ¡°sigan al Bar?a¡±, como dijo el entrenador, incluso si ¡°son del Bar?a, en teor¨ªa¡± ¨Ccomo se?alaba tambi¨¦n el exfubolista¨C, se deben a su profesi¨®n antes que a su equipo, a su peri¨®dico antes que a sus amistades o relaciones personales.
La cr¨ªtica, por otro lado, no es injusta, Xavi. Sabe injusta cuando uno la sufre. Y eso va en ambas direcciones, por cierto.
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