De ritmos y controles
El f¨²tbol es, a estas alturas de la Champions, un juego que se escapa cada vez m¨¢s de lo predecible y que nos augura cuatro partidos de vuelta llenos de ¡®rock and roll¡¯, de momentos y de partidos dentro de cada partido, de todo eso que hace del f¨²tbol un juego maravilloso e incorsetable
Uno de los principios que acompa?an a la preparaci¨®n de cualquier gran encuentro suele ir relacionado con controlar el ritmo del partido. Si me preguntan qu¨¦ es eso les dir¨ªa, resumiendo mucho, que consiste en que el duelo se juegue al ritmo que le conviene a mi equipo. Como me dijo una vez Johan Cruyff antes de salir a jugar las semifinales de la Recopa en aquel Estadio delle Alpi que era la casa de la Juventus: ¡±Zubi, ya sabes, cuando ellos quieren descansar nosotros sacamos r¨¢pido pero sobre todo, cuando ellos quieran acelerar entonces tu trabajo es retardar el saque, bajar el ritmo del juego y desacelerar su intensidad¡±.
Pues m¨¢s o menos en eso consiste el control del ritmo del partido. Claro, que estaba intentando encontrar buenos ejemplos en estos trepidantes cuartos de final de Champions y, la verdad, es que no me sale ninguno. Se dir¨ªa que, as¨ª en general, los ocho equipos han tenido sus tiempos favorables, sus momentos de intensidad y de dominio, eso que llamar¨ªamos la manija del juego y que han conseguido inclinar claramente el campo en direcci¨®n a la porter¨ªa del rival.
?Y qu¨¦ te queda cuando el rival te quita el bal¨®n y ataca por oleadas? S¨ª, puedes recurrir a aquello que Johan propon¨ªa, pero eso te da unos minutos de respiro nada m¨¢s. Puedes intentar tener el bal¨®n bajo aquel axioma de que si lo tengo yo no lo tiene el rival y as¨ª puedo descansar, pero es que hoy en d¨ªa cuando un equipo tiene la pelota dominada cerca de su propia ¨¢rea puede ser la situaci¨®n en la que est¨¦ m¨¢s cerca de encajar un gol, ya que la intensidad de la presi¨®n rival convierte a la pelota en un artefacto peligroso y un mal pase se convierte en jugada de peligro. Aqu¨ª s¨ª que tenemos buenos ejemplos en el primer gol del Atl¨¦tico contra el Borussia Dortmund tras recuperaci¨®n cerca del ¨¢rea rival y tambi¨¦n en el empate del Bar?a cuando un mal despeje de Donnarumma dejaba el bal¨®n controlado para el Bar?a a 40 metros de la porter¨ªa y Pedri Potter sacaba su varita para regalarle un caviar a Raphinha que finalizaba de forma excelsa.
Entonces, ?c¨®mo se superan esos momentos ag¨®nicos en los que el rival domina y nosotros no hacemos m¨¢s que achicar agua de la defensa? Les cuento el sue?o de un portero para estas situaciones: Lo ¨®ptimo ser¨ªa conservar la calma, mantener la estructura defensiva manteniendo las l¨ªneas juntas y dando pocos espacios de ventaja al rival siendo intensos en cada disputa porque cada bal¨®n robado es ox¨ªgeno puro y, esto ya es para nota, intentar amenazar a la l¨ªnea defensiva rival con alg¨²n pase a su espalda, con alguna jugada que haga retroceder a su l¨ªnea de defensa que pueda empezar a sentirse vulnerable y que al dar dos pasos hacia atr¨¢s hace que todo nuestro rival nos conceda dos pasos de espacio en nuestra defensa y a partir de ah¨ª poder respirar y comenzar a darle la vuelta al partido.
Claro que todo lo escrito anteriormente es pura teor¨ªa, podr¨ªa ser hasta mucho m¨¢s compleja, ya que en la vor¨¢gine de un partido, en medio del ruido de un estadio y con las pulsaciones a mil suele ser dif¨ªcil tener mucha lucidez cuando lo que el partido te est¨¢ demandando acci¨®n y no hay tiempo para la reflexi¨®n.
Algo de eso se vivi¨® tambi¨¦n en el Bernab¨¦u con momentos para el Real Madrid y tiempos para el City en un ida y vuelta magn¨ªfico para el espectador neutral, pero tremendo para Ancelotti y Guardiola, que hubieran preferido ser los amos de la velocidad y el ritmo del partido.
Pero el f¨²tbol es, a estas alturas de la Champions, un juego que se escapa cada vez m¨¢s de lo predecible y que nos augura cuatro partidos de vuelta llenos de rock and roll, llenos de momentos y de partidos dentro de cada partido, llenos de todo eso que hace del f¨²tbol un juego maravilloso e incorsetable.
Ah, aquel consejo de Johan acab¨® muy bien porque aunque perdimos 1 a 0 conseguimos la clasificaci¨®n para la final de la Recopa, qu¨¦ tiempos aquellos. El ¨²nico da?o colateral fue que el ¨¢rbitro me mostr¨® una tarjeta amarilla a los 20 minutos y como ya llevaba otra eso me impidi¨® jugar la final contra el Manchester United. No existe estrategia exitosa sin bajas.
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