De la Champions a Mbapp¨¦
?De verdad hay tantas diferencias como dice la percepci¨®n entre el Bar?a y el Madrid? O es el victimismo y la confusi¨®n cul¨¦ lo que agiganta el contraste
Escribo esto desde Barcelona, donde encuentro una desmoralizaci¨®n futbol¨ªstica coherente con los viejos canales comunicantes con el Real Madrid. El ¨¦xito de uno se corresponde con el fracaso del otro. Si miramos en corto, los contrastes parecen haber hecho estragos en esta ocasi¨®n.
Pero pongamos perspectiva. La temporada pasada el Bar?a fue justo campe¨®n con 10 puntos de ventaja sobre el Madrid que, adem¨¢s, qued¨® fuera de la Champions con un contundente 4 a 0 frente al City.
A ese desaf¨ªo el Real Madrid respondi¨® con el fichaje de Bellingham y algunos jugadores que llegaron para completar la plantilla: Brahim, Arda G¨¹ler, Fran Garc¨ªa¡ Vistos desde aqu¨ª, todos ¨²tiles. En el terreno de las p¨¦rdidas hay que destacar que se fue Benzema, delantero de clase Mundial. La camiseta n¨²mero 9 qued¨® vac¨ªa esperando tiempos mejores. Lleg¨® Joselu, cedido por 1,5 millones y acab¨® siendo gran protagonista.
Si el ¨¢rea contraria perd¨ªa a su due?o, la propia tambi¨¦n porque Courtois, el mejor portero del mundo si se trata de atajar, ca¨ªa con una grave lesi¨®n. Para suplirlo lleg¨® Arrizabalaga, pero el que gan¨® el concurso por la titularidad fue Lunin, en principio tercer portero y otro de los jugadores que la temporada consagr¨® como h¨¦roe.
M¨¢s desgracias: los centrales titulares cayeron con lesiones grav¨ªsimas, hasta el punto de que no pudieron ser relevantes en toda la temporada. No lleg¨® nadie para compensar las p¨¦rdidas, lo que pareci¨® una irresponsabilidad. Aqu¨ª comienza a agigantarse la figura de Ancelotti porque hacia afuera no perdi¨® la sonrisa (el optimismo aporta energ¨ªa en el dram¨¢tico f¨²tbol) y hacia dentro busc¨® alternativas que respondieron a lo grande. Nacho pas¨® de suplente de lujo a titular de lujo, R¨¹diger devino de jugador a ¨ªdolo y Tchouameni, a¨²n sin hacerle mucha gracia, se encarg¨® de los servicios m¨ªnimos en casos de necesidad. Una prueba m¨¢s de que, en este Madrid, el equipo triunfa sobre el individuo. Por otra parte, Kroos y Modric dejaron de ser complementarios: por imperativo de la edad solo hab¨ªa lugar para uno de los dos en el centro del campo. P¨¦rdida cr¨ªtica si miramos la influencia tanto de uno como de otro en los ¨²ltimos diez a?os. Hasta aqu¨ª, todo lo que el Madrid no tuvo. Pero, como sabemos, este club tiene serios problemas con la ley de las probabilidades.
Hace muchos a?os di por buena una frase que me dijo un taxista de Sevilla: ¡°Once buenos le ganan a once peores¡±. El Madrid de esta temporada me corrigi¨®: buenos, peores y un gran entrenador, s¨ª que son capaces de todo. En ayuda de tantas carencias, Ancelotti sac¨® del caj¨®n de la historia una frase de Alfredo Di St¨¦fano que hizo suya: ¡°Ning¨²n jugador es m¨¢s importante que todos juntos¡±. Profesionalidad, exigencia, competitividad, capacidad de adaptaci¨®n a todo tipo de partidos, cero divismos, cero conflictos, cero pol¨¦micas. Esp¨ªritu de equipo.
?De verdad hay tantas diferencias como dice la percepci¨®n entre el Bar?a y el Madrid? O es el victimismo y la confusi¨®n cul¨¦ lo que agiganta el contraste.
Sin que se atenuara la onda expansiva del festejo de la Decimoquinta, lleg¨® Mbapp¨¦ para agregarle al club potencia medi¨¢tica y futbol¨ªstica. Kylian solo debe entender que viene a llenar la camiseta n¨²mero 9 que le estuvo esperando pacientemente, pero que, en este momento y en este club, solo ser¨¢ el mejor siendo como Alfredo, uno m¨¢s. Entre muchos equipos que lo quer¨ªan eligi¨® el Madrid; entre mucho dinero que le ofrec¨ªan no le importar¨¢ ganar menos en el Madrid. Seguramente porque en esta temporada llena de dificultades y coronada con ¨¦xitos inesperados, habr¨¢ entendido, como Bellingham, que el Madrid no solo paga en gloria, sino que, adem¨¢s, paga al contado.
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