Memoria del ¡®Eurosporting¡¯ de Gij¨®n
La historia de una ¨¦poca tan brillante y tan ¨²nica del Sporting en la que ¡®refalfiar¡¯ era, adem¨¢s de un concepto asturiano, una mera cuesti¨®n de tiempo
La lengua asturiana tiene una voz espec¨ªfica para el hast¨ªo que puede llegar a causar la abundancia: refalfiu (del verbo refalfiar). Es la mejor manera de definir lo que sucedi¨® aquel 17 de septiembre de 1987, cuando el que probablemente ha sido el mejor Milan de la historia ¡ªcon Gullit, Van Basten, Maldini o Baresi en la plantilla y Sacchi de entrenador¡ª viaj¨® hasta Gij¨®n para enfrentarse al Sporting en la primera ronda de la Copa de la UEFA. Asistieron 18.000 personas. El Molin¨®n, por aquel entonces, podr¨ªa acoger algo m¨¢s de 40.000 espectadores. Era la quinta ocasi¨®n en nueve a?os en la que el equipo asturiano participaba en la competici¨®n europea.
Y la afici¨®n sportinguista lleg¨® a la cita con cierto empacho de ¨¦xito. Un refalfiu ¡ªasturiano, se entiende¡ª de manual. Aunque el Eurosporting lograr¨ªa una nueva clasificaci¨®n para jugar en Europa en 1991, aquel equipo que cautiv¨® a miles de hinchas rojiblancos comenzaba a emitir leves se?ales sobre el fin de una ¨¦poca gloriosa en la que logr¨® jugar dos finales de Copa del Rey, fue subcampe¨®n de Liga o tuvo en sus filas a un m¨¢ximo goleador ¡ªQuini, en tres ocasiones¡ª y al portero menos goleado ¡ªAblanedo, en otras tres¡ª.
El cielo rojiblanco (Hoja de lata), es una cr¨®nica elegante, completa, mesurada, salpimentada con humor, iron¨ªa y pertinentes referencias culturales y muy bien escrita por el periodista asturiano Rafa Quir¨®s. Un cielo que se empez¨® a asaltar el d¨ªa en el que se decidi¨® invertir el dinero del traspaso de Churruca al Athletic en construir la Escuela de f¨²tbol de Mareo ¡ªah¨ª, en la temporada 76-77 inicia Quir¨®s un relato que abarca hasta 1992¡ª y que se fue consolidando a bordo de un autob¨²s conducido por Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Quintana, que era tan parte del equipo como Joaqu¨ªn ¡ª644 partidos oficiales con la misma camiseta¡ª, Ferrero, Maceda o Jim¨¦nez. Con un santoral que se renov¨® con los Luis Enrique, Eloy, Abelardo, Manjar¨ªn o Juanele. Con un presidente ¡ªVega-Arango¡ª que parec¨ªa salido de una pel¨ªcula. La historia de una ¨¦poca tan brillante y tan ¨²nica que refalfiar era, adem¨¢s de un concepto asturiano, una mera cuesti¨®n de tiempo.
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