Hablemos del tiempo
El ruido que ha acompa?ado a la selecci¨®n en los ¨²ltimos a?os ha ensuciado ese sentimiento de alegr¨ªa e ilusi¨®n y ha transformado algunas convocatorias en una especie de bala que se quer¨ªa evitar
Esto no va ni de Tom¨¦ ni de Toril. Ni de De la Fuente ni de Lamine. Va de c¨®mo conseguir que los intereses y necesidades de los clubes vayan alineados con los de la selecci¨®n, y viceversa. Va de entender lo que separa a ambos universos y buscar puntos de encuentro. Va de convivir, en definitiva.
Empecemos por el contexto. Que te llamen de la selecci¨®n deber¨ªa ser una excelente noticia deportiva. Hace tiempo que no es as¨ª en Espa?a. El ruido ¡ªmerecido, necesario e inevitable¡ª que ha acompa?ado a la selecci¨®n en los ¨²ltimos tiempos ha ensuciado ese presumible sentimiento de alegr¨ªa e ilusi¨®n y ha transformado algunas convocatorias en una especie de bala que se quer¨ªa evitar. Estar es un premio o un perd¨®n, no estar es un alivio o un descanso. Ha habido listas para no estar en la lista. Se ha tachado de listas a quienes no han dejado de estar en la lista. Todo se ha ensuciado tanto que no hay postura sin sospecha. Pero no creo que eliminemos el ruido desde el rencor ni las deudas.
Toril se quej¨® de que la lista saliera el mismo d¨ªa que su Madrid jugaba el segundo partido de la Champions. Es l¨®gico. Estar o no estar entre las 23 es una distorsi¨®n. La jugadora fantasea con la fecha FIFA y al entrenador le asusta que se desv¨ªe la atenci¨®n del Celtic. No es sencillo encontrar el equilibrio ante est¨ªmulos externos de este tipo porque tampoco hay una ¨²nica reacci¨®n a ser seleccionada o descartada.
Acertar en los tiempos para dar la lista es importante y se deber¨ªa establecer un protocolo teniendo en cuenta la realidad de las convocables, con algunas al otro lado del Atl¨¢ntico. Tan desastroso es dar una lista un lunes y que se tenga que corregir enseguida para cambiar jugadoras lesionadas del fin de semana, como poco delicado publicarla a escasas horas de un partido clave para uno de los clubes que m¨¢s jugadoras te aporta. Escocia o Dinamarca dieron sus listas el lunes. Suecia, Inglaterra o Alemania, el martes, un d¨ªa antes de los partidos de sus equipos en Europa. Francia hizo como Espa?a, con el Lyon jugando la Champions ayer tambi¨¦n. ?Cu¨¢l es la soluci¨®n buena entonces? No creo que lo sea mandar con antelaci¨®n una prelista de 60 jugadoras y quiz¨¢s pudiera serlo mandarla confirmada con el compromiso de no filtrarla, como hacen otras federaciones. ?Sabr¨ªamos guardar el secreto?
S¨®lo veo opci¨®n de hacerlo si conseguimos no llegar a las ruedas de prensa a la defensiva. Ayer cost¨® un mundo aclarar que el Bar?a y Tom¨¦ han pactado descanso para Aitana, cuando es sencillo de entender. Cuando public¨® la lista, Alemania inform¨® que Kathrin Hendrich se ca¨ªa de la convocatoria porque, en coordinaci¨®n con su club, el Wolfsburgo, se la proteg¨ªa de las molestias que ven¨ªa arrastrando. No hay m¨¢s ruido, es lo que es. Hace unos d¨ªas, De la Fuente se enred¨® por la gesti¨®n de minutos. Dijo que la selecci¨®n representa apenas el 3,5% de la carga de partidos de un futbolista, cuando FIFPro habla de porcentajes que van del 10 al 20%. ?No es responsabilidad de todos que los y las futbolistas est¨¦n lo mejor posible? Es que el club paga. Pero la selecci¨®n alimenta la motivaci¨®n del jugador. Pero m¨¢s internacionales pueden ser mejores ventas para el club. Y los clubes m¨¢s fuertes dotan a la selecci¨®n de jugadores m¨¢s preparados... Estamos perpetuamente enfrentando a clubs y selecci¨®n como si fueran dos enemigos, cuando solamente se puede sobrellevar un calendario tan congestionado con comunicaci¨®n, coordinaci¨®n y consenso. ?M¨¢s alianza y menos batalla?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.