Inglaterra repudia a Tuchel
La selecci¨®n inglesa vuelve a tener un seleccionador extranjero, esta vez, un alem¨¢n con jarra de cerveza y pantal¨®n b¨¢varo. Y la gente est¨¢ que trina
Siempre me choc¨® que pa¨ªses de buen desarrollo futbol¨ªstico pongan su selecci¨®n nacional en manos de un entrenador de fuera. Lo puedo entender en los pa¨ªses retrasados en la materia y, de hecho, eso ha beneficiado a muchos espa?oles. Desde Uruguay 1930, mundial en el que Espa?a s¨®lo estuvo representada por Juan Luque, seleccionador mexicano, y Paco Bru, que lo fue de Per¨², hasta hoy, la lista es de varias decenas, con casos tan connotados como Camacho o Clemente. Y ah¨ª est¨¢ Roberto Mart¨ªnez, que de la selecci¨®n belga pas¨® a la portuguesa. No deja de parecerme extra?o que pa¨ªses de esa tradici¨®n no encuentren en casa seleccionador, cargo emblem¨¢tico que tiene algo, o bastante, de representaci¨®n nacional.
Otra cosa son los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo futbol¨ªstico. La historia nos ofrece un especialista, el yugoslavo trotamundos Bora Milutinovic, que ha sido seleccionador de M¨¦xico, Costa Rica, Estados Unidos, Nigeria, China, Honduras, Jamaica e Irak. A cinco las clasific¨® para el Mundial. En Espa?a se podr¨ªan citar los casos de Helenio Herrera, Kubala y Santamar¨ªa, pero para cuando llegaron a la Selecci¨®n no se les sent¨ªa como extranjeros, sino materia propia de nuestro f¨²tbol. Y ten¨ªan nacionalidad espa?ola.
Viene todo esto a cuento porque Inglaterra recurre ahora a Thomas Tuchel, tercera experiencia con un seleccionador extranjero, las tres en este siglo, y el de ahora con el agravante de alem¨¢n. En los Inglaterra-Alemania los hinchas brit¨¢nicos a¨²n cantan ¡°?One World Cup and two World Wars!¡±. Los pueblos perdonan, pero no olvidan.
El primero fue el sueco Eriksson, que entr¨® por Keegan tras una derrota contra Alemania. Tra¨ªa un gran curr¨ªculum, pero fue mal aceptado. Sus incesantes cambios en amistosos (lleg¨® a once en un mismo partido) fueron objeto de burla. Clasific¨® a Inglaterra para el Mundial 2002, donde cay¨® en cuartos, y lo mismo en la Eurocopa 2004. Ante la presi¨®n popular y medi¨¢tica la FA le quiso cesar, pero los jugadores le defendieron. Renovado hasta 2008, le mont¨® una trampa el News of the World: un reportero se hizo pasar por un jeque que iba a comprar el Aston Villa, y ¨¦l se mostr¨® dispuesto a dejar la selecci¨®n por acompa?arle. Lleg¨® tocado al Mundial 2006, donde volvi¨® a caer en cuartos de final.
Le sustituy¨® Steve McLaren, que ni siquiera les meti¨® en la Eurocopa 2008. Volvieron entonces la mirada a Capello, lo que provoc¨® orgullo en Italia y desconcierto en Inglaterra. Pero tras el nuevo fracaso y, dado su palmar¨¦s, disfrut¨® de un comp¨¢s de espera. Clasific¨® a Inglaterra para el Mundial 2010, donde perdi¨® con Alemania en octavos. Ratificado hasta 2012, se march¨® sin cumplir contrato porque la FA le exig¨ªa que retirara la capitan¨ªa a Terry por insultos racistas a Ferdinand. Un choque cultural.
Y ahora Tuchel, un b¨¢varo al que se ridiculiza por sus fotos en la Oktoberfest con la preceptiva jarra de cerveza en la mano y los cortos pantalones-peto de cuero.
El problema es que Inglaterra no produce entrenadores. Desde tiempo inmemorial los mejores de su liga bajaron de Escocia, l¨¦ase Matt Busby, Bill Shankly, Tom Docherty, Alex Ferguson¡Y ahora est¨¢ llena de extranjeros, preferentemente espa?oles. La vieja guardia inglesa se queja de que les tratan como unos cherokees, pero es que lo son: agarrados al pasado, de escasa cultura, con un arsenal de dichos y poco conocimiento.
Quiz¨¢, me dec¨ªa John Carlin, sea el bajo nivel de la escuela p¨²blica inglesa, que se traduce en su modo de razonar y relacionarse. Quiz¨¢ sea la desventaja del primero que llega a algo, porque tiende a agarrarse a sus f¨®rmulas y a desde?ar las de quienes vienen detr¨¢s. Se dir¨ªa que les pasa lo mismo con el ferrocarril.
El caso es que Inglaterra vuelve a tener un seleccionador extranjero, esta vez, un alem¨¢n con jarra de cerveza y pantal¨®n b¨¢varo. Y la gente est¨¢ que trina. No deja de ser un contrasentido que el pa¨ªs que invent¨® el f¨²tbol y vot¨® el Brexit tenga un seleccionador de fuera.
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