Ejemplares ¨²nicos del ¨¢rea
El f¨²tbol espont¨¢neo est¨¢ siendo atacado por el negocio, la metodolog¨ªa y las estad¨ªsticas, pero mientras sigan apareciendo grandes delanteros no todo est¨¢ perdido
La jornada de Champions nos dej¨® un martes de remontadas y un primer muestrario de goleadores que est¨¢n poni¨¦ndole emoci¨®n y haciendo grande a la Liga.
Juli¨¢n ?lvarez es un explorador incansable de espacios vac¨ªos que llega al gol desde su casa, corriendo y porfiando como en el primer tanto ante el Leverkusen, o juntando amague, regate y tiro en un solo movimiento, como en el segundo. En el tumulto del ¨¢rea todo es urgente: a los defensas les ataca la desesperaci¨®n, a los delanteros la ansiedad y a los aficionados el desconcierto, porque en el barullo no saben muy bien lo que ocurri¨® antes de que el bal¨®n entre en la porter¨ªa. Si en ese momento se cruzaran apuestas, ju¨¦guenselo todo por Juli¨¢n, que tiene el don de llegar al gol antes que nadie. Si el gol es un problema de reflejos, lo suyo es el reflejo del reflejo. Aunque su campo de acci¨®n es muy grande, todo delantero necesita de una lanzadera y, en ese papel, Griezmann es incomparable.
En Lisboa, Lewandowski super¨® la cifra de 100 tantos en Champions. Se trata de un goleador al que el tiempo le ense?¨® a asociarse, pero es en el ¨¢rea donde su instinto levant¨® un reino. Un reino en el que cabe la magia de la adivinanza, sencillamente porque estos tipos saben d¨®nde va a caer el bal¨®n antes de que salga el centro, ventaja que les permite ganar por anticipaci¨®n. Un prodigio viejo como el f¨²tbol, pero solo al alcance de algunos elegidos. Estos delanteros de raza pueden fallar un pase de cinco metros, pero si se trata de encontrar la porter¨ªa, todos los tiros llevan el veneno correspondiente para convertirse en inalcanzables. Detectan espacios donde no los hay, burlan a defensores que son carniceros y, de repente, encuentran el bal¨®n para depositarlo en el lugar m¨¢s dif¨ªcil del campo: la porter¨ªa. Son una garant¨ªa, pero valen lo que vale el pase que reciben y si, desde los costados, est¨¢n asistidos por Raphinha y Lamine, la vida les resulta m¨¢s f¨¢cil.
El Bar?a y el Atl¨¦tico pasaron por encima de la l¨®gica, que es cuando la alegr¨ªa no necesita razones para festejar. Si lo sabr¨¢ el Madrid, que el mi¨¦rcoles present¨® su fabuloso repertorio de atacantes encabezado por Kylian, delantero centro por dise?o, por nacimiento y por vocaci¨®n. De pronto se apartaron los defensores que lo mortificaban, se abri¨® el muro en el que chocaban todos los balones, se enderezaron los tiros que se torc¨ªan y apareci¨® lo que todo el mundo esperaba: el crack. ?Apareci¨® el jugador? No, apareci¨® la confianza, alimento de primera necesidad para un goleador. El jugador siempre estuvo. Y qu¨¦ hermoso es el f¨²tbol en los pies de tipos as¨ª. Aunque todo el mundo los estuviera esperando, ellos construyen sorpresas. Es tal la potencia que tienen que solo con que toquen un bal¨®n a 50 metros de la porter¨ªa se hace el peligro, la amenaza, la esperanza del prodigio. Salida de b¨²falo, frenada de liebre, un tiro de ca?¨®n y un grito de gol.
No nos olvidemos de Vinicius, que agazapado en una esquina siempre est¨¢ espiando a la porter¨ªa, a la que encuentra regateando o insistiendo. Un caso sorprendente, porque Vinicius aprendi¨® el gol como si se tratara de una carrera universitaria.
Rodrygo, en cambio, es un pajarito que parece correr con fragilidad y elegancia sobre una rama endeble, pero solo en apariencia, porque cuando le llega el bal¨®n le basta un picotazo letal para encontrar el gol con un solo toque.
El f¨²tbol espont¨¢neo est¨¢ siendo atacado por el negocio, por la metodolog¨ªa, por las estad¨ªsticas¡ Pero mientras sigan apareciendo estos ejemplares ¨²nicos no todo est¨¢ perdido.
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