V¨ªdeorreportaje | David Llorente, el ¡®asilvestrado patoso¡¯ de aguas bravas que se hizo a s¨ª mismo

David Llorente tiene ahora 24 a?os. Cuando ten¨ªa 12 le dijo a su padre que quer¨ªa dedicarse al pirag¨¹ismo de aguas bravas. ¡°?Pap¨¢, esto es mejor que el parque de atracciones! Yo quiero hacer esto¡±. Acababa de probar una piragua de eslalon de los mayores; de volcar, de embarcar agua, volcar de nuevo y tiritar¡­ Y, sin embargo, la adrenalina le gan¨® al miedo. ¡°Estaba pillando por todos lados, pero esa velocidad y esa sensaci¨®n eran ¨²nicas. Ten¨ªa ganas por dentro de querer controlar el barco y dejar de volcarme. Y eso que era un riachuelo, sin muchas puertas¡±.

Con la misma pasi¨®n desenfrenada y contagiosa y la misma vitalidad de aquella tarde, 12 a?os despu¨¦s, Llorente cuenta sentado en la terraza del Parque Ol¨ªmpico del Segre c¨®mo ha sido el camino para ser aceptado en el equipo nacional, despuntar, llegar a ser subcampe¨®n del mundo y conseguir la clasificaci¨®n para los Juegos de Tokio. Es de Palazuelo de Eresma (unos 5.300 habitantes), un peque?o pueblo de Segovia, un sitio sin ninguna tradici¨®n en aguas bravas. Por no haber, no hab¨ªa ni r¨ªo; solo un riachuelo en el que hab¨ªa agua mes y medio al a?o. Las palas del club del pantano de Pont¨®n Alto eran gigantes y ¨¦l un cr¨ªo que adem¨¢s se desarroll¨® muy tarde. Las ten¨ªa que pedir prestadas. No tuvo una formaci¨®n t¨¦cnica al uso. Lo supli¨® con las ganas de aprender y superarse. Incluso cuando era el patoso del grupo que romp¨ªa piraguas cada dos por tres; incluso cuando era infantil y cadete, y se costeaba las competiciones para poder estar con los que m¨¢s sab¨ªan y aprender de ellos.

¡°Me acuerdo un a?o que fuimos a Orthez a un campeonato de Espa?a infantil y no sab¨ªamos ni d¨®nde estaba el canal, est¨¢bamos ah¨ª dando vueltas con el coche¡­ Luego ve¨ªas que el club Cad¨ª o el Club Santiago Tarra de San Sebasti¨¢n iban con sus furgonetas, todos con sus entrenadores. Y yo llegaba a los sitios con mi padre, mi madre, mis dos hermanos y los padres de otro compa?ero. Todo me vino bien: al estar solo te tienes que buscar la vida para mejorar. Estar solo te obliga a aprender m¨¢s r¨¢pido¡±, cuenta. Es lo que lleva haciendo desde los 12 a?os. ¡°Entrenaba con la piragua larga, la que se usa para hacer descensos; el paleo es diferente, pero al menos me ven¨ªa bien para ponerme fuerte. De t¨¦cnica yo muy poca, buscaba v¨ªdeos de YouTube y los revisaba con mi padre¡±, explica.

Es pura energ¨ªa. Habla sin parar, se r¨ªe, se emociona, mezcla fechas, pregunta si habla demasiado; dice que seguramente haya llorado y tenido momentos malos, pero que de esos ni se acuerda, que es mejor llamar a su madre, la que lleva la cuenta de los d¨ªas duros en los que lo vio llorar. Guillermo D¨ªez-Canedo, ol¨ªmpico en Pek¨ªn 2008 y desde hace tres a?os entrenador de Llorente, lo describe as¨ª. ¡°David es un regalo para cualquier entrenador. Est¨¢ todo el d¨ªa preguntando e investigando. Es muy curioso y no tiene ning¨²n inconveniente en entrenar m¨¢s que nadie. Es de esos fast learner [alumnos que aprenden r¨¢pido] que le das un poquito de lo que sea y enseguida lo aprovechan para mejorar¡±. Y Llorente se sincera as¨ª: ¡°Ve¨ªa a Mireia Belmonte y a Carolina Mar¨ªn y pensaba: c¨®mo molar¨ªa tener a un entrenador que conf¨ªe y se preocupe como tienen ellas. Ha tardado en llegar, pero ha llegado, lo valoras y mola mucho¡±.

Un estudioso de fisiolog¨ªa y gen¨¦tica

Ganas de aprender tuvo desde el principio. Se hizo solo. Y preguntaba. Enviaba correos electr¨®nicos, aunque muchos no le contestaran. No paraba de buscar cosas que le pudiesen ayudar a mejorar. Como ahora se interesa por cualquier aspecto (desde la fisiolog¨ªa hasta la gen¨¦tica) que le pueda hacer ganar cent¨¦simas. Cuando se le pregunta si esas ganas se heredan, responde que no lo sabe. ¡°Solo s¨¦ que el pirag¨¹ismo era mi pasi¨®n y no me pon¨ªa a evaluar lo malo que era respecto a los otros. Las cr¨ªticas me las tomaba como algo constructivo para mejorar, porque yo lo que quer¨ªa era mejorar, pero sin expectativas. Es que era impensable siquiera so?ar con unos Juegos. Yo solo so?aba con venir a la Seu¡±, cuenta.

En la Seu d¡¯Urgell (Lleida) tiene su cuartel general el equipo nacional que trabaja en el canal ol¨ªmpico, el ¨²nico canal de aguas bravas que hay en Espa?a (el otro, en Zaragoza, est¨¢ cerrado). Es un pueblo de 12.000 habitantes a 10 kil¨®metros de Andorra. Tranquilo, verde, en el que se escucha el cantar de los p¨¢jaros y en oto?o huele a chimenea. En la Seu en invierno hace tanto fr¨ªo que el agua del canal se hiela y hay que romper las capas a martillazos para meter la piragua. All¨ª Llorente lleg¨® con 16 a?os y medio, no hab¨ªa residencia; ni un albergue para los j¨²nior. La Federaci¨®n ten¨ªa un convenio con algunas familias para que acogieran a los deportistas. La primera casa de David fue la de la se?ora Pepina. ¡°75 a?os, es mi abuela de aqu¨ª¡±. En dos semanas aprendi¨® catal¨¢n y antes de ir al colegio sacaba tiempo para pasarse por el canal. Solito. ¡°Me levantaba a las 7.30 y como todav¨ªa estaba todo cerrado me cambiaba en una caseta, helada. Pero as¨ª ten¨ªa tiempo para mejorar, luego ven¨ªa a hacer otra sesi¨®n despu¨¦s del colegio¡±, rememora.

Era el ni?o torpe y empanado

Cuando en casa dijo que quer¨ªa irse a la Seu para ser pirag¨¹ista su madre le dijo que adelante, que iba a ser dif¨ªcil, pero que luchara por sus sue?os. Y que no descuidara los estudios. No los descuid¨®. All¨ª irrumpi¨® como un tornado. O un marciano. Era el ni?o torpe y empanado. ?l se r¨ªe cuando lo cuenta. No ten¨ªa la t¨¦cnica que los dem¨¢s, tocaba las puertas [arrastraba literalmente la pala], romp¨ªa piraguas, era un deportista asilvestrado. Pero ten¨ªa ganas, muchas ganas, y cada vez que le hac¨ªan ver que esto no era para ¨¦l, ¨¦l se crec¨ªa. ¡°Eso s¨ª lo hered¨¦ de mi padre: cuando alguien te dice que no puedes: aprov¨¦chalo para venirte arriba¡±, asegura. Lo hizo ¨¦l a?o tras a?o.

¡°Yo de t¨¦cnica siempre he sido malo. Ten¨ªa muchas carencias de base y las sigo teniendo. Hace un a?o me ten¨ªa que explicar Guille [su t¨¦cnico] c¨®mo surfear una ola porque yo no ten¨ªa esa noci¨®n... Cuando llegu¨¦ aqu¨ª hac¨ªa lo que me marcaba el entrenador del grupo y luego en las horas muertas ped¨ªa ayuda a Ana?s [Bouchet] o Aritz [Fern¨¢ndez, dos t¨¦cnicos de la Federaci¨®n]. Ana?s de extranjis me escrib¨ªa en una hoja de papel c¨®mo hacer entrenamientos para mejorar¡±, relata.

Insiste en que al principio hac¨ªa todo lo que hac¨ªan sus compa?eros, pero le sacaban cinco segundos. Y ¨¦l quer¨ªa mejorar. ¡°En mi primera semana me choqu¨¦ con una piedra en el canal de iniciaci¨®n y se me abri¨® la punta de la piragua¡­ Con el entrenador [Peri Guerrero] al principio fue bastante duro porque yo ven¨ªa de estar salvaje, nunca hab¨ªa visto tantas puertas juntas, al principio no controlaba nada. Los dem¨¢s estaban hechos, yo no. Hablaban de ¡®baja, baja, remonte derecha¡¯¡­ no ten¨ªa ese vocabulario. Ten¨ªa la fama de ser el empanado; solo necesitaba que me explicasen un poco m¨¢s para ubicarme¡±, detalla.

Era el tercero de Espa?a. Pero solo hab¨ªa probado r¨ªos, no un canal tan duro y con el desnivel de la Seu. Cabez¨®n y consciente de sus limitaciones, se tiraba horas probando cosas durante meses. ¡°La transmisi¨®n [la cantidad de fuerza que transmites a la piragua] es una de las cosas que mejor tengo y cuando llegu¨¦ aqu¨ª era de lo peor. Como quer¨ªa mejorarlo estuve durante un a?o entero entre remontador y remontador centr¨¢ndome¡­ y pum pum pum¡±, explica haciendo el gesto de agarrar la pala. Y as¨ª con cada cosa.

¡°No conozco a nadie con su progresi¨®n, es brutal¡±

¡°Yo no conozco ning¨²n caso de alguien que haya empezado en un club sin tradici¨®n y haya tenido una progresi¨®n tan brutal como la de David. Es bestial. Cuando lo conoc¨ª, no pens¨¦ que fuera a llegar hasta aqu¨ª. Era un chavalillo un poco descoordinado¡­ Pero luego ves las horas que le echa y entiendes c¨®mo ha llegado. Ten¨ªa muchas ganas, muchas. Ha estado constantemente fuera de su zona de confort¡±, le describe Aritz Fern¨¢ndez, el primer entrenador que tuvo en el equipo nacional, ¨¦l que le prestaba palas y piraguas, ¨¦l que le vio destrozar dos en un mes en una competici¨®n en Eslovenia. ¡°Estaba el r¨ªo desbordado, yo no hab¨ªa visto tanta agua en mi vida, un r¨ªo gigante, hab¨ªa que cruzar una ola. Pero es que yo no sab¨ªa hacer eso: yo ah¨ª estaba en un oc¨¦ano en el que no ten¨ªa ni idea de nada, no hab¨ªa visto nada parecido. Yo cruc¨¦, se me fue la punta, y fui directo a uno de los palos de hormig¨®n¡­ pum¡­ un agujero as¨ª en la piragua¡­ Ped¨ª otra, quer¨ªa remar¡±, cuenta David Llorente. Quiz¨¢s es la mejor met¨¢fora para explicar lo que sent¨ªa por las aguas bravas.

Un deporte, adem¨¢s, en el que hay que tener mucha paciencia. As¨ª lo explica D¨ªez-Canedo, coordinador t¨¦cnico de aguas bravas, adem¨¢s de entrenador de Llorente. ¡°En eslalon la gesti¨®n de los entrenamientos es complicada porque no son datos objetivos. No es: levanto en tres bancas 90 kilos, luego 95 y si llego a 100 estoy mejorando. No es lineal, aqu¨ª se trata de pasar muchas horas en el agua donde a veces parece que no est¨¢s mejorando, otras que s¨ª¡±. Palada tras palada, aunque no fuera lineal, ni limpio en el gesto, aunque solo so?ara con entrenarse con los mejores en la Seu y tener a un t¨¦cnico que confiara en ¨¦l, Llorente ha recorrido el camino que lo ha llevado a conseguir dos bronces en categor¨ªa sub-23, una plata en el Mundial absoluto de 2019 y la plaza para los Juegos de Tokio (Espa?a ha clasificado a todos sus deportistas: Llorente y Nuria Vilarrubla en K1; Maialen Chourraut y Ander Elosegi en C1). ¡°Me da pena que no puedan estar mis padres all¨ª. Se lo debo todo. Mi padre ten¨ªa una carnicer¨ªa, ahora es funcionario, pero en 2007 tuvo un desprendimiento de retina y se pas¨® dos o tres a?os en paro, mi madre es ama de casa... y yo pidi¨¦ndoles dinero para ir a competiciones. Imag¨ªnate lo agradecido que estoy¡±, concluye Llorente. Su eliminatoria en el canal de Kasai est¨¢ prevista para el mi¨¦rcoles 28 de julio a las 13:47 hora local (las 6:47 en Espa?a).

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