Una fiesta mundial para Espa?a
Una multitud recibe a las campeonas en Madrid en una celebraci¨®n que se alarg¨® hasta la madrugada. Entre los asistentes hab¨ªa una gran cantidad de mujeres de distintas generaciones
¡°Joder, Javi, ?c¨®mo hemos venido sin vestirnos de rojo? Es que t¨² me dir¨¢s¡±. La novia de Javi no est¨¢ enfadada del todo con ¨¦l, pero le hace ver que estas cosas hay que pensarlas antes de salir de casa. ¡°Dice la Tere que cuando salga de currar viene volando hasta aqu¨ª, que tranquilas¡±, aclara una rubia de unos 20 a?os a sus dos amigas, mientras las tres se acercan al escenario caminando a la vez y vestidas de rojigualdas. La coreograf¨ªa que emocionar¨ªa a Santiago Abascal. ¡°Me ten¨ªa que haber tra¨ªdo la bandera de Castilla-La Mancha o por lo menos la de Albacete. Qu¨¦ bien que el pap¨¢ est¨¢ en el trabajo, y el ni?o y el perrillo con la abuela¡±, le dice una madre a su hija, mientras lamentan medir menos de 1,60.
La tarde-noche de este lunes hab¨ªa muchas mujeres y muchas generaciones juntas para recibir a las campeonas del mundo que volaban a Madrid desde S¨ªdney tras su victoria en la final del Mundial. Abuelas, madres y nietas. Y novios, y familias. Y ni?os muy peque?os que ped¨ªan la bandera en sus mofletes en cuanto ve¨ªan que alguna mujer sacaba de su bolso el pintacaras. Qu¨¦ fiesta. Qu¨¦ karaoke.
Lo de ayer en el escenario de Madrid R¨ªo ten¨ªa tantos clich¨¦s como personas. Equipaciones de Real Madrid y del Bar?a, banderas catalanas y asturianas, una de Ponche Caballero con m¨¢s de un uso. Camisetas de f¨²tbol con los dorsales m¨¢s que deteriorados, cuyos due?os puede que desconozcan que para que no se quiten los n¨²meros hay que lavarlas sin suavizante. Bolsos falsos de Louis Vuitton, centenares de pantalones cortos vaqueros y deshilachados, purpurina y lentejuelas en los p¨¢rpados.
Muchos hombres. De atuendos diversos, con pluma y sin ella. Y c¨®mo no, los aliados, muchachos que no sab¨ªan hasta hace un cuarto de hora los nombres de las jugadoras pero que, como la juventud es atrevida, merodeaban la explanada en busca de alguien con quien tontear y lo que surja. El m¨¢s osado se hab¨ªa pintado ¡°Alexia¡± en la mand¨ªbula izquierda.
La ola de calor hac¨ªa proliferar las latas de bebida. Tinto de verano, rosado del mont¨®n, bebidas energ¨¦ticas y cerveza de litro. Pulseras del Camino de Santiago, de festivales de m¨²sica y con los colores del arco¨ªris.
Las mujeres de la edad de las campeonas del mundo, esas a las que tambi¨¦n querr¨ªa besar Luis Rubiales si tuviera la ocasi¨®n, demuestran en la celebraci¨®n que no todo est¨¢ perdido en Espa?a, salvo la gobernabilidad. ¡°No me jodas, ni que fueran novios¡±, apunta Luc¨ªa, de 16 a?os, sobre el abuso cometido por el presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol con la jugadora Jennifer Hermoso, mientras se hace fotos con sus amigos. Altivas, desacomplejadas y excesivas. Bailan y se maquillan unas a otras, se comen perritos calientes que rebosan tomate y mostaza, devoran patatas fritas de sart¨¦n.
Y no contentas con eso, se lo cantan todo. ¡°T¨² tienes un manual pa¡¯ calentar mi piel¡±, corean mientras suena Anuel AA. Silban cuando sale un se?or al escenario de la federaci¨®n, pide paciencia y anuncia que esa noche tocar¨¢n, entre otros, Camela y Juan Mag¨¢n. Pitan, aunque poco, cuando alguien pronuncia el apellido Rubiales. Luego seguir¨¢n cantando a Morat, a Beret y a Aqua con su I¡¯m a Barbie girl.
Ha ca¨ªdo el sol y llegan cientos de personas a unirse a la fiesta. El uniforme incluye bolsas del supermercado que no parecen incluir cinta de lomo o pan de molde, sino un botell¨®n como la selecci¨®n manda. Hay ganas de beber, de bailar, de festejar.
Un se?or, que ya andaba perjudicado desde media tarde, camina con dificultad y pregunta a voz en grito: ¡°?Pero no van a actuar Iron Maiden o La Polla?¡±. Pero quien suena es DJ Michenlo, que lo mismo te mezcla a la Carr¨¢ que a Los Piratas. Hay una rave a orillas del Manzanares. No es una forma como cualquier otra de empezar la semana. Madrid recibe a las campeonas del mundo de f¨²tbol. Y no hay morreo sin consentimiento que empa?e el m¨¦rito de estas 23 mujeres.
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