El mejor Messi juega, no golea

Messi sali¨® campe¨®n de Am¨¦rica en 2021 con la Albiceleste en Maracan¨¢ despu¨¦s de ser derrotado en 2014 por Alemania en la final de la Copa del Mundo. Aunque nadie duda de que se trata del mismo jugador, ganador y vencido en el mismo estadio, ha cambiado la percepci¨®n de los dem¨¢s sobre el rosarino y su funci¨®n en la selecci¨®n de Argentina. Antes aparec¨ªa como salvador y, consecuentemente, en cada derrota se le se?alaba como ¡°un pecho fr¨ªo¡± que se venc¨ªa ante el recuerdo de Maradona. Ahora, en cambio, se form¨® un equipo que juega para el 10. La Albiceleste es una unidad que conf¨ªa ciegamente en ganar el Mundial.

No hay un solo argentino que no anime a la Albiceleste. La sensaci¨®n de entrega y complicidad del pa¨ªs es tal que si hubiera un solo ciudadano que no dejara todo para apoyar a la selecci¨®n cuando juega su partido ser¨ªa denunciado y expulsado de Argentina. Hasta Pablito Aimar, tan sensible con el bal¨®n como fr¨ªo en la expresi¨®n, se puso a llorar despu¨¦s del gol de Messi contra M¨¦xico. La jugada desbloque¨® a la Albiceleste y estremeci¨® a Argentina. El equipo recuper¨® la memoria perdida contra Arabia Saud¨ª y record¨® ante Polonia c¨®mo jugaba cuando era invencible y lleg¨® a sumar hasta 36 partidos sin perder antes de llegar a Qatar.

El ataque era continuo: Enzo Fern¨¢ndez ordenaba, Messi absorb¨ªa y se desmarcaba sin parar Juli¨¢n ?lvarez. La victoria se daba por descontada, ya fuera en una jugada de m¨¦rito, de rebote o por inercia, sensaci¨®n que creci¨® cuando el ¨¢rbitro pit¨® penalti por un manotazo de Szczesny a la cara de Messi. Aunque no fue falta, el colegiado se sum¨® al viento a favor de la Albiceleste. El portero, sin embargo, rechaz¨® con el brazo derecho el tiro del 10. La intervenci¨®n de Szczesny, invicto hasta entonces despu¨¦s de detener una pena m¨¢xima tambi¨¦n ante Arabia Saud¨ª, provoc¨® que se hablara m¨¢s de su acierto que de error de Messi.

Nadie dud¨® nunca en cualquier caso del triunfo de Argentina. El gol no fue de Messi sino de Mac Allister y la jugada result¨® m¨¢s afortunada que casual por el empe?o en la victoria que pon¨ªa la Albiceleste. A favor de marcador, el encuentro se puso cuesta abajo para la selecci¨®n capitaneada por Messi. Los protagonistas, de todas maneras, eran los mismos adem¨¢s del 10: Enzo Fern¨¢ndez y Juli¨¢n ?lvarez. El volante pic¨® la pelota para el delantero y su control y tiro resultaron imparables incluso para Szczesny. A Scaloni le hab¨ªa salido el equipo sobre la marcha despu¨¦s de tener que cambiar a la fuerza por la derrota en el deb¨² ante Arabia.

A sus 35 a?os, Messi encontr¨® a los socios oportunos para que el equipo girara a su alrededor sin necesidad de meter tambi¨¦n los goles como pasaba cuando Argentina perd¨ªa en el Mundial y la Copa Am¨¦rica. Ya no se repara tanto en que ser¨¢ seguramente la ¨²ltima Copa que disputar¨¢ el rosarino y por tanto no tendr¨ªa m¨¢s oportunidades de alcanzar el t¨ªtulo, sino que se habla de la candidatura de Argentina. Polonia ni siquiera abri¨® la boca sino que se solidariz¨® descaradamente con la Albiceleste. La selecci¨®n, m¨¢s europeizada que nunca, cosida a partir del pase despu¨¦s de renunciar a la gambeta, junt¨® a un pa¨ªs desgarrado y convencido de que su suerte cambiar¨¢ el d¨ªa que salga campeona en Qatar. La tensi¨®n y la emoci¨®n es tanta que desfallecer supondr¨ªa perder y provocar una cat¨¢strofe en Argentina. El desaf¨ªo ya es colectivo y no individual para suerte de una muy buena versi¨®n de Messi. El juego del rosarino es m¨¢s importante que sus goles desde que se entendi¨® que no se trata de ser Maradona sino Messi.

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