Alemania rescata a Espa?a
La Roja pasa una jornada angustiosa ante la triunfal Jap¨®n y solo la in¨²til remontada final de los germanos ante Costa Rica evita su despido de Qatar. Marruecos, rival espa?ol en octavos
Espa?a le debe una a Alemania. Y no una cualquiera. De no ser por el auxilio germano, la que se presum¨ªa expansiva selecci¨®n de Luis Enrique estar¨ªa de vuelta a Espa?a en el cami¨®n escoba en que han salido del Mundial por la gatera Qatar, T¨²nez, Canad¨¢, Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª¡ y Alemania, cuya victoria a ¨²ltima hora sobre Costa Rica solo sirvi¨® a Espa?a, que no le devolvi¨® el flotador.
La Roja sufri¨® un bajonazo total y Jap¨®n, l¨ªder del grupo, la dej¨® sonada con dos guantazos. Ahora, Marruecos retar¨¢ a Espa?a el pr¨®ximo martes. A Luis Enrique le toca agitar el div¨¢n. El f¨²tbol, tan sinuoso el pu?etero, no siempre es lo que parece.
Visto el devenir del encuentro, nadie hubiera invertido en el desenlace. De inicio, no fingi¨® Jap¨®n. Sin camuflaje, su ¨²nica intenci¨®n era jugar a que Espa?a no jugara; que solo trasteara con la pelota. Hasta un 83% de posesi¨®n le concedi¨® el equipo nip¨®n en el primer periodo. Un dominio abrumador, pero no categ¨®rico.
Con Jap¨®n encapotada con un 5-4-1 y la retaguardia muy adelantada, el recinto del estadio Khalifa qued¨® tan ce?ido que por el medio campo no corr¨ªa el aire. No hab¨ªa forma de ventilar la trinchera asi¨¢tica, ni con las alas de Dani Olmo y Nico Williams.
No es f¨¢cil ajustar el f¨²tbol cuando el adversario te fuerza a un duelo de balonmano, al juego horizontal. Sin desmarques de los volantes y atornillados los extremos, el equipo de Luis Enrique resultaba demasiado ret¨®rico en algunas fases. El duelo exig¨ªa temple y perseverancia, y ambas cosas tuvo Espa?a. Pero tambi¨¦n requer¨ªa intrepidez, la osad¨ªa propia de una selecci¨®n con 25,3 a?os de media (28,7 la japonesa). Pero un Mundial puede resultar demasiado solemne hasta para el m¨¢s descarado. El partido, adem¨¢s de una paciencia infinita, reclamaba el ojo de Gavi y Pedri. De una mesa redonda de los dos cadetes con Busquets, su tutor.
Tras un par de amagos de Morata, tras dar muchas, muchas vueltas al juego, la Roja cant¨® gol con un cabezazo de su ariete a centro de Azpilicueta. Por una vez, la zaga nipona estaba de merienda. Morata, con 30 goles, convertido en el quinto m¨¢ximo goleador espa?ol tras Villa (59), Ra¨²l (44), Torres (38) y Silva (35). En fases finales de Eurocopas y Mundiales, solo Villa ha sido m¨¢s productivo (13 del asturiano por nueve de Morata y Torres).
El gol a¨²n no alter¨® a Jap¨®n, tan refugiada en las cuerdas como al principio. Por entonces, en el rancho de Unai Sim¨®n los sobresaltos, no muchos, eran asunto espa?ol. Vetada cualquier brusquedad con la pelota llegan los soponcios. Algunas llamaradas por una tenaza rival sobre Busquets, por la cachaza de Unai¡
Nada hac¨ªa prever el volantazo del segundo periodo, de no ser por la ventolera que sufri¨® Alemania en su fallido estreno con los asi¨¢ticos. De repente, en dos minutos, en Doha se desat¨® un equipo torrencial para Espa?a. De la contemplativa Jap¨®n a una Jap¨®n en estampida hacia la meta de Unai. En un chasquido, la Roja en la lona. Doan, reci¨¦n llegado por Kubo, clav¨® un golazo de zurda tras un quite a Balde. Doan, otra vez Doan, puso la directa, desali?¨® a la zaga espa?ola y Tanaka dio la puntilla. Un gol por un mil¨ªmetro, lo que verific¨® el VAR al constatar que la pelota no hab¨ªa salido por la l¨ªnea de fondo.
Espa?a paralizada. Una taquicardia tras otra con lo que suced¨ªa en Doha y en Jor, a solo 50 kil¨®metros. En los dos escenarios, dos teloneros improvisaban la gloria. Jap¨®n empavorec¨ªa a la Roja; Costa Rica atormentaba a Alemania. Hispanos y germanos, a la calle. Un doble maracanazo, un doble impacto colosal.
En plena zozobra, Luis Enrique, que hab¨ªa ordenado de entrada cinco cambios respecto al choque anterior, rectific¨®. Ya hab¨ªa aparecido tras el descanso Carvajal, y en dos tacadas lo hicieron Asensio y Ferran y luego Alba y Ansu. A la joven Espa?a le tocaba gestionar la congoja de verse exiliada de forma tan s¨²bita. De los confetis ante Costa Rica y el notable ante Alemania, a un dedo del precipicio.
Para el intento de remedio, una Roja sin riendas, con cuatro atacantes fijos y todo aquel que quisiera sumarse a la caballer¨ªa. No es esta selecci¨®n un equipo de arrebatos. No los tuvo, nada de sobrecargas al ¨¢rea rival. De sobrevivir, a lo suyo, por obra y gracia de la pelota. Jap¨®n resguardada, pero, como hab¨ªa traslucido, con futbolistas con mecha, jamaicanos a punto si hab¨ªa contras.
Las noticias que llegaban de Jor eran mejores para los espa?oles que las de Doha. Los alemanes Havertz y F¨¹llkrug ¡ªel mismo que conden¨® a Espa?a al empate¡ª frustraron la heroica costarricense. Con la nuez anudada y el coraz¨®n entre los dientes, Espa?a alcanz¨® los octavos y se llev¨® una lecci¨®n. En el f¨²tbol tambi¨¦n se requiere un plan de emergencia cuando la realidad te da una bofetada muy real.
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