Nadal, luz y sombra de un regreso: el juego contra el f¨ªsico
El paso por Brisbane certifica su asombrosa capacidad para recuperar su nivel, pero revela a la vez la fragilidad de un cuerpo sujeto a un proceso sin tregua
Se llev¨® Rafael Nadal el viernes la mano a la regi¨®n inguinal, mir¨® hacia su banquillo, frunci¨® el ce?o y reclam¨® al m¨¦dico, de modo que al aficionado al deporte le entr¨® un tembleque fr¨ªo y repentino, como si la escena condujera de nuevo a la casilla de salida al tenista. Los hay quienes temieron en esas molestias y esas muecas una reca¨ªda que, dadas las circunstancias, podr¨ªa resultar fatal, pero que posteriormente respiraron con cierto alivio gracias al mensaje tranquilizador del mallorqu¨ªn. ¡°El dolor no era relevante, en absoluto. Siento m¨¢s algo muscular, y lo del a?o pasado fue el tend¨®n. Seguro que no es lo mismo¡±, transmit¨ªa el campe¨®n de 22 grandes, confiando en que el episodio quede solo en una sobrecarga muscular derivada del esfuerzo efectuado durante el duelo contra el australiano Jordan Thompson ¡ªderrota tras casi tres horas y media¡ª y los d¨ªas previos, en los que reemprendi¨® la marcha despu¨¦s de otro a?o de par¨®n y de penurias, otra vez de mucha reflexi¨®n.
¡°Ha sido muy complicado porque lo ha vivido todo con mucha incertidumbre. La evoluci¨®n f¨ªsica era positiva, con d¨ªas mejores y peores, pero no pudo elevar la intensidad en los entrenamientos hasta hace no mucho. Y en el tenis no se espera a nadie, seas quien seas y te llames como te llames¡±, comenta a este peri¨®dico una persona de su entorno, preocupados de nuevo sus allegados porque ese herc¨²leo f¨ªsico de doble cara puso al deportista una vez m¨¢s entre la espada y la pared, ante la en¨¦sima encrucijada. ?Seguir o no seguir? ?Merece la pena un ¨²ltimo intento? ?Qu¨¦ garant¨ªas pod¨ªa conceder una intervenci¨®n quir¨²rgica a un deportista que va camino de cumplir 38 a?os y con el chasis tan castigado? Nadal, sin embargo, lo ten¨ªa claro: ¡°Quiero que mi final sea de otra manera y voy a esforzarme para que as¨ª. Soy consciente de la dificultad de la situaci¨®n, pero quiero irme compitiendo y peleando, sinti¨¦ndome un buen jugador. ?Por qu¨¦ no?¡±.
El caso es que, desafi¨¢ndose una vez m¨¢s a s¨ª mismo, a la l¨®gica hasta cierto punto, Nadal reemprendi¨® el camino. Analiz¨® primero, se someti¨® a la cirug¨ªa despu¨¦s, cogi¨® la raqueta en octubre y antes de que se cerrara el a?o, ya estaba otra vez sobre la pista. ¡°Ha sido un camino tortuoso¡±, reconoc¨ªa uno de sus preparadores, Carlos Moy¨¤, en unas declaraciones recogidas por la ATP. ¡°Pero con ¨¦l no te puedes sorprender de nada. S¨¦ que volver¨¢ a su mejor nivel¡±, agregaba el t¨¦cnico, un hombre muy ponderado que, al igual que su jugador, es plenamente consciente de una situaci¨®n que ahora, confirmado el regreso y el desenlace de esta primera aparici¨®n, invita a pensar que Nadal vivir¨¢ este curso suspendido sobre un alambre.
Por mucho que vuelva a sacudirle a la pelota y de que superase con nota a Dominic Thiem y Jason Kubler, el pulso con Thompson radiografi¨® la realidad de un proceso de rehabilitaci¨®n todav¨ªa incompleto. El tenista figura otra vez en el plano, pero no ha vuelto del todo. Los destellos dejados impiden a muchos de sus seguidores observar con nitidez el fondo de la cuesti¨®n, de ah¨ª el empe?o del protagonista y de su c¨ªrculo en transmitir que este regreso est¨¢ en una fase primigenia, que no est¨¢ aqu¨ª para ganar (no ahora) y que de aqu¨ª en adelante, todo puede suceder. ¡°Espero ser capaz de aceptar que las cosas van a ser muy dif¨ªciles al comienzo, de darme el tiempo necesario y de perdonarme que las cosas vayan mal al comienzo, que es una posibilidad muy grande¡±, advert¨ªa a principios de diciembre, en la serie de v¨ªdeos en los que confirm¨® su retorno; ¡°pero saber que puede haber un futuro no muy lejano en el que las cosas puedan cambiar si mantengo la ilusi¨®n y el esp¨ªritu de trabajo, y el f¨ªsico me responde, sin ninguna duda¡±.
De momento, los hechos dicen que Nadal ha reaparecido a un nivel f¨ªsico y ten¨ªstico sorprendente, lo que de por s¨ª ya es un triunfo. Las actuaciones en sus tres primeros partidos ¡ªm¨¢s all¨¢ del marcador y la estad¨ªstica¡ª fueron esperanzadoras y generaron un remolino de ilusi¨®n que en ¨²ltima instancia dej¨® una imagen ¡ªla de un protagonista meditativo y asustado por esas molestias¡ª tan desagradable como realista. Efectivamente, el mallorqu¨ªn no se ha olvidado de jugar. Nunca lo har¨¢. Pero, al mismo tiempo, sabe que para llegar con relativas garant¨ªas all¨ª donde pretende, a la estaci¨®n de tierra batida que se pondr¨¢ en marcha en abril, tendr¨¢ que estar de nuevo m¨¢s pendiente de su cuerpo que de su juego. Por tenis no ser¨¢. Dispuso de tres bolas de partido para finiquitar a Thompson, pero no acert¨® y la dilataci¨®n del partido, a tres sets, revel¨® que los temores y la fragilidad est¨¢n ah¨ª.
¡°S¨¦ que despu¨¦s de un a?o es dif¨ªcil para el cuerpo estar jugando torneos al m¨¢s alto nivel. Cuando las cosas se vuelven m¨¢s dif¨ªciles, no sabes c¨®mo va a reaccionar. Necesito aceptar todo como viene¡±, asum¨ªa Nadal ante los periodistas, antes de retirarse a su hotel y de comprobar la respuesta del psoas il¨ªaco a estos primeros d¨ªas de tralla. ¡°Como dije, no he venido aqu¨ª para ganar, sino para tratar de volver, y de hacerlo de una forma positiva. Y ha sido positiva. Veremos c¨®mo me siento¡±, conclu¨ªa el de Manacor, rodeado hoy d¨ªa de mucha luz y tambi¨¦n por esa indisoluble sombra que le ha perseguido durante toda su carrera. Esperanzado, porque es la ¨²nica v¨ªa, en que todo haya sido un leve susto y en que la musculatura se recomponga r¨¢pido para poder competir (seguir volviendo, en realidad) pr¨®ximamente sobre el asfalto de Melbourne.
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