?Por qu¨¦ sigue Rafael? Porque luchar siempre vale la pena
Su impulso y su motivaci¨®n, como el de tantos ciudadanos, vienen dados por esa otra recompensa diaria que, muy lejos de los focos, ayuda a dar sentido a su vida
Despu¨¦s de un a?o apartado de las pistas por una lesi¨®n de cuya posici¨®n num¨¦rica he perdido la cuenta, Rafael ha regresado a la competici¨®n esta ¨²ltima semana en el torneo de Brisbane y, como todas las otras veces, parece no haber acusado el largo periodo de inactividad en su ejecuci¨®n ten¨ªstica. Es cierto que cay¨® en el tercer encuentro contra el australiano Jordan Thompson y que sufri¨® unas molestias f¨ªsicas que le impidieron luchar por su pase al partido de semifinales, pero tambi¨¦n lo es que jug¨® sus tres partidos d¨¢ndonos la falsa impresi¨®n de que el par¨®n hab¨ªa sido un espejismo.
La lejana primera vez que se tuvo que enfrentar a algo as¨ª fue cuando se le detect¨® su famosa y grave lesi¨®n en el pie izquierdo en diciembre de 2005. Aquel primer rev¨¦s lo mantuvo alejado de las pistas desde noviembre hasta mediados de febrero de 2006. Su reaparici¨®n se produjo en el torneo de Marsella, donde cay¨® derrotado en el partido de semifinales contra el jugador franc¨¦s Arnaud Cl¨¦ment. Solo una semana m¨¢s tarde compiti¨® en el ATP 500 de Dub¨¢i y all¨ª fue capaz de derrotar a Roger Federer, n¨²mero uno mundial en aquel momento y jugador pr¨¢cticamente imbatible en pistas r¨¢pidas. En aquella primera ocasi¨®n qued¨¦ sorprendido de ver c¨®mo Rafael no s¨®lo hab¨ªa recuperado, sino que hab¨ªa mejorado su estado de forma.
Creo poder afirmar que en todas sus vueltas despu¨¦s de una obligada ausencia ha conseguido convertir en habitual y normal algo que no lo es tanto.
Soy consciente de que esta vez la situaci¨®n es bastante m¨¢s complicada y que, probablemente, sea la ¨²ltima vez que lo veamos reincorporarse despu¨¦s de que su cuerpo le haya obligado a retirarse temporalmente. Las razones son muy claras. En los anteriores regresos, tuvo que competir con tenistas de su propia generaci¨®n, mientras que en la actualidad sus rivales son mucho m¨¢s j¨®venes y desarrollan un nuevo tipo de tenis en el que una de las caracter¨ªsticas m¨¢s determinantes es la voluntad de golpear la bola de manera cada vez m¨¢s r¨¢pida.
Comprendo, adem¨¢s, y Rafael seguro que tambi¨¦n, que su edad, precisamente, y los castigos a los que ha sometido a su cuerpo no le perdonar¨¢n siempre. Tanto ¨¦l como su equipo saben perfectamente que ya no puede confiar tanto en sus piernas y en su aguante f¨ªsico, y que sus opciones de tener ¨¦xito en los partidos pasan por cambiar su estrategia de juego. No le queda m¨¢s remedio que acortar los intercambios y ser m¨¢s resolutivo en los golpes ganadores. Seguro que este es su prop¨®sito. Si ser¨¢ suficiente, es una duda que se nos ir¨¢ despejando en los pr¨®ximos meses. El reto es dif¨ªcil ¡ªcreo que esto a nadie se le escapa¡ª, pero a m¨ª, particularmente, mi sobrino me acostumbr¨® a poder confiar en ¨¦l. Y por la cuenta que me trae, seguir¨¦ haci¨¦ndolo una vez m¨¢s.
Estos 349 d¨ªas alejado del circuito no han sido un periodo nada f¨¢cil, una sucesi¨®n de muchos d¨ªas de incertidumbre y dudas. A una primera detecci¨®n exacta del problema, le sigui¨® la dif¨ªcil decisi¨®n de pasar por el quir¨®fano. Conocedor de su edad, pero acuciado por la b¨²squeda de un remedio a la dolencia que le imped¨ªa seguir en activo, Rafael se enfrent¨® a una complicada intervenci¨®n y a una recuperaci¨®n larga, dif¨ªcil y con un resultado incierto. El grupo m¨¦dico, capitaneado por el doctor ?ngel Ruiz Cotorro, y el apoyo diario de su equipo le han ayudado inestimablemente a ir atravesando d¨ªas de dolor y momentos de desesperanza, salpicados de peque?os avances y de su inquebrantable fuerza de voluntad para empezar a vislumbrar, ya en el mes de octubre, la luz al final del t¨²nel y empezar a creer que volver a las pistas era factible.
Sin duda, durante estos diez meses, Rafael se habr¨¢ planteado si compensa tanto dolor e incertidumbre. Yo creo firmemente que la lucha siempre vale la pena, independientemente incluso del resultado que de ella se extraiga. La inmensa alegr¨ªa que vi en la cara de Rafael cuando debut¨® el martes en Brisbane y logr¨® derrotar a un muy recuperado Dominic Thiem, dan buena muestra de ello.
Esta misma semana, me entrevistaron desde una de las emisoras de radio m¨¢s importantes de Argentina y la ¨²ltima de sus preguntas fue, precisamente, por qu¨¦ Rafael sigue con la ilusi¨®n de continuar despu¨¦s de haberlo ganado pr¨¢cticamente todo y siendo un jugador de avanzada edad (seguramente el m¨¢s viejo del circuito). Mi respuesta, que tengo largamente meditada desde hace tiempo, rebot¨® en una inmediata pregunta para ellos. ¡°?Por qu¨¦ segu¨ªs vosotros intentando seguir siendo l¨ªderes en vuestra emisora de radio? Imagino que por lo mismo que sigue Rafael. Porque le dais a vuestra ocupaci¨®n un prop¨®sito que os ayuda a dar sentido a vuestras vidas¡±.
A veces tengo la sensaci¨®n de que, en la sociedad actual, el trabajo est¨¢ algo denostado. Hemos escuchado c¨®mo desde ciertos sectores del poder se promueve la idea de que la finalidad es trabajar cada vez menos, como si de un castigo se tratara. Pero hay mucha gente que, desde el anonimato y en condiciones mucho menos afortunadas, vive su profesi¨®n con dedicaci¨®n, con alegr¨ªa, con compromiso y, sobre todo, como una pieza valiosa de sus vidas con la que son capaces de aportar y hacer la vida del resto de conciudadanos mucho mejor.
Y Rafael es uno de ellos.
Soy consciente de las malas interpretaciones que algo as¨ª puede desencadenar porque Rafael es un privilegiado que ha tenido la poco com¨²n suerte de dedicarse a lo que le gusta. Ha recogido con ello grandes ¨¦xitos y reconocimiento. Y ha tenido una carrera inusualmente larga a pesar de arrastrar esa primera dolencia calificada por el m¨¦dico como invalidante. Pero su impulso y su motivaci¨®n, como el de tantos ciudadanos, vienen dados por esa otra recompensa diaria que, muy lejos de los focos, ayuda a dar sentido a su vida.
Creo poder afirmar que, al igual que lo intent¨® Roger Federer, ¨¦l agotar¨¢ sus posibilidades porque ama el tenis mucho m¨¢s por todo lo que le da, que por todo lo que le quita.
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