As¨ª es Djokovic, el amigo de lo imposible
El n¨²mero uno, tocado de la rodilla durante tres sets, sortea otro abismo ante Cer¨²ndolo (6-1, 5-7, 3-6, 7-5 y 6-3, tras 4h 39m) y aterriza ante Ruud en cuartos
Es un tenista que, lesionado desde el inicio del segundo set, gravita sobre una sola pierna, expuesto, te¨®ricamente, a un destino irremediable: el de la derrota, el del adi¨®s y el de la p¨¦rdida del n¨²mero uno. Toda la desgracia unida. Todo est¨¢ en contra de Novak Djokovic, malhumorado el serbio y con un pie y medio (si no m¨¢s) fuera del torneo, salvo esa esquirla de fe a la que una y mil veces se ha agarrado ¨¦l para sortear los abismos y llegar all¨ª donde ning¨²n otro ha llegado. Todo apunta contra ¨¦l, dolorido y con un largu¨ªsimo infierno por delante, casi cuatro horas de penuria en las que pelea contra la fuerza de la l¨®gica, contra lo racional, contra una circunstancia l¨ªmite. Todo le aboca hacia la ca¨ªda, pero lo del balc¨¢nico tiene mucho de incre¨ªble y al final encuentra la llave del candado: 6-1, 5-7, 3-6, 7-5 y 6-3, despu¨¦s de 4h 39m. Su rival, Francisco Cer¨²ndolo, agacha la cabeza y no se lo cree. El p¨²blico de la Philippe Chatrier se pellizca, por si fuera un sue?o.
Maldice Novak Djokovic y proyecta su frustraci¨®n hacia la juez de silla cabreado, resignado, rebel¨¢ndose contra un desenlace fatal. Todo conduce hacia ah¨ª, todo le molesta. Sobre todo, esa rodilla derecha lastimada al hacer una maniobra aparentemente liviana, sin complicaciones, y menos para un superdotado f¨ªsico como ¨¦l, puro chicle, de goma. Se ha adjudicado el primer parcial, pero desde ese instante, 2-1 abajo en la segunda manga ante Francisco Cer¨²ndolo, vive un infierno. ¡°Me he jodido la rodilla, me estoy resbalando todo el rato. Lo ¨²nico que os pido es que barr¨¢is m¨¢s a menudo los fondos¡±. ¡°Se supone que los supervisores est¨¢n para mirar por los jugadores y te estoy diciendo, como jugador, que la tierra est¨¢ mal¡±, suplica durante una tregua a la ¨¢rbitra Aur¨¦lie Tourte, cuando por su mente probablemente ya haya cruzado el pensamiento (inevitable) de que tal vez sea el final, y de que su suerte en este Roland Garros est¨¢ ya dictada.
El subconsciente intenta acceder a esa mente privilegiada, la golpea con fuerza, una y otra vez. Pero falla. Nole cree. Es ¨¦l, el amigo de lo imposible. Pocos adivinan una escapatoria ante esta situaci¨®n terminal, pero ¨¦l rema sobre esa pierna izquierda y encuentra buen puerto. ¡°?No-le! No-le! ?No-le!¡±. ¡°?I-de-mo! ?I-de-mo! ?I-de-mo! (?Vamos!)¡±, le jalea la acalorada central de Par¨ªs, intentando reavivar un partido que parece (parece, n¨®tese la insistencia) muerto. Ser¨ªa lo l¨®gico. Es un tenista lesionado, sobre medio apoyo, movi¨¦ndose sobre cuatro losetas para generar fuerza de la nada y, por si fuera poco, en horas bajas. En blanco este a?o y alcanzados ya los 37 a?os, lo normal tal vez ser¨ªa que el serbio ¡ªpr¨¢cticamente todo lo ganable ya ganado, sin espacio apenas en la vitrina¡ª se rindiera, que desistiera, que no se enfrascase quiz¨¢ en refriegas de este calibre; pero ah¨ª est¨¢ ¨¦l, eternamente insurgente, rebelde con causa en la pista, capaz de darle la vuelta a casi todo. Ayudan pastillas y masajes.
Novak doing Novak things... fighting til the end ?#RolandGarros pic.twitter.com/QhhbxIWkEK
— Roland-Garros (@rolandgarros) June 3, 2024
Poco importa que Cer¨²ndolo (25 a?os y 27 de la ATP) le tenga contra las cuerdas, que el argentino vaya 4-3 arriba en el cuarto parcial y que ¨¦l tenga que renunciar a un buen pu?ado de carreras porque el esfuerzo ser¨¢ en vano, in¨²til. Procede la inteligencia y la buena mano. As¨ª que se parapeta en esa peque?a trinchera imaginaria del fondo y tira una y otra vez de comp¨¢s, de direcciones y de agallas, con toda la grandeza que envuelve una carrera repleta de giros de guion y de triunfos ante las vicisitudes. Hay un revolc¨®n cuando se le va un pie y se reboza contra su voluntad. ¡°?Bien hecho, supervisor, bien hecho! ?No resbala ni es peligroso, claro!¡±, protesta de nuevo, buscando con la mirada al hombre y ense?ando el pulgar hacia arriba, ir¨®nico. Entonces cae el break (4-4) y al adversario, tiritando ya, le sobreviene un ej¨¦rcito de historia encima, los 24 grandes, la interminable lista de r¨¦cords y todos esos episodios en los que Djokovic logr¨® escapar de las llamas.
¡°?Vamos con todo, ch¨¦, ?dale, dale!¡±, animan desde el banquillo a Cer¨²ndolo, sabiendo que ahora es su chico el que est¨¢ destinado a caer hacia las profundidades, perdido de verdad porque Djokovic, el mismo Djokovic que dos noches antes hab¨ªa salvado el pescuezo contra Lorenzo Musetti, a las tres de la madrugada, tras 4h 29m y tambi¨¦n en cinco sets, se agranda y hace el avi¨®n tras una maniobra circense en la red, estir¨¢ndose, abri¨¦ndose de piernas, acolchando la pelota y enfilando ya los cuartos de final contra Casper Ruud (7-6(6), 3-6, 6-4 y 6-2 a Taylor Fritz). Victorioso, pero breve, se despide el de Belgrado de la central, dirigi¨¦ndose a la grada en franc¨¦s. ¡°?C¨®mo lo has hecho?¡±, le pregunta Mats Wilander. ¡°Es exactamente lo mismo que me pregunt¨® ?lex Corretja el s¨¢bado¡±, responde el defensor del t¨ªtulo, el Houdini de la raqueta. Incre¨ªble pero cierto: lo ha vuelto a hacer. De resurrecci¨®n en resurrecci¨®n. ¡°Como el otro d¨ªa, esta victoria es vuestra. No s¨¦ muy bien qu¨¦ ha pasado, la ¨²nica explicaci¨®n que le encuentro para haber ganado es por vosotros¡±.
TIR?N DE OREJAS AL TORNEO: ¡°LA LESI?N PODR?A HABERSE EVITADO¡±
Convertido ya en el tenista con más triunfos (370) en los Grand Slams, uno ya por encima del suizo Roger Federer, Djokovic aseguró en la sala de conferencias que durante las dos últimas semanas había notado “una ligera molestia” en la rodilla. En cualquier caso, incidió en que llegó en buenas condiciones a París y con garantías suficientes al duelo.
Todo iba bien para él, hasta que el primer resbalón reactivó la dolencia. “Y en un momento dado, no sabía si tenía que seguir o no”, contó. Los medicamentos, sin embargo, le permitieron disputar el último set prácticamente con normalidad y este martes será examinado para determinar en qué punto está la articulación.
Dice Nole que no sabe si podrá saltar a la pista el próximo día. Una pista que, especificaba, este año se ha visto afectada por la lluvia y la humedad dominante estos días en la ciudad, que generan unas “condiciones muy pesadas” a la hora de jugar y que han reducido de manera considerable la cantidad de arcilla en la primera capa.
En contraste con el sol y la temperatura agradable de esta última jornada, el terreno, recalca, “estaba muy resbaladizo”. Así que pidió la intervención del supervisor. “No estoy señalando ni culpando a nadie”, apuntó, “pero solo estaba intentando entender el proceso” y por qué los responsables no trataron de subsanar el problema.
Y continuó, sin tono de reproche pero sí extendiéndose en la explicación: “Hoy me lastimé. Sí, sobreviví y gané el partido, excelente, pero, ¿podré jugar el próximo? No lo sé. No conozco la gravedad de la lesión. ¿Se podía haber prevenido? Posiblemente sí, si hubiera cuidado un poco más la pista durante el set”.
Por último, desvinculó el incidente físico de lo que sucedió dos noches antes, cuando finalizó el partido contra Musetti a las tres de la madrugada, el más tardío en la historia del torneo. Al día siguiente, recuerda, completó correctamente la recuperación, y por la tarde estuvo jugando a la petanca en el Bois de Boulogne.
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