P¨®quer bajo el brazo, Swiatek se consagra como la heredera de Nadal
La n¨²mero uno no encuentra oposici¨®n en Paolini (6-2 y 6-1, en 68 minutos) y logra su tercer cetro consecutivo en Par¨ªs, el cuarto en un torneo que ha hecho suyo
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Se pregunta el planeta tenis desde hace a?os si habr¨¢ alguien capaz de alcanzar o superar la proeza, de llegar al estratosf¨¦rico registro logrado por Rafael Nadal en su reino de Roland Garros. Los marcianos 14. La misma cifra de grandes que logr¨®, por ejemplo, Pete Sampras a lo largo de toda su carrera o tantos majors como Andre Agassi y Mats Wilander juntos, dos celebridades; por encima de una alianza ficticia entre Venus Williams (7) y Maria Sharapova (5), tambi¨¦n superior el registro a los 11 trofeos del Open de Australia que logr¨® Margaret Court. Es decir, dif¨ªcil, muy dif¨ªcil. Complicad¨ªsimo. Pero no imposible.
¡°Si yo lo consegu¨ª, tal vez alguien m¨¢s pueda hacerlo¡±, comentaba el espa?ol hace dos a?os, cuando alz¨® la ¨²ltima Copa de los Mosqueteros compitiendo con un pie a la virul¨¦. Lejos quedan los Bj?rn Borg (6), Novak Djokovic, Mats Wilander o Ivan Lendl (3), mastodontes ellos, y la que ha conseguido acercarse m¨¢s ha sido la estadounidense Chris Evert (7), quien hace entrega este s¨¢bado hist¨®rico y unidireccional de otra copa m¨¢s, la cuarta, tercera consecutiva, a la polaca Iga Swiatek. ¡°Casi me voy en la segunda ronda, pero gracias al p¨²blico he podido llegar hasta aqu¨ª¡±, dice la campeona tras batir por 6-2 y 6-1 (en 68 minutos) a la italiana Jasmine Paolini ¡ªcr¨®nica de una victoria anunciada, sin emoci¨®n alguna¡ª, recordando el muy mal trago que pas¨® ante Naomi Osaka, a la que le falt¨® el tiro de gracia; no atin¨® la japonesa en ese punto de partido y, a partir de ah¨ª, otro paseo completado.
Es ya un p¨®quer en Par¨ªs, cinco grandes, solo 23 a?os y un dominio tan abrumador de la superficie que tal vez no sea tan descabellada la idea de pensar que Swiatek, competidora metal¨²rgica donde las haya, pueda atrapar alg¨²n d¨ªa el r¨¦cord dorado de Nadal. Nadie hace sombra a la de Varsovia, no en la arcilla: 2020, 2022, 2023 y 2024, pr¨¢cticamente de carril. Y de momento, los tres triunfos encadenados le equiparan con Monica Seles (1990-92) y Justine Henin (2005-07). Sigue y sigue, t¨ªtulo a t¨ªtulo y tunda a tunda, demostraci¨®n tras demostraci¨®n; situada adem¨¢s en lo m¨¢s alto del ranking y resistiendo a los embates de Aryna Sabalenka y los intentos est¨¦riles del resto.

¡°Creo que nunca he visto a una jugadora tan concentrada desde el primer punto hasta el ¨²ltimo, en cada punto y en cada golpe¡±, destaca la francesa Mary Pierce, ganadora de la edici¨®n de 2000; ¡°es esa capacidad mental de Swiatek, esa concentraci¨®n, lo que realmente me impresiona. Ha trabajado mucho el juego mental fuera de la pista y est¨¢ dando sus frutos¡±.
A excepci¨®n del abismo que sorte¨® ante Osaka, la n¨²mero uno ha desfilado con pu?o de hierro por una edici¨®n en la que Jeanjean, Bouzkova, Potapova, Vondrousova y ni tan siquiera Coco Gauff, la tres del mundo, consiguieron desestabilizarle ni inquietarle lo m¨¢s m¨ªnimo. Despej¨® a todas ellas a manotazos, con ese tenis tan fr¨ªo, tan imperturbable e industrial que arrolla una y otra vez, sin freno ni compasi¨®n; si alg¨²n espectador se despista al entrar, se pierde medio partido. Un abrir y cerrar de ojos dura tambi¨¦n el remate final ante la sorprendente Paolini, espiritosa al principio y reducida de manera fulminante, con un parcial de 11-1.

¡°Jugar contra ella aqu¨ª es algo diferente. Estos n¨²meros no son normales... Son algo incre¨ªble, y solo tiene 23 a?os. Lo hace realmente bien tanto aqu¨ª como en pista dura, es una jugadora incre¨ªble. Este a?o ya ha ganado muchos trofeos [cinco, de los 22 que se?ala el total]. Jugar contra ella aqu¨ª es uno de los grandes retos del tenis¡±, subraya la de Castelnuovo di Garfagnana tras el meritorio trazado de estos d¨ªas.
Le quedar¨¢ al menos a la italiana ¡ª28 a?os, sin bagaje ni huellas en el territorio de la arena¡ª el consuelo de no haberse despedido con un rosco, encajando uno de esos 6-0 que suele endosar la polaca con tanta facilidad que han pasado a formar parte de lo ordinario. Rutina: juega Iga, meneo asegurado. Ella y Par¨ªs, lo extraordinario: cuatro cetros en seis participaciones, 74 sets a la hucha y solo ocho concedidos, 35 victorias. Enlaza con esta ¨²ltima 21, superando ya la marca de Steffi Graff (20 entre 1987 y 1990) y apuntando a las secuencias de Evert (29 entre 1974 y 1981) y Seles (25 entre 1990 y 1996). Cada vez m¨¢s imponente, se eleva un poco m¨¢s: Swiatek, la heredera.
¡°SOY UNA PERFECCIONISTA¡±
Atrás, pero no demasiado lejos, quedan aquellos tiempos en los que Swiatek, hoy día una eminencia de la tierra batida, no lograba sortear las fases previas de los torneos preparatorios. “El tenis, en realidad, es un viaje bastante justo”, dice la campeona, vencedora de un torneo que perfectamente podía haberse ido al traste temprano para ella.
En la segunda escala, Osaka estuvo a un tris de expulsarla. A un solo punto. “Pero siempre debes creer en ti misma”, señala; “ese tipo de experiencias me aportan confianza. Hay que darlo todo, independientemente de cómo vaya el marcador. A veces cae de tu lado y otras no, pero sé que puedo encontrar mi tenis incluso cuando tengo problemas”.
Este curso, Swiatek se ha coronado sucesivamente en Madrid, Roma y Roland Garros. Un recorrido primaveral prácticamente impecable. “He descubierto que si disfruto de la vida fuera de la pista, dentro me siento mejor. He sentido más energía”, dice. “Soy una perfeccionista y siempre hay presión, pero en este torneo la he sabido gestionarla muy bien”, resalta.
La polaca define el viraje de la segunda ronda como “surrealista” y en breve se pondrá a prueba en la hierba, superficie que, de momento, no ha logrado dominar. Los cuartos, su límite en Wimbledon. Entretanto, Paolini habla claro: “Nunca me había enfrentado a nadie que con una intensidad así, en mi vida. Ha sido el partido más complicado de toda mi carrera”, resolvía.
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