Carlos Alcaraz: ¡°No s¨¦ controlarme, no s¨¦ c¨®mo gestionarlo y eso es un problema¡±
El murciano achaca el retroceso mental sufrido este verano a la acumulaci¨®n de emociones y dice que debe seguir conoci¨¦ndose a s¨ª mismo y que necesita tiempo
¡°Good night, eh?¡±. ¡°Very good night!¡±. Poco dado a la interacci¨®n, un empleado del US Open felicita a un periodista neerland¨¦s, que corresponde y matiza feliz porque uno de los suyos, Botic van de Zandschulp, quedar¨¢ ya como uno de los nombres propios de esta edici¨®n que ha sufrido la primera gran convulsi¨®n en la segunda ronda, sin que nadie lo esperase, o acaso el hombre que recibe la felicitaci¨®n de madrugada: Carlos Alcaraz, ko. El espa?ol, gesto serio e intentando en ocasiones encontrar las palabras, al igual que buscaba poco antes su tenis en la pista, se expresa en la sala de conferencias de Flushing Meadows y se afea: mentalmente ha retrocedido, pero no da con la explicaci¨®n. Procede, pues, la pausa y el an¨¢lisis en fr¨ªo.
A sus 21 a?os, Alcaraz ya debe procesar el peaje demandado por derrotas como esta, m¨¢s dolorosa por el fondo que por la forma. Ha jugado mal, probablemente peor que nunca en un gran escenario desde que alzase el vuelo, pero lo que de verdad le duele y le escuece es, recalca, la involuci¨®n mental sufrida en la gira norteamericana. Se interpretaba el tropiezo en Cincinnati ante Gael Monfils como un mero accidente, un resbal¨®n circunstancial, pero la ca¨ªda neoyorquina y el autocr¨ªtico discurso del tenista revelan que hay algo de fondo. Seguramente, saturaci¨®n. Las temporadas son extremadamente largas y la envergadura del murciano a su corta edad le obliga a tener que ganar semana s¨ª, y a la siguiente tambi¨¦n.
De repente, se encuentra en una situaci¨®n desconocida hasta ahora. Perder as¨ª, lo extra?o. ¡°Al principio del partido me ha costado coger las distancias. He cometido muchos errores, sobre todo de distancia, de no ver bien la bola; o la pegaba muy atr¨¢s o la pegaba muy delante. Muy pocas veces he sentido la bola en el punto dulce. Y en los restos igual, ve¨ªa como que se me iba la bola, como que no llegaba bien, que no apoyaba bien. Es una sensaci¨®n bastante rara¡±, introduce.
¡°Y la verdad que lo que siento ahora mismo es que en vez de dar pasos hacia delante, he dado pasos hacia atr¨¢s en tema de cabeza. Y no entiendo por qu¨¦, porque ven¨ªa de un verano espectacular, de Roland Garros [campe¨®n por primera vez], de Wimbledon [segunda], saliendo de ah¨ª diciendo que mentalmente hab¨ªa dado un paso hacia delante, como que me hab¨ªa dado cuenta de que para ganar grandes cosas o Grand Slams hab¨ªa que estar duro de cabeza¡±, expone. ¡°Vengo a esta gira y es como que he dado pasos hacia atr¨¢s. Como que mentalmente no estoy bien, como que no estoy fuerte. Uno de los problemas que tengo es que no s¨¦ controlarme, no s¨¦ c¨®mo gestionarlo y eso para m¨ª la verdad que es un problema¡±, prosigue.
La secuela ol¨ªmpica
Dos veces hab¨ªa perdido anteriormente en la segunda escala de un grande, las dos en 2021, cuando ten¨ªa 18 a?os y empezaba a descubrir las curvas de la ¨¦lite. Australia y Wimbledon. Pero nada que ver con lo de ahora, consolidado ya como la nueva referencia y en medio de una extraordinaria temporada en la que ha marcado el paso, con dos majors m¨¢s en el bolsillo, otro ¨¦xito en Indian Wells y la plata lograda en su primera experiencia ol¨ªmpica que, ganador ¨¦l, le dej¨® un sabor agridulce. Tal vez a¨²n colee por dentro aquella derrota contra Novak Djokovic en la Chatrier. Lo niega ¨¦l. ¡°Descans¨¦ un poco despu¨¦s de los Juegos. Pensaba que era suficiente y me ayud¨®, pero tal vez no lo fuera. Probablemente no haya llegado aqu¨ª con la energ¨ªa que pensaba que tendr¨ªa, pero no creo que eso me afectase¡±, indica.
Pero los hechos le llevan la contraria. Una raqueta hecha trizas en Cincinnati y un brusco derrapaje en el US Open.
Contin¨²a la reflexi¨®n. ¡°Tengo que ver qu¨¦ ha pasado exactamente o qu¨¦ me pasa exactamente. La verdad es que ha sido un verano con muchas emociones, muy exigente. El calendario del tenis es muy apretado, vienen las cosas superapretadas. He tenido mis momentos de desconexi¨®n, pero bueno, pienso que me estoy conociendo todav¨ªa y que a lo mejor como persona necesito m¨¢s tiempo¡±, afirma; ¡°tengo que ir conoci¨¦ndome a m¨ª mismo, saber qu¨¦ necesito en cada momento. A lo mejor yo soy un tipo de persona a la que tener un calendario tan apretado no le viene bien, o que mentalmente me exijo m¨¢s de la cuenta. Tengo que ver qu¨¦ pasa exactamente, pero la verdad que no he pensado en toda la exigencia tan seguida y en que eso es lo que me podr¨ªa haber afectado¡±.
Preguntado por las posibles soluciones, prefiere dejarlo estar hasta que regrese a Murcia y analice all¨ª a fondo la problem¨¢tica, con la fase de grupos de la Copa Davis (del 10 al 15 de septiembre) y la Laver Cup de Berl¨ªn (del 20 al 22) a la vista. ¡°Ahora mismo no quiero decir algo, porque si digo cualquier cosa¡ luego puede ser totalmente lo contrario. No lo s¨¦. Tengo que hablar con la gente cercana, con mi equipo, con mi gente, y ver a ver qu¨¦ pasos damos. Vamos a seguir. Obviamente, tengo torneos por delante, pero, sinceramente, no quiero pensar en nada de ello¡±, finaliza.
POR PRIMERA VEZ DESDE EL 99, SIN HOMBRES EN LA 3? RONDA DE UN GRANDE
A la par de Alcaraz, los acontecimientos de Nueva York señalan un dato preocupante para el tenis español. Por primera vez desde 1999, no contará con ningún representante masculino en la tercera ronda de un gran torneo.
Precedieron a la eliminación del murciano las de otros siete jugadores nacionales: Alejandro Davidovich, Albert Ramos, Roberto Bautista, Pedro Martínez, Roberto Carballés, Pablo Carreño y Jaume Munar.
Hace 25 años y precisamente en el mismo escenario, Carlos Moyà, Galo Blanco y Fernando Vicente no lograron franquear la barrera de la segunda ronda.
Ahora, las únicas supervivientes son Paula Badosa y Jessica Bouzas. La catalana se enfrenta este viernes (17.00, Movistar+) a la rumana Elena Grabriela Ruse (122ª) y la gallega se medirá el sábado con la estadounidense Jessica Pegula (6ª).
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