Espect¨¢culo o tradici¨®n, historia frente a industria. ?Hacia d¨®nde quiere ir el tenis?
El deporte de la raqueta, distinguido por su conservadurismo, intenta captar a las nuevas audiencias entre dilemas: modernizarse, pero sin perder la esencia hist¨®rica
Novak Djokovic, maestro de la disertaci¨®n, se extiende sobre un asunto que empieza a coger forma, preocupado como est¨¢ el tenis porque se ha cerrado ya la gran ¨¦poca dorada ¡ªlos Nadal y Federer, las Williams y Sharapova¡ª y siempre hay que pensar en un futuro, que tal y como van los tiempos significa hoy. En realidad, ya. ¡°Tenemos una historia y una tradici¨®n de la que estamos orgullosos y que hace que nuestro deporte sea diferente a otros, pero, al mismo tie...
Novak Djokovic, maestro de la disertaci¨®n, se extiende sobre un asunto que empieza a coger forma, preocupado como est¨¢ el tenis porque se ha cerrado ya la gran ¨¦poca dorada ¡ªlos Nadal y Federer, las Williams y Sharapova¡ª y siempre hay que pensar en un futuro, que tal y como van los tiempos significa hoy. En realidad, ya. ¡°Tenemos una historia y una tradici¨®n de la que estamos orgullosos y que hace que nuestro deporte sea diferente a otros, pero, al mismo tiempo, creo que hemos ido un poco por detr¨¢s de los otros respecto a los cambios y la adaptaci¨®n al ritmo de evoluci¨®n de la sociedad; todos sabemos que la nueva generaci¨®n no tiene una gran capacidad de atenci¨®n y que quiere movimiento todo el rato¡±, expone el de Belgrado, que a su vez habla de las cheerleaders estadounidenses y de que, por qu¨¦ no, el tenis podr¨ªa importar algunos matices del espect¨¢culo de la Super Bowl o la NBA.
Lleva tiempo Nole agitando el avispero en ese sentido, tratando de que su deporte no pierda el paso ni vigor de aqu¨ª en adelante; consciente ¨¦l, ejecutivo con raqueta, de que la juventud y las nuevas audiencias de hoy reclaman algo diferente, se trate de lo que se trate: v¨¦rtigo, flashes, impactos; consumo ¨¢gil y a poder ser inmediato. No pierde de vista el serbio, sin embargo, el conservadurismo ni la fidelidad del tenis a sus or¨ªgenes y a sus propias bases, a lo elemental de una disciplina caracterizada hist¨®ricamente por el estatismo y en la que cada retoque ha exigido de a?os y m¨¢s a?os. Opina el de Belgrado, pero ya no se trata solo de la mayor o menor duraci¨®n de los partidos, del eterno debate de los tres o los cinco sets, que tambi¨¦n, sino de entretenimiento en el m¨¢s estricto sentido de la palabra.
Luces, c¨¢maras, micr¨®fonos, proyectores, m¨²sica, el mundo virtual. Va el asunto mucho m¨¢s all¨¢ de la aplicaci¨®n de m¨¢s o menos tecnolog¨ªa, o de la presencia o no de jueces de l¨ªnea, de la velocidad de las pistas. ¡°Creo que deber¨ªamos tratar de conectar m¨¢s con la gente m¨¢s joven y atraerlos¡±, insiste el campe¨®n de 24 grandes, mientras la organizaci¨®n del Open de Australia ¡ªel major m¨¢s vanguardista, sin duda¡ª ya ofrece estos d¨ªas retransmisiones animadas y en tiempo real de los partidos a trav¨¦s de su canal de YouTube, al m¨¢s puro estilo de los videojuegos. Los rectores de este deporte intentan dinamizar su producto, pero sin que pierda la esencia; dif¨ªcil equilibrio, pero los planes van cogiendo forma en las mentes pensantes. Ah¨ª est¨¢ el laboratorio de las Next Gen Finals, campo de pruebas aplicado al torneo maestro de las promesas, o exhibiciones como el Six King Slam que acogi¨® Riad en octubre.
Por all¨ª, entre luces de ne¨®n, hologramas e ilusiones ¨®pticas, desfil¨® Rafael Nadal, quien en su v¨ªdeo de despedida mencion¨® un concepto esencial que lo explica todo: ¡°Industria¡±. No era la primera vez que lo hac¨ªa ¨¦l, prol¨ªfico inversor. Deporte y negocio. Todo es poco para la producci¨®n y la obtenci¨®n del m¨¢ximo rendimiento. ?Objetivo? Americanizar el espect¨¢culo. El US Open, donde suena la m¨²sica atronadora durante los recesos y la gente come nachos, bebe cerveza y deambula por la grada durante la acci¨®n, insinuaba tal vez el camino. ¡°Cuando hay un tiempo muerto, entran bailarines y bailarinas, para que puedas relajar los nervios y pensar en otra cosa¡¡±, desliza Djokovic, de 37 a?os; ¡°siento que aportar¨ªa m¨¢s elementos divertidos y de entretenimiento al tenis, que sabemos que ha sido bastante tradicional y, tal vez, conservador en algunas cosas¡±.
Edades, ¡®pickleball¡¯, Netflix...
Uno de los que m¨¢s proactivos en pos de innovar ha sido Patrick Mouratoglou, en su d¨ªa t¨¦cnico de Serena Williams. El franc¨¦s dise?¨® un formato (Ultimate Tennis Showdown, UTS) que propone mayor interacci¨®n con el aficionado, entre otras cosas; algo as¨ª ¡°como un episodio de Netflix¡±, en palabras del galo, que al mismo tiempo se?ala a referencias como la UFC ¡ªartes marciales mixtas¡ª como uno de los modelos a seguir para captar la atenci¨®n de los j¨®venes, porque, esgrime, ¡°no puede ser que los que siguen el tenis tengan una edad media de 60 a?os¡±. A su reclamo se unen los de otros profesionales como Nick Kyrgios o Borna Gojo, quienes consideran que el tenis de hoy es excesivamente ¡°aburrido¡±. El mismo Toni Nadal escrib¨ªa en este peri¨®dico: ¡°Los datos del auge de otros deportes deber¨ªan ser motivo suficiente para que nuestro dirigentes se mostraran abiertos a abordar ciertos cambios¡±.
El t¨¦cnico espa?ol alud¨ªa a ejemplos como el p¨¢del o el pickleball como cebos para las nuevas generaciones, mientras el futbolista Gerard Piqu¨¦ quiso revolucionar la Copa Davis en su desembarco en el circuito al entender, seg¨²n conced¨ªa a EL PA?S, que ¡°los millennials piden m¨¢s emoci¨®n¡±. A partir de ah¨ª han ido aflorando opiniones de mayor o menor peso que apuestan por giros de tuerca, a la par que los rectores del tenis han ido ensayando novedades en competiciones de nueva creaci¨®n como la United Cup o la Laver Cup, esta ¨²ltima impulsada por el legendario Roger Federer. En ellas se han probado con micros, torneos por equipos, c¨¢maras en los banquillos, capitanes dando ¨®rdenes y varias f¨®rmulas que por ahora quedan en solo eso, meros intentos por comprobar c¨®mo reaccionan los seguidores y calcular por d¨®nde ir¨ªan las audiencias.
En marzo, la plataforma Netflix retransmiti¨® en vivo un duelo en Las Vegas entre Nadal y Carlos Alcaraz, al m¨¢s puro estilo pugil¨ªstico y con entrevistas a los dos protagonistas y otras personalidades durante las pausas, que tuvo mayor repercusi¨®n que la gran mayor¨ªa de los torneos de perfil intermedio, e incluso que otros superiores. Y hoy contin¨²an las pruebas de todo tipo. La ¨²ltima maniobra es la aplicada por el Open de Australia con el acercamiento de los entrenadores a sus jugadores, d¨¢ndoles la oportunidad de que se ubiquen a ras de pista, m¨¢s cerca del jugador. ¡°Tal vez no todo est¨¦ listo para ser implementado al m¨¢s alto nivel, pero pienso que hay ciertos cambios que vale la pena considerar¡±, insiste Djokovic, para el que ¨²nicamente deber¨ªa haber un lugar sagrado e intocable.
¡°Wimbledon lo dejar¨ªa como est¨¢, porque es realmente ¨²nico. Todo tan blanco y tan elegante, con tanta clase; las fresas con crema... Pero todos los dem¨¢s, como en el caso del US Open, se trata de entretenimiento. As¨ª que estoy dispuesto a ello, tal vez con cambios graduales¡±, concluye el serbio, mientras flotan en el aire los dilemas y las distintas partes se preguntan cu¨¢l es destino m¨¢s adecuado, si respetar a grandes rasgos los viejos patrones o bien ser m¨¢s rupturistas. ?Espect¨¢culo o tradici¨®n? ?Industria o historia? Quiz¨¢ un equilibrio. ?Hacia d¨®nde quiere ir el tenis?