Juli¨¢n Besteiro, parlamentario
Asistimos, de un tiempo para ac¨¢, a una labor de recuperaci¨®n de testimonios directos de la actividad de algunos de los m¨¢s representativos protagonistas de la vida pol¨ªtica espa?ola de los siglos XIX y XX, que abre camino a un acercamiento neutral a nuestra historia m¨¢s cercana, salvando todas las deficiencias que necesariamente conlleva la perspectiva personal del investigador a la hora de hacer una selecci¨®n, antol¨®gica, y el modo de presentarla al p¨²blico lector. Ferm¨ªn Solana nos ofrece ahora los dos primeros vol¨²menes de recopilaci¨®n de las intervenciones parlamentarias del que apareci¨® para muchos lomo el sucesor de Pablo Iglesias en la jefatura de las organizaciones socialistas: Juli¨¢n Besteiro. Al agradecimiento que todo investigador deber¨ªa manifestar por poder disponer de este material sin necesidad de recurrir a la tediosa labor de consultar el Diario de Sesiones del Congreso hay que a?adir el reconocimiento a una labor que va mucho m¨¢s all¨¢ de la simple acumulaci¨®n de intervenciones parlamentarias del diputado socialista, al encuadrar estos cinco a?os de vida pol¨ªtica de Besteiro (1918-1922) en el marco de una coyuntura hist¨®rica cr¨ªtica que desembocar¨ªa, en septiembre de 1923, en la dictadura del generalPrimo de Rivera, Ferm¨ªn Solana, mediante unas extens¨ªsimas y bien aprovechadas citas a pie de p¨¢gina, ha recogido de la prensa de la ¨¦poca de las intervenciones de otros diputados, el entorno desde donde deben interpretarse necesariamente las manifestaciones de Besteiro.
Juli¨¢n Besteiro,
primer y segundo tomo (1918-1920 y 1920-1922), de Ferm¨ªn Solana. Ediciones Taurus. Madrid 1975.
Cuadro pol¨ªtico
Dentro de un cuadro pol¨ªtico y constitucional adverso -recordemos una vez m¨¢s los tan tra¨ªdos y llevados oligarqu¨ªa y caciquismo, de Joaqu¨ªn Costa-, el Partido Socialista Obrero Espa?ol, de la mano de Pablo Iglesias, se lanz¨® desde fechas muy tempranas a una defensa fervorosa de los beneficios de la acci¨®n pol¨ªtica: ?... una de las cosas m¨¢s necesarias es convencer a los muchos trabajadores que a¨²n no creen en ella de la utilidad que ha de reportarles el ejercicio de la papeleta electoral, y, a la vez, la suma conveniencia que encierra para los explotados la pr¨¢ctica de la acci¨®n pol¨ªtica en todo cuanto pueda influir sobre los gobernantes?, afirmar¨ªa el Abuelo a¨²n en 1921. La progresiva crisis del r¨¦gimen restaurado por C¨¢novas en 1875, y las contradicciones abiertas por el proceso de acumulaci¨®n de beneficios econ¨®micos favorecido por la primera guerra mundial, desembocaron en la huelga general de 1917. El descontento popular y, el apoyo al movimiento hicieron que el encarcelamiento del comit¨¦ directivo de la huelga se transformara en una petici¨®n masiva de amnist¨ªa y en una victoria electoral que permitir¨ªa elevar de uno a seis el n¨²mero de diputados socialistas en el Congreso. As¨ª, Juli¨¢n Besteiro, cabeza del Partido Socialista desde su cargo de vicepresidente, debido a las repetidas enfermedades de Iglesias, tom¨® posesi¨®n, en mayo de 1918, de su esca?o parlamentario: su primera intervenci¨®n ir¨ªa encaminada a explicar y justificar el significado de los acontecimientos de agosto de 1917.
Crisis
A?os de crisis estos ¨²ltimos de la monarqu¨ªa parlamentaria, reflejados en las Cortes. Momentos problem¨¢ticos de nuestra historia, recogidos en los vol¨²menes que comentamos. Utilicemos algunas de las intervenciones de Besteiro para se?alar algunas de sus coordenadas. El sistema de la Restauraci¨®n quiebra, arrastrado por la desintegraci¨®n de los partidos din¨¢sticos, y la Corona se ve implicada en la din¨¢mica de la pol¨ªtica africana: el desastre de Annual motiva una larga intervenci¨®n de Besteiro a comienzos de noviembre de 1921. La conflictividad social y los enfrentamientos de clase alcanzan una de las cotas m¨¢s altas de nuestra historia reciente con la explosi¨®n del terrorismo barcelon¨¦s, en el marco de una crisis de subsistencias abierta por el fin del auge especulativo al restablecerse la paz en Europa. Besteiro se pregunta por los responsables reales del terrorismo y condena la aplicaci¨®n de la ley de fugas (intervenciones en las sesiones de 31 -XII-1919, 21-I-1920... ). Junto con Fernando de los R¨ªos, Prieto, Teodomiro Men¨¦ndez, Saborit, Alomar y Lairet, presenta un ?Proyecto de ley de bases para dar satisfacci¨®n a las reivindicaciones m¨¢s perentorias de las organizaciones obreras, las clases medias y la conciencia liberal de Espa?a?.El r¨¦gimen se debat¨ªa en su impotencia por solucionar la crisis, pero la oposici¨®n no demostrar la capacidad para asumir el protagonismo del cambio: recordemos el fracaso de la ?propuesta de uni¨®n, de las izquierdas antidin¨¢sticas? lanzada por Marcelino Domingo en junio de 1921. Y es que las fuerzas socialistas, tras asistir a un vertiginoso incremento en sus filas durante los a?os de auge econ¨®mico, sufr¨ªan en su carne las consecuencias de la revoluci¨®n rusa y de la quiebra del socialismo internacional. En el congreso celebrado por el Partido Socialista en abril de 1921 culminar¨ªa la ruptura, al producirse la escisi¨®n comunista. ?La diferencia entre revoluci¨®n y evoluci¨®n no existe en el socialismo?, afirm¨® Besteiro asumiendo la defensa de los fieles a la II Internacional.
Babelia
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