V¨ªa libre para los partidos pol¨ªticos
Los partidos pol¨ªticos tienen ya v¨ªa libre, dentro de la legalidad, al haber aprobado ayer el Pleno de las Cortes convocado por el procedimiento de urgencia, el proyecto de ley que regula el derecho de asociaci¨®n pol¨ªtica, tras una sesi¨®n matinal menos interesante que las dos celebradas el martes, y en la que la nota destacada fue la intervenci¨®n, en nombre del Gobierno, del ministro secretario general del Movimiento, Adolfo Su¨¢rez. La no aprobaci¨®n en bloque, durante la sesi¨®n de la tarde, de la reforma del C¨®digo Penal hace que se aplace el tema de la ilicitud de las asociaciones al que se remite la ley de partidos.
Despu¨¦s de la vibraci¨®n experimentada en la tarde anterior, las aguas volvieron ayer por la ma?ana a su cauce y a sus esca?os los procuradores, que abandonaron airadamente el hemiciclo en se?al de protesta por la intervenci¨®n del martes de Ramiro Cerc¨®s.Una cierta desgana en el ambiente -consecuencia, quiz¨¢, del intenso debate de la jornada anterior- no fue en ning¨²n momento rota por las intervenciones fr¨ªas y mon¨®tonas de un L¨®pez Rod¨® o un Henr¨ªquez, o por las respuestas poco brillantes, en nombre de la ponencia, de un Pita da Veiga. Ni siquiera el importante discurso del ministro Adolfo Su¨¢rez fue le¨ªdo con el ¨¦nfasis necesario para arrancar alguna reacci¨®n -en favor o en contra- del colectivo legislativo.
S¨®lo Madrid del Cacho, con su habitual prosa, barroca en el estilo y neocl¨¢sica en la erudici¨®n, origin¨® sonrisas por parte de los procuradores. La calma era tan evidente que casi parec¨ªa olvidada la tormenta del d¨ªa anterior.
L¨®pez Rod¨®, el ascua y la sardina
Es muy posible que el b¨¢lsamo que cauteriz¨® las heridas de la sesi¨®n anterior fuese la intervenci¨®n pausada, habilidosa, sin aristas hacia el sector m¨¢s inmovilista y sin discrepancias frontales respecto a quienes ejercen el poder ejecutivo, del procurador L¨®pez Rod¨®.
El ex ministro y actual embajador en Viena (presidente, por otra parte, del grupo parlamentario Regionalista) record¨® a los procuradores sus actuaciones pasadas en lo relativo al desarrollo legislativo de los derechos fundamentales. L¨®pez Rod¨® mencion¨® a Franco y arranc¨® as¨ª un aplauso de los procuradores al afear la conducta de quienes pretenden -dijo- ignorar o denigrar su obra.
En cuanto al tema objeto de debate, L¨®pez Rod¨® se refiri¨® a la urgencia del proyecto de ley electoral, haciendo referencia a la proposici¨®n de la ley presentada por su grupo parlamentario. Pidi¨® y obtuvo que se formular¨¢ al Gobierno una moci¨®n por la que se recabar¨¢ el env¨ªo inmediato del citado proyecto de ley o la conformidad a la proposici¨®n de ley Electoral tambi¨¦n mencionada.
Otras intervenciones
Madrid del Cacho declar¨® que descansaba sus convicciones en el Rey, como antes lo hizo en Franco, y siempre, desde luego, en el Gobierno, que tiene -dijo- gracia de Estado, seg¨²n San Pablo.
Sobre su petici¨®n de que el C¨®digo Penal deb¨ªa reformarse antes de aprobar la asociaci¨®n pol¨ªtica, se?al¨® que nada ten¨ªa que a?adir a la vista de la celebraci¨®n del mismo Pleno para ambos temas. Anunci¨® su voto favorable a la reforma.
Henr¨ªquez, por su parte, en una intervenci¨®n un tanto premiosa, logr¨®, sin embargo, que la ponencia le aceptara que la competencia en materia de suspensi¨®n, incluso provisional, de asociaciones corresponda a la Sala del Tribunal Supremo, con objeto -dijo- de ?evitar la posible mediatizaci¨®n del desarrollo pol¨ªtico por los grupos que detenten el poder?. En realidad, la ponencia s¨®lo acept¨® que tal competencia exclusiva de la Sala citada se refiera a los tres meses anteriores a la fecha fijada para las elecciones.
David P¨¦rez Puga defendi¨® seguidamente la reforma proyectada por el Gobierno, cuyo nombre deber¨ªa aludir a los partidos, en opinion -segun dijo- del grupo parlamentario Independiente, en nombre del cual habl¨®.
Tambi¨¦n Andr¨¦s Reguera, en nombre de Uni¨®n Democr¨¢tica Espa?ola, manifest¨® el apoyo al proyecto de ley, ya que en 1976 el desconocimiento del pluralismo pol¨ªtico es tanto como desconocer la realidad.
Por la ponencia, Ram¨®n Pita da Veiga manifest¨®, entre otras cosas, que la denominaci¨®n del proyecto alude al derecho de asociaci¨®n, que agrupa tanto a los partidos como a otras asociaciones, de acuerdo con el derecho comparado.
Antes de someterse a votaci¨®n el proyecto de ley, Manuel Conde Bandr¨¦s acept¨®, en nombre de la ponencia, algunas modificaciones solicitadas, ninguna de las cuales afecta a la esencia del texto legislativo.
Previamente a esta ¨²ltima intervenci¨®n de la ponencia, el ministro secretario general del Movimiento, Adolfo Su¨¢rez, pronunci¨® un discurso, en nombre del Gobierno, que se ofrece resumido en estas mismas p¨¢ginas.
Adolfo Su¨¢rez ley¨® su discurso con tono suave, y daba la impresi¨®n de una gran timidez. Su rostro aparec¨ªa p¨¢lido. Cuando inici¨® su parlamento, hacia las doce y media de la ma?ana, el hemiciclo se encontraba bastante lleno y hab¨ªa m¨¢s p¨²blico en las tribunas.
De los 34 folios de su intervenci¨®n -bien construida y pol¨ªticamente muy h¨¢bil- s¨®lo cuando se refiri¨® a la ?gigantesca obra de ese espa?ol irrepetible al que siempre deberemos homenajes de gratitud y que se llama Francisco Franco?, obtuvo un aplauso generalizado. Y fue el ¨²nico aparte del convencional al t¨¦rmino del discurso -y en el que desde luego no participaron Iniesta Cano, Mart¨ªn Sanz, Gir¨®n y algunos otros de los procuradores que luego votar¨ªan no-. Porque un aplauso particular s¨ª que hubo durante el discurso cuando Adolfo Su¨¢rez se refiri¨® al acuerdo popular existente sobre la reforma, el pluralismo, el sufragio universal, la participaci¨®n ideol¨®gica, las libertades p¨²blicas, la justicia y la socializaci¨®n del desarrollo.
Pero quienes aplaud¨ªan en esta ocasi¨®n eran muy pocos. Los m¨¢s j¨®venes, tal vez. Los hermanos Cerc¨®s, Gabriel Cisneros y muy pocos m¨¢s.
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