"El plazo para la reforma es absolutamente insuficiente"
A m¨ª siempre me ha sorprendido la expresi¨®n ?revestir la forma de sociedad? cuando es una sociedad an¨®nima la titular de la empresa. ?Es qu¨¦ las empresas pueden revestir la forma de sociedad? Entiendo que no. La sociedad s¨ª reviste la forma de sociedad an¨®nima, pero si la empresa no es una instituci¨®n jur¨ªdica, ?qu¨¦ tiene que ver ella con el hecho deque el titular de la empresa sea una sociedad? ?a que por eso la empresa ?reviste? la forma de sociedad an¨®nima? ?Y si el empresario es individual?, ?qu¨¦ forma reviste entonces la empresa? ?La del hombre fisico, alto, bajo, fuerte, d¨¦bil, enfermo, sano? No lo entiendo.Y por si fuera poco, en la exposici¨®n de motivos de la ley se dice que a su texto habr¨¢ de incorporarse en su d¨ªa la participaci¨®n del trabajador en la empreja, acorde con las reformas que en la l¨¦gislaci¨®n de sociedades se lleve a cabo en base al proyecto que se prev¨¦ en disposiciones adicionales?, que he le¨ªdo ya.
En fin, ya parece que hemos hallado la forma para la reforma. Ahora s¨ª quepodemos hablar de reforma, puesto que vamos a reformar una forma jur¨ªdica: la sociedad an¨®nima.
Se va, Pues, a reformar la sociedad an¨®nima. ?Para qu¨¦? Para establecer participaci¨®n en sus ?¨®rganos de gesti¨®n?. Vemos que aqu¨ª se ha descarnado el asunto, porque no hay tal participaci¨®n en la gesti¨®n, sino solamente en la vigilancia, en la responsabilidad y en los beneficios.
Efectivamente los ¨®rganos, de gesti¨®n no los tiene la empresa, si no la sociedad. La responsabilidad tampoco la tiene la empresa, sino la sociedad, y los beneficios tampoco los tiene la empresa misma, sino, sociedad que rige los destinos de la empresa.
La opci¨®n es reformar la sociedad an¨®nima
En definitiva, hemos roto el dilema queyo planteaba al principio. ?Qu¨¦ camino hemos de emprender? ?Quod vitae sectabor iter? Hemos tomado el segundo camino, y as¨ª lo prueban esas frases de la exposici¨®n de motivos que acabo de leer.
El hecho es que a la Comisi¨®n de Codificaci¨®n se le echa encima un trabajo dif¨ªcil, comprometido y que hemos de realizar en un plazo insuficiente a todas luces.
Surgir¨¢n problemas de toda ¨ªndole: modificaci¨®n de la sociedad an¨®nima, que conserva hoy el sistema monista; modificaci¨®n de la responsabilidad de los, representantes laborales, mejor dicho, instauraci¨®n de esa responsabilidad, sin saber qui¨¦n puede exigir esa responsabilidad, si son, los trabajadores o la junta general, como ocurre con los dem¨¢s administradores; relaciones entre el consejo de vigilancia y el directorio, etc.
Pero tambi¨¦n hay que llamar a cap¨ªtulo a los elementos laborales, porque en la ley de cogesti¨®n de 1962 quien elige a los representantes laborales es el propio consejo de administraci¨®n, en una terna que ofrece el Jurado de empresa, mientras que en el nuevo sistema tendr¨¢ que ser una elecci¨®n directa o la elecci¨®n a trav¨¦s de un Sindicato, que, probablemente, no va a ser el Sindicato oficial actual, vinculado al Gobierno, sino un sindicato libre.
En suma, el camino de la reforma de la empresa est¨¢ ya elegido. Es el camino de la reforma de la sociedad an¨®nima. Y est¨¢ elegido por un mandato legal, ante el cual tenemos que inclinarnos todos.
El peso recae sobre los mercantilistas, que tendremos que renunciar a los conceptos de la sociedad an¨®nima como sociedad capitalista, introduciendo en ella una pieza nueva mediante un trasplante quir¨²rgico, para que no se nos tilde de formalistas
?Cu¨¢ntas reformas m¨¢s?
Pero tambi¨¦n el elemento sindcal ha de intervenir para la elecci¨®n de los representantes obreros, en la mal llamada ?cogesti¨®n?., En Alemania ya se habla de una codecisi¨®n ?tripolar?, en el sentido de qu¨¦ no s¨®lo va a haber reprsentantes del, capital y del trabajo, sino un represente de los intereses generales de la econom¨ªa. En definitiva, la reforma que se busca. est¨¢ ligada a otras muchas reformas.
No sabemos si subsistir¨¢n, los Consejos nacionales que cita la disposici¨®n adicional tercera. Todo demuestra que la reforma de laempresa est¨¢ ligada a otras reforas del cuadro institucional vigente, porque la empresa no es una isla, es una pieza dentro de la econom¨ªa nacional, y cualquier modificaci¨®n.que sufra la empresa va a repercutir sobre la econom¨ªa entera.
El ejemplo franc¨¦s
En conclusi¨®n, todo ello conduce a afirmar que el plazo concedido para la reforma es absolutamente insuficiente y que debemos meditar en et ejemplo, franc¨¦s y en las discusiones sobre la quinta directiva.
Aqu¨ª tengo tambi¨¦n una carta que dirige el presidente de la Rep¨²blica a Sudreau, acus¨¢ndole recibo de su informe, y en ella dice: ?No conviene pronunciarse prematuramente sobre el fondo de sus proposiciones. A partir de su informe -que a usted le corresponde hacer p¨²blico en las condiciones que juzgue mejores, deseo que se inicie en la, opini¨®n un amplio debate, porque la reforma de la empresa afecta a la vida de todos los franceses.
Deseo que este debate se desarolle en distintos niveles. El concurso de los grandes medios de informaci¨®n y de la prensa deber¨¢ permitir a todos los que, preocupa la reforma de la empresa y en particular a los jefes de empresa, a sus cuadros, a los sindicalistas y a los trabajadores expresar sus sentimientos y sus cr¨ªticas.
Cuando Ia informaci¨®n del Gobierno haya quedado completa por consecuencia de una. ampl¨ªa discusi¨®n p¨²blica, le pedir¨¦ que haga la elecci¨®n que depende de ¨¦l, del Gobierno, y proponer al Parlamento las disposiciones legislativas necesarias.
En suma, se trata de ir seriamente a la reforma pero no precipitadimente a la reforma. Hoy se dir¨ªa que es un a cuesti¨®n de ?timing?. Yo prefiero, como aficionado que soy a la m¨²sica, en lugar de time, hablar tempo, que no sea ni adaggio, ni prestissimo, que sea, como dec¨ªan los compositores de la ¨¦poca el Barroco, un allegro giusto.
Que la reforma sea tambi¨¦n justa, porque si la justicia consiste en dar a cada uno lo que es suyo, demos a los obreros lo que es suyo, pero con rnucha prudencia, para no convertir el camino de vida que hemos elegido en un camino que sea m¨¢s bien sendero para el desmoro miento y para.la ruina de esa fuente de creaci¨®n de riqueza que es la empresa mercantil.
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