En la duda, abstenerse
Uno de los principios period¨ªsticos ante la alternativa de dar o no dar una informaci¨®n responde al t¨ªtulo de este comentario. Algo similar puede ser aconsejable al Gobierno de cara a su pol¨ªtica econ¨®mica.Largas sesiones formales e informales de grupos de ministros y colaboradores y del pleno del Gobierno no han servido para dar luz verde a un programa de medidas que sustituya al proyecto de la ?ley Villar?. Algunos ministerios, sobre todo econ¨®micos, desde la constituci¨®n del Gobierno, prepararon un conjunto de medidas para afrontar las dificultades. La anulaci¨®n de la vicepresidencia econ¨®mica deja mayor margen de maniobra a los respectivos ministerios para elaborar sus proyectos. Inmediatamente comenzaron a conocerse planes, de Industria, de Comercio, etc., para animar la econom¨ªa y presentar posibles soluciones. Hacienda, mientras tanto, se retra¨ªa sobre s¨ª misma mientras el nuevo ministro, completamente nuevo en la casa, se hac¨ªa cargo de la herencia que le dejaban. La Presidencia y la Vicepresidencia del Gobierno convocaban a los expertos (Enrique Fuentes, Jos¨¦ Ram¨®n Lasu¨¦n, Joan Sard¨¢, Jos¨¦ Jan¨¦ ... ) para buscar primero consejo sobre la declaraci¨®n program¨¢tica y luego, sobre las medidas a adoptar.
Desde m¨²ltiples despachos de la Administraci¨®n se prepararon estudios y planes que han venido confluyendo estos d¨ªas en las mesas de las reuniones formales o informales del Gobierno. En la Bolsa se comentaron posibles medidas que iban, desde la devaluaci¨®n y el dep¨®sito previo a las importaciones, a est¨ªmulos fiscales, expansi¨®n monetaria, actividad m¨¢xima del sector p¨²blico... De un objetivo expansionista se pasaba a otro que era todo lo contrario.
Lo curioso era observar que de las previsibles medidas que en las altas esferas de la Administraci¨®n anunciaban como inmediatas, nadie se atrev¨ªa a decir qui¨¦n era el padre y la madre. En Hacienda se?alaban que poco hab¨ªa en el telar, en Industria y Comercio daban por hecho un programa importante. Los expertos se inhib¨ªan de los resultados posibles.
En este trance, parece que por ahora han triunfado las posiciones abstencionistas. En medio de las discusiones surgi¨® la oportunidad de un cese del gobernador del Banco de Espa?a, por razones un tanto peregrinas de ¨ªndole de pol¨ªtica exterior. El cese que parec¨ªa hecho en el fin de semana pareci¨® anulado en el momento en que los peri¨®dicos se hicieron eco del mismo.
Con este rompecabezas de indecisiones y dudas, en medio de las tensiones producidas por la insistencia en la posibilidad de una devaluaci¨®n, con una situaci¨®n de agobio en la liquidez bancaria que est¨¢ provocando un aumento inesperado en los infartos de los ejecutivos, parece que lo ¨²nico que el Gobierno debe hacer, m¨¢s que programas complicados, es clarificar pol¨ªticas a corto plazo. Y, sin duda, de ellas mejor es que se abstenga para evitar errores de la doble magnitud.
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