Soares, pluralismo o nasserismo
El general Eanes ha conseguido, aparentemente, dominar a los generales e incluso a los comandantes, lo que ya es mucho decir. Ahora le ha llegado al se?or Soares el turno de dominar a los sindicalistas. Su proyecto de austeridad econ¨®mica, anunciado anteayer despu¨¦s de 24 horas de ?indisposici¨®n?, puede contribuir a dirimir su ya largo enfrentamiento con la Intersindical, controlada en buena medida por el partido comunista del se?or Cunhal. El resultado de esa lucha consolidar¨¢ definitivamente, o arruinar¨¢ -quiz¨¢s tambi¨¦n definitivamente- al l¨ªder del partido socialista.Las divergencias que se han observado en el gobierno en torno de la pol¨ªtica econ¨®mica tienen bastante que ver con ese enfrentamiento. No faltan ministros ni militares que temen que la Intersindical se valga del apretado cintur¨®n econ¨®mico de Soares para forzar la crisis pol¨ªtica, tal como ocurre en Gran Breta?a con el se?or Jones y los dem¨¢s jefes izquierdistas de las Trade Unions. Entre esos aprensivos figura, al parecer, el propio Eanes, quien no quiere perder, por la v¨ªa de la rebeli¨®n pol¨ªtico-laboral, lo que con tanto trabajo -y astucia- cree haber logrado en los cuartos de banderas y, sobre todo, en. el Consejo de la Revoluci¨®n, convertido ahora en mero consejo de administraci¨®n de los claveles del 25 de abril. Hasta ?moderados? como Melo Antunes, ?resignados? como Lorengo, o ?derechistas? como Veloso, que coinciden m¨¢s o menos plenamente con las tesis econ¨®micas del senor Soares, habr¨ªan manifestado sus temores ante la ce?ida ?austeridad? propuesta por el ?premier?. De ah¨ª, acaso, la ?indisposici¨®n? de Soares 24 horas antes de su discurso.
Motivos
A esa inquietud no le faltan motivos. El 4 de septiembre, cuando ya se conoc¨ªan las principales l¨ªneas del proyecto econ¨®mico oficial, delegados de setenta organizaciones de la Intersindical, que agrupan a un mill¨®n y medio de trabajadores, se reunieron en Lisboa para preparar un ?congreso? general de la central, con el que el PC intentar¨¢, seguramente, afianzar su control sobre los gremios y, en especial, cortar el avance que en ese terreno han hecho el PS y los liberales del Partido Popular Democr¨¢tico durante los ¨²ltimos diez meses. La conferencia de Lisboa, a la que el se?or Cunhal trat¨® de darle un tinte democr¨¢tico por medio del expediente de invitar, como ?observadores?, a representantes de 35 gremios no comunistas, ha sido sin duda una ?respuesta? a la reuni¨®n que esos sindicatos realizaron recientemente en Coimbra para objetar, precisamente, el ?origen no democr¨¢tico? de la Intersindical y reclamar ?igualdad? para los dirigentes que el PS y el PPD consiguieron colocar en la central en las elecciones gremiales que se llevaron a cabo en la ¨¦poca del sexto gobierno provisional, luego de la intentona de noviembre y de la ca¨ªda del amigo de Cunhal, el se?or Goncalves.Tanto Soares como Sa Carneuiro, piensan que ha llegado la hora de crear una segunda central, con la cual oponer a la ?unicidad? proclamada por el PC y por Goncalves y el MFA en 1975, y aprobada s¨®lo por, un consejo de ministros, la ?unidad ? socialista y socialdem¨®crata. Ese habr¨ªa sido el prop¨®sito de la reuni¨®n de Coimbra, y tambi¨¦n el de los reiterados ataques que el PS y el PPD han lanzado ¨²ltimamente contra la Intersindical. El se?or Soares recuerda perfectamente que su oposici¨®n a la ?unicidad? le vali¨® en 1975, 20.000 adhesiones en un solo mes. Ahora, sin embargo, las perspectivas han cambiado, puesto que es Soares, y no Cunhal, el que est¨¢ -o por lo menos el que act¨²a- en el poder; un hecho que unido a la ?austeridad? podr¨ªa provocar, ajuicio del jefe stalinista, otra avalancha, pero al rev¨¦s. La intersindical -habr¨ªa dicho la semana pasada el se?or Cunhal- ha resistido la calda del gobierno de Goncalves. Ya veremos si el PS y sus escasos sindicatos resisten la subida de Soares.
No le falta raz¨®n a este buen dibujante y ?ortodoxo? comunista. Con una segunda central o sin ella, Soares tiene que ganar, en el campo obrero, lo mismo. que Eanes en el de los ?brigadeiros?: control, pluralismo, disciplina, y encima productividad, adem¨¢s, claro est¨¢ del respaldo de las empresas portuguesas y del capital europeo. De otra forma a Eanes no le quedar¨¢ otro camino que el del populismo, para lo que tendr¨¢, tarde o temprano, que llamar al Consejo y volver al 75. Peronismo o nasserismo portugu¨¦s el se?or Cunhal espera su hora.
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