El Rayo sigue sin convencer
El Rayo Vallecano ignoraba antes de que comenzase el encuentro contra el Coru?a que Buyo, el guardameta del cuadro gallego, iba a tener su d¨ªa y detendr¨ªa cualquier bal¨®n que amenazase con llegar hasta su red. Pero el Rayo Vallecano demostr¨® una p¨¦sima punter¨ªa. Si los balones rematados a puerta hubieran llevado la direcci¨®n apropiada es seguro que Buyo se ver¨ªa en extremo forzado, sentir¨ªa resquebrajarse su seguridad bajo los palos. La incorporaci¨®n de Real al equipo vallecano dejar¨¢ ver otro panorama en la delantera rayista. Porque la cabeza de Potele no llega normalmente al bal¨®n bombeado; Francisco cree haberse comprado una parcela que limita con el bander¨ªn de c¨®rner, el ¨¢rea grande y la banda; y Gonz¨¢lez hace excursiones continuas por todos los puestos de la l¨ªnea de ataque, pero nunca se detiene ante el portal del equipo contrario. Y si Rial no acertase en su cometido, Garc¨ªa Verdugo se ver¨ªa obligado a cambiar las de marcaciones de sus jugadores para pasar a los centrocampistas a lugares m¨¢s adelantados. Frente al Coru?a fue Felines el ¨²nico delantero que aline¨® el Rayo. Fue precisamente el centrocampista vallecano quien puso a Buyo en m¨¢s apuros durante los 90 minutos del encuentro. El se encarg¨® de hacer que Buyo se lanzase temerariamente junto al palo derecho de su portal en el minuto 50; de que rechazase a c¨®rner un bal¨®n que se colaba casi por la escuadra en el 75; y de hacerle suspirar despu¨¦s de que un centro suyo lo cabeceara Uceda y el esf¨¦rico saliese fuera a escasos cent¨ªmetros del palo derecho. El Coru?a no realiz¨® en todo el encuentro tres jugadas para merecer el resultado que en el campo vallecano obtuvo. La de Pousada, a tres minutos del final, en que se col¨® por la banda izquierda y cruz¨® el bal¨®n a media salida de Alc¨¢zar para forzar un despeje de Luna en ¨²ltima instancia, hubiera desequilibrado, el marcador con una injusticia propia del f¨²tbol. Los gallegos, con un planteamiento de 4-4-2 no aspiraban a otro resultado que la igualada. El larguero, que en el minuto 30 devolvi¨® al terreno de juego un disparo de Felines -siempre Felines-, se encarg¨® de facilitarla. El Rayo volvi¨® a desilusionar a la parroquia vallecana, que a¨²n no ha presenciado un partido al que se pueda calificar con un ep¨ªteto agradable al oido de la afici¨®n. Convenci¨® la defensa, incluso la l¨ªnea de centro del campo, donde Ferm¨ªn -sin apenas marcaje-, se erigi¨® en altruista caballero distribuidor de balones, pero la delantera se fue a pique.- El empate, si no merecido, s¨ª lo puede justificar el Coru?a conservador que se present¨® en Madrid.
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