El Madrid se descompuso en la segunda parte
La goleada sufrida por el Madrid en Sarri¨¢ es la confirmaci¨®n de su mal momento de juego, que en esta ocasi¨®n vino a unirse a la desgracia en los momentos decisivos. Con empate a cero en el marcador, Pirri, especialista seguro, fall¨® un penalti. Despu¨¦s, el Espa?ol marcar¨ªa su primer gol tambi¨¦n de penalti, y en la segunda mitad su juego alegre descompondr¨ªa al Madrid, que ofreci¨® una triste imagen.No fue malo el juego del Madrid durante la primera parte. El Espa?ol, que se recompone todav¨ªa tras la larga racha de lesiones que ha sufrido, jug¨® con cierto temor, y el Madrid puso en su f¨²tbol aires de iniciativa y de autoridad. A los veinte minutos hab¨ªa hecho ya intervenir algunas veces a ?Gato ? Fern¨¢ndez y le iba a hacer entrar en juego de forma m¨¢s decisiva: Cuesta derrib¨® a Santillana cuando ¨¦ste esperaba un centro alto para cabecear, y Pirri lanz¨® el correspondiente penalti. ?Gato? Fern¨¢ndez lo desvi¨® a c¨®rner. Quemaba con ello el Madrid su oportunidad, su excelente oportunidad de colocarse por delante en el marcador y de ganar la confianza que necesita.
Sin embargo, no fue esto lo que le hizo venirse abajo. A pesar del fall¨®, el Madrid sigui¨® funcionando como hasta entonces, con buen mando por parte de Vel¨¢zquez y Breitner y con un juego de conjunto aceptable que nunca pudo llegar a ser bueno del todo porque ni Vitoria ni Guerini contribu¨ªan a ello. El Madrid sigui¨® insistiendo en sus ataques y Breitner, a cinco minutos del descanso, fue objeto de otro penalti, que el ¨¢rbitro ya no, se atrevi¨® a se?alar. Al retorno de esta jugada que, como muchas otras en el segundo tiempo, le pillar¨ªa al Madrid a contrapi¨¦, Miguel Angel recurr¨ªa al agarr¨®n para evitar el gol de Cino, y Ortiz Aquino andar¨ªa m¨¢s espabilado que Pirri a la hora de transformarla.
La segunda parte, pues, se le presentaba al Madrid dif¨ªcil. Hab¨ªa que remontar un gol, y no hab¨ªa exceso de fuerzas ni de inspiraci¨®n para ello. Para colmo, a los cinco minutos de reanudado el juego, una falta lanzada por Cuesta la cabeceaba Ozorio en plancha a gol y dejaba todo pr¨¢cticamente decidido. Puesto otra vez el bal¨®n en juego, se pudo ver claramente que al Madrid le faltaba fe y que lo daba todo por perdido. Miljanic trat¨® de arreglar las cosas cambiando a .Guerini por S¨¢nchez Barrios. La medida de retirar a Guerini siempre debe ser aplaudida. El error es colocarle de salida y mantenerle hasta que se pierde por dos a cero para entonces dar entrada a otro hombre al que hasta ahora el yugoslavo lo ¨²nico que le ha permitido hacer es entrar en el reparto de las derrotas cuando ¨¦stas ya est¨¢n decididas. El Madrid, falto de juego, de fuerzas y de fe, se descompuso totalmente en esta segunda mitad. Canito, un casi juvenil que apunta muy buenas cosas, se beneficiar¨ªa de? despiste defensivo madridista para marcar el tercer gol de su equipo. Aunque un minuto despu¨¦s Roberto encontr¨® resquicio para cortar distancias de un cabezazo, este gol no supuso la consecuencia ni siquiera el principio de una reacci¨®n madridista, sino que lleg¨® aisladamente. El equipo sigui¨® jugando rematadamente mal-, con un Breitner enfadado con el ¨¢rbitro y olvidado del marcaje, un Vitoria despistado (lo estuvo desde el principio).y una defensa desastrosa, que permiti¨® a la inspirada delantera del Espa?ol un f¨²tbol preciosista que rentar¨ªa a los locales otro gol y que obligar¨ªa.a Miguel Angel a intervenciones apurad¨ªsimas, que evitaron que la goleada aumentara tanto como los desaciertos ante el gol de Amiano,. sustituto de Jerem¨ªas en los ¨²ltimos minutos. Miljanic volvi¨® a hacerse notar reeemplazando a Vel¨¢zquez por San Jos¨¦ con el partido m¨¢s decidido a¨²n .que cuando hab¨ªa hecho el otro cambio. ?Qu¨¦ pudo pretender con ello? Es todo un misterio, porque aunque en ocasiones toma decisiones descabelladas (por ejemplo, la de insistir en la titularidad de Guerini contra carros y carretas), es mucho, pensar que esperase que con la entrada de San Jos¨¦ el equipo marcara goles. ?Querr¨ªa presentar como culpable a Vel¨¢zquez? Tambi¨¦n parece raro, porque no lo fue, ni mucho menos.
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