Los partidos pol¨ªticos no aprueban el acuerdo Libia-FIAT
El ministro italiano de Comercio, Rinaldo Ossola, viajar¨¢ los pr¨®ximos d¨ªas 18 y 19 a Tr¨ªpoli. Aunque el se?or Ossola ha precisado que su visita a Libia no tiene nada que ver con la ¨²ltima operaci¨®n de este pa¨ªs con la Fiat, es de esperar que sus conversaciones con los dirigentes libios incluyan la compra de acciones que el pa¨ªs ¨¢rabe ha realizado a la primera compa?¨ªa italiana. El titular de Comercio se?ala, incluso, que su viaje estaba programado antes de ser nombrado ministro.
La escalada de dominio de Libia no es probable, ya que Agnelli, el patr¨®n de Fiat, puede contar con m¨¢s del 50 % repartido as¨ª: IFI (Financiera de la Familia Agnelli) controla el 33,6 % del capital social; Fundaci¨®n Agnelli, el 1,30 %; grupo Pirelli, el 4 %; Medioblanca, el 0,25 %, y, el IMI (Fondo de inversi¨®n), el 3 %.En total, el 42 %, que con algunos paquetes m¨¢s de la familia Agnelli y un par de paquetes americanos, supera el 50 %; es decir, el control absoluto de la sociedad. ?Son justificados los temores de Agnelli? Por si acaso, para consolarse, ha pasado el fin de semana con su amigo Rockefeller, presidente del Chase Manhattan Bank, quien un par de veces al a?o se da un paseo por Italia para hablar con pol¨ªticos y financieros.
Si Agnelli puede estar seguro de su bolsillo, se muestra m¨¢s preocupado por la l¨®gica en que su operaci¨®n se mueve. Es evidente que se mueve en la l¨®gica del capitalismo occidental. Ahora bien, ?se puede aceptar esta f¨®rmula a ojos cerrados en puertas de 1977 Italia responde as¨ª: los sindicatos quieren saber directamente si la operaci¨®n significa, en definitiva, desentenderse del pa¨ªs. Seg¨²n acuerdos ya firmados, quieren ser informados sobre la pol¨ªtica de inversiones, no creen en la acci¨®n parlamentaria y opinan que la operaci¨®n tiene que estar destinada a la reconversi¨®n industrial. Los republicanos quieren que el Gobierno diga en qu¨¦ contexto pol¨ªtico internacional se desenvuelve la operaci¨®n. Los socialistas ven un signo de despedazamiento del sistema industrial italiano. Los comunistas creen que la mitad de ese dinero quedar¨¢ fuera del pa¨ªs, denuncian la ausencia de una pol¨ªtica industrial y esperan nuevas relaciones internacionales en el Mediterr¨¢neo y con el tercer Mundo. Las inversiones Fiat sirven s¨®lo a aumentar la productividad, pero no la producci¨®n global. Argumenta que la Fiat ha aumentado los precios cinco veces en un a?o. Los democristianos quieren tambi¨¦n que del asunto se ocupe el Parlamento, pues ser¨¢ una ocasi¨®n para conocer el estado de salud de la industria. Los industriales aplauden y acusan a los partidos de provincianismo y de complejo de inferioridad, por no haber sido consultados.
La Bolsa, mientras tanto, va viento en popa. El viernes se pag¨® un t¨ªtulo ordinario de la Fiat a 2.092 liras. En Par¨ªs gan¨®-5,5 francos y en Francfort, 4,2 marcos. Un misterio queda por resolver: ?Por qu¨¦ los libios no han pretendido garant¨ªas de cambio y han aceptado la suscripci¨®n de obligaciones en liras con un inter¨¦s muy bajo qu¨¦ s¨®lo se logra de Gobierno a Gobierno, en divisas?
Ante lo que el semanario The Economist ha definido como la gadafizaci¨®n de Italia, se espera que el coronel Gadafi comience a construir su sonada colonia tur¨ªstica en el pelado y abrupto monte Bugeber en la isla de Panteller¨ªa, donde hace dos a?os compr¨® 140 hect¨¢reas a 240 liras el metro cuadrado, y el hotel llamado Las tres piedras. Tambi¨¦n entonces se habl¨® de atentado a la soberan¨ªa, por lo menos de la isla.
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