El cr¨¦dito oficial en la industria
En un coloquio recientemente celebrado en Madrid y patrocinado por la C¨¢mara de Comercio sobre el tema ?L¨ªneas de cr¨¦dito a la peque?a y mediana empresa?, un nutrido grupo de empresarios de la zona Centro se enter¨® -con asombro primero, y con irritaci¨®n despu¨¦s- que m¨¢s de 2.000 millones de pesetas de los fondos que el Banco de Cr¨¦dito Industrial distribuye a trav¨¦s de las Cajas de Ahorro quedar¨¢n este a?o sin utilizar debido a la falta de demanda adecuada.El hecho se comenta por s¨ª solo. Que en un a?o de las caracter¨ªsticas econ¨®micas de ¨¦ste, sobre cr¨¦dito oficial destinado a la peque?a y mediana empresa, s¨®lo muestra una realidad ya ampliamente constatada en otros sectores: el sistema de cr¨¦dito oficial est¨¢ irreversiblemente obsoleto. Y ello es as¨ª porque los criterios de rentabilidad y garant¨ªas carecen de flexibilidad. porque sus administradores no saben o no quieren saber que el cr¨¦dito oficial es un servicio p¨²blico pagado por todos los espa?oles. porque su estructura s¨®lo permite el acceso del gran empresario. porque los convenios de colaboraci¨®n establecidos por las Cajas de Ahorro son utilizados por ¨¦stas en su propio provecho, porque no existe informaci¨®n al p¨²blico sobre su funcionamiento. porque las culpas del ?asunto Matesa? las est¨¢n pagando los peque?os empresarios y en fin, porque la Banca oficial est¨¢ alejada de sus posibles clientes y separada de ellos por un cerco de formalismo, presiones pol¨ªticas y fantasmas del pasado.
La mediana y peque?a empresa absorbe el 60% de la mano de obra del sector y representa el 97% proceso industrial. Entre sus ventajas figuran su adaptabilidad y su funci¨®n creadora y distribuidora de riqueza. Tiene inconvenientes como la falta de garant¨ªas y su inestabilidad ante oscilaciones econ¨®micas externas. Pues bien, el Gobierno debe decidir si es interesante o no el apoyo a estas empresas. Si se decide afirmativamente, debe asumir los riesgos de tal revisi¨®n y hacer del cr¨¦dito oficial algo utilizable por ellas: un servicio p¨²blico que realice en la empresa que lo solicite sus propias estimaciones que asesore en la ordenaci¨®n de datos que se requieren, que agilice sus tr¨¢mites, que elimine intermediarios y que, en suma, demuestre que est¨¢ interesado en la labor y en el riesgo de la empresa tanto o m¨¢s que el propio empresario. Tambi¨¦n habr¨¢ que modificar los criterios sobre garant¨ªas exigibles: la peque?a y mediana empresa opera apoyada en la competencia del empresario en la oportunidad de sus decisiones. Un retraso en la avuda sol puede significar el final de la aventura y, hay que recordar que si cerrar una empresa es dif¨ªcil, crearla es dificil¨ªsimo.
Quiz¨¢ el destino m¨¢s justificado para los millones de cr¨¦dito oficial que han sobrado sea el de ayuda al paro generado precisamente por ellos.
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