Los profesores de Arquitectura defienden a Saenz de Oiza
El 21 de diciembre del a?o pasado un grupo de alumnos de quinto curso de la Escuela de Arquitectura decid¨ªan encerrarse en los locales del centro docente en se?al de protesta de las calificaciones de la asignatura Proyectos III, a cargo del se?or Saenz de Oiza. La prensa se hizo eco de aquel suceso por cuanto el encierro continu¨® durante las tradicionales fechas de Nochebuena y Navidad.
El pasado lunes. 17 de enero, ocho catedr¨¢ticos (V¨¢zquez de Castro, Fern¨¢ndez Alba, Vidaurrem, Aroca, Rubio Requena, Larrodera, Segui y Chueca Goitia), nueve adjuntos, entre ellos Sim¨®n Marchan y Carlos Sambricio y 76 profesores no numerarios de la mencionada escuela dirigieron un escrito al claustro de profesores en el que ofrecen una versi¨®n diametralmente distinta a la ofrecida por los encerrados.
?Conociendo la reuni¨®n extraordinaria del Claustro —se?alan al comienzo del escrito — para tratar el tema el pr¨®ximo lunes 17, le quieren hacer llegar las siguientes consideraciones:
1. Que contra el 93% de suspensos difundidos por dichos alumnos y el pretendido numerus clausus con el que se quiere explicar este resultado, la realidad es, seg¨²n datos de la propia C¨¢tedra, que de cuatrocientos alumnos matriculados solamente doscientos han tenido alg¨²n tipo de contacto acad¨¦mico con la misma, de los cuales han superado el curso con normalidad 135 que representa el 66% de los mismos. Con referencia a los alumnos libres, sin tener datos precisos por la carencia de las listas oficiales, los porcentajes son semejantes.
2. Aclarado lo anterior, que remos expresar nuestra repulsa por el m¨¦todo seguido por el grupo de alumnos suspendidos para luchar contra la supuesta injusticia, sobre todo por los siguientes extremos:
a) La difusi¨®n p¨²blica dada por el citado grupo a una versi¨®n tergiversada de los datos y circunstancias del problema.
b) Las argumentaciones empleadas por este grupo de alumnos no son las de su conocimiento de la materia, y por ello hacen sospechar que efectivamente carecen de ¨¦l, dado que el peso de dichas argumentaciones recae sobre temas de marcada condici¨®n progresista, defendidos no por su evidente importancia, sino para encubrir con ellos unos intereses puramente personales: en definitiva, lograr con este camuflaje acceden a las clase de titulado, que piensan les reportar¨¢ suficientes beneficios.
c) Confirma lo anterior las manifestaciones p¨²blicas hechas por profesionales de ambigua trayectoria que, actuando a t¨ªtulo puramente individual, se permitieron, sin embargo, juzgar no s¨®lo el tema planteado, sin la capacidad docente del profesor Saenz de Oiza, la del profesorado de la Escuela en general e incluso llegando al insulto. Estas actuaciones se explican por la peculiar personalidad de los aludidos, pero, sobre todo, al saber que tienen intereses personales en el tema, naturalmente no confesados.
d) Creemos que en la actual circunstancia cr¨ªtica de la Escuela como instituci¨®n tendr¨¢ necesariamente que replantearse su funci¨®n social y p¨²blica como respuesta a los cambios sociales por los que atraviesa el pa¨ªs, pero la aceptaci¨®n de las reivindicaciones acad¨¦micas de este grupo de alumnos significa ahondar el deterioro progresivo en el que la Escuela est¨¢ inmersa, dado que implica sustituir el pacto conocimiento-t¨ªtulo por el de chantaje-t¨ªtulo soluci¨®n que aleja a¨²n m¨¢s a la Escuela de su misi¨®n colectiva.?
Los firmantes, tras analizar el tema planteado, pasan a rese?ar una serie de problemas de ¨ªndole m¨¢s general y de car¨¢cter institucional como son los de criticar a los ¨®rganos directivos de la Escuela que ?al parecer, s¨®lo reaccionan ante situaciones de fuerza y que p¨²blicamente pongan en duda su prestigio, la indiferencia ante los problemas reales se refleja en la carencia de organismos representativo y democr¨¢ticos de todos los estamentos escolares?.
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