La administraci¨®n de la sociedad, culpable
El pasado de la sociedad, en el que la mala administraci¨®n econ¨®mica fue la t¨®nica general de las distintas Juntas directivas, comenz¨® cuando se Intent¨® impulsar una organizaci¨®n que ya era famosa en todo el continente americano y europeo. En dicho impulso se realizaron numerosos contratos con clubs deportivos nacionales, organizaciones privadas de tipo tur¨ªstico y deportivo y otras sociedades que los socios podr¨ªan disfrutar s¨®lo con su t¨ªtulo patrimonial de unas 66.000 pesetas.La magnitud de la obra que se quer¨ªa realizar y las fuentes de ingresos, basadas en las citadas cuotas spciales, oblig¨® a romper los acuerdos entre YMCA y otros grupos, hecho que promovi¨® las protestas de varios socios que se vieron enga?ados, seg¨²n manifestaron algunos de ellos a EL PAIS. Seg¨²n publicaba S¨¢bado Gr¨¢fico el mes de abril del pasado a?o, los socios se encontraron con que eran despedidos del club Entrepicos, con el que te¨®ricamente hab¨ªa un acuerdo: no pod¨ªan entrar en YMCA-Norte, situado en Punta Galea, al cerrarse por falta de rentabilidad, ni participar de las instalaciones del club Canoe y el hotel Don Quijote, por causas similares.
A esta falta de instalaciones sobre los proyectos presentados a los socios, a los que en principio se les ofrec¨ªa hasta once centros en los que pod¨ªan practicar todo tipo de deportes, se sum¨® el cierre de las oficinas de la calle de Vel¨¢zquez y otras instalaciones que YMCA pose¨ªa en Madrid y su provincia. Sobre los locales de Vel¨¢zquez, la junta directiva, presidida por Luis Angel de la Viuda, informaba a los socios, en julio de 1975, que ?en cumplimiento de las recomendaciones de la Asamblea, enajenamos aquellos locales, con lo que pusimos al corriente la deuda que exist¨ªa con Lobato y Bua, SA, sociedad que nuevamente mostr¨® su comprension por nuestros problemas y simpat¨ªa por nuestra Asociaci¨®n?. Asimismo comunicaba a los socios que en la Asamblea General de M¨¢laga se les manifest¨® la imposibilidad de seguir subvencionando su presupuesto, de manteniemiento, hecho que motiv¨® el estudio de constituir YMCA-M¨¢laga, totalmente aut¨®noma.
La citada informaci¨®n terminaba con el anuncio de la retirada del club de baloncesto YMCA de la Primera Divisi¨®n ?por el costo considerable que representaba?, y la imposibilidad de construir en un terreno, comprado con la aportaci¨®n de Alianza Mundial, en Pozuelo de Alarc¨®n, al estar afectado por la zona de expansi¨®n de la Casa de Campo y sometido a unas Juntas de Compensaci¨®n ?que en su d¨ªa nos conceder¨¢n un ¨¢rea construible?.
Peticiones de cr¨¦ditos
Ante el intento de mantener las instalaciones ofrecidas en su d¨ªa y a pesar del presupuesto que ello supon¨ªa, la Asociaci¨®n Cristiana de J¨®venes solicit¨® diversos cr¨¦ditos tanto de Alianza Mundial, organismo director de todas las YMCAS, como de la Secretar¨ªa General del Movimiento, a trav¨¦s de la Delegaci¨®n Nacional de la Juventud.
Asimismo se pidieron ayudas a la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorro y a otras entidades bancarias.
Para la captaci¨®n de nuevos socios y el descuento de las letras adeudadas por ¨¦stos, a quienes se sube progresivamente la tasa de mantenimiento, se contrata a trav¨¦s de una sociedad, Corporaci¨®n Europea de Marketing, acuerdos con diversas financieras y empresas.
Estas empresas, Fib¨¦rica, SA; Servisa, Incresa, Banco de Descuento, y posiblemente, alguna m¨¢s, descuentan varios millones de letras a YMCA, que recibe a cambio cantidades que oscilan alrededor del 50 %, en mano, gracias al sistema usado: el factoring.
Las compa?¨ªas contratadas se dedican a cobrar las letras y trimestralmente hacen liquidaciones a Corporaci¨®n Europea de Marketing, descontando los intereses acordados y la parte proporcional de la cantidad entregada en el momento del acuerdo. Durante los primeros meses todo va bien y las liquidaciones se hacen con perfecta normalidad. Tras la decisi¨®n tomada en diciembre de 1974 de obligar a pagar a, los socios la tasa de mantenimiento, aunque por la fecha de la incorporaci¨®n muchos de ellos estaban eximidos de tal pago, tal como les ofrecieron al entrar, los socios se van dando de baja, bien mediante la petici¨®n de que YMCA les venda el t¨ªtulo patrimonial o, simplemente, mediante la negaci¨®n a pagar las letras ?por incumplimiento de contrato?.
Las financieras protestan
?A los que se ha perjudicado no es a los socios, sino a nosotros, que hemos tenido que vender las financieras ante la falta de pago de todos estos se?ores. Si nos metimos en el aunto YMCA fue porque, a diferencia de otros pa¨ªses donde YMCA s¨®lo sirve para tener guarder¨ªas para la gente trabajadora, en Espa?a se pens¨® de otra forma, y el precio hac¨ªa que la gente tuviera mayor categor¨ªa?, manifest¨® a EL PAIS Luis Lamana, socio fundador de Fib¨¦rica y Servisa.
?Nuestros primeros contactos con la sociedad YMCA (nosotros no distinguimos entre Corporaci¨®n Europea de Marketing e YMCA, ya que, como sabr¨¢, varias personas estaban en las Juntas directivas de ambas organizaciones) fue a ra¨ªz de una llamada del se?or Galeote, en la que nos ofreci¨® un contrato para descontar letras por un valor cercano a los cuarenta millones. El sistema que nos ofrecieron fue uno que desconoc¨ªamos, llamado facioring; lo estudiamos y aceptamos. Meses despu¨¦s todo se ven¨ªa abaj¨®, ya que los socios, en un n¨²mero que alcanz¨® el 80 %, se negaron a pagar?, inform¨® por su parte el director de Fib¨¦rica, se?or Del Campo.
Tras los primeros contactos con Jos¨¦ Galeote, secretario ge neral de YMCA, socio fundador de Corporaci¨®n Europea de Marketing y ¨²nico representante reconocido por Alianza Mundial en Espa?a, las financieras Fib¨¦rica y Servida, comenzaban a funcionar con cuarenta millones de pesetas en letras, ?s¨®lo despu¨¦s de haber entregado a Corporac¨ª¨®n veinte millones de pesetas, que luego ten¨ªamos que recuperar. A pesar de la cantidad, excesiva para nosotros, nos metimos, y ahora nos encontramos con que nos hemos arruinado debido a los cr¨¦ditos que tuvimos que pedir para intervenir en la operaci¨®n y los intereses que se han creado, que nos hacen perder anualmente hasta cinco millones de pesetas. Ni siquiera el comprador de las financieras, cuando hizo la operaci¨®n, el pasado a?o, acept¨® quedarse con el asunto YMCA y otros que, en menor cuant¨ªa, son deficitarios?. manifest¨® el se?or tamar¨ªa, que a?adi¨®: ?Es el colmo que los socios de YMCA se nieguen a pagar. Si ten¨ªan algo contra YMCA pod¨ªan haber presentado una demanda contra ella, pero no dejarnos de pagar, ya que en ese caso los estafados somos nosotros, y no ellos?.
Relaciones YMCA-Fib¨¦rica
Ante esta satuaci¨®n, Fib¨¦rica, a trav¨¦s de sus socios fundadores, intent¨® poncirse en comunicaci¨®n con YMCA. ?Despu¨¦s de pasar varias semanas busc¨¢ndoles, llegaron a preguntarnos que, qui¨¦nes ¨¦ramos. Poco despu¨¦s ya pudimos esablecer contacto con alquien que estaba enterado, aunque no conseguimos ninguna soluci¨®n. Incluso fuimos a ver al secretario de Adolfo Su¨¢rez, cuando ¨¦ste era ministro y hab¨ªa dejado ya la presidencia de YMCA-Espa?a?, dijo Luis Lamana. ?Nos dijeron que el se?or Su¨¢rez hab¨ªa aceptado el cargo de presidente por cari?o a YMCA, cosa que es verdad, porque no ten¨ªa ning¨²n poder.?
Sin embargo, y tal como se public¨® en algunas revistas y figura en los estatutos de YMCA, al presidente de la Junta Directiva compete, entre otros diez puntos, ?firmar juntamente con el secretario general. nacional, todos los documentos y escrituras de car¨¢cter p¨²blico o privado que afecten a la YMCA de Espa?a?.
?YMCA no tiene dinero, dan a entender que ha habido una mala administraci¨®n y por eso no podemos intentar siguiera reintegrar las letras. S¨®lo nos queda cobrar la mayor cantidad posible de ¨¦stas a los socios, y como se niegan, ir contra ellos, ya que, al parecer, prefieren dejar de pagar algo que firmaron, a encararse con YMCA, por las personalidades que han, ocupado cargos en la organizaci¨®n?, finaliz¨® el se?or Lamana. Asimismo dicho abo gado inform¨® de un pr¨¦stamo realizado por la financiera YMCA ?por valor de cuatro millones, que a¨²n no hemos podido cobrar?. Esta cantidad, seg¨²n ampli¨® posteriormente el se?or Del Campo, director de la Compa?¨ªa, fue para pintar los locales de la carretera de Andaluc¨ªa.
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