Las formas tect¨®nicas de Amadeo Gabino
La Feria Internacional de Arte en Metal de Valencia, en su XII edici¨®n, sigue manteniendo una interesante aportaci¨®n que se inici¨® con su primer certamen ferial. Cada a?o, junto a las dem¨¢s manifestaciones propiciadas por la feria, se reserva un recinto a una exposici¨®n monogr¨¢fica de un escultor de relieve que haya elevado el metal a la aut¨¦ntica categor¨ªa de arte. Las m¨¢s reputadas figuras de nuestra escultura van desfilando, una a una, por esta sala de honor. Al igual que en 1974 se hizo con Pablo Serrano y en 1975 con Andreu Alfaro, este a?o ha sido distinguido con este honor Amadeo Gabino, valenciano de nacimiento y madrile?o de adopci¨®n, que cuenta con una amplia trayectoria de labor escult¨®rica nacional e internacional.La escultura espa?ola ha tenido dos grandes momentos cumbres en este siglo. Pese a que sus manifestaciones no siempre han sido abundantes ni han recibido el apoyo moral y art¨ªstico que deb¨ªan merecer, podemos afirmar que los dos hitos de la misma coinciden, como en tantas otras cosas, con dos generaciones de peso.
La primera corresponde a aquellos que, habiendo nacido a fines del siglo pasado, transformaron te¨®rica y pr¨¢cticamente su misma, esencialidad, renovaron su lenguaje y abrieron las puertas a una nueva manera de entender lo escult¨®rico. Nos referimos a Julio Gonz¨¢lez, Pablo Gargallo, Alberto S¨¢nchez, Angel Ferrant, Apeles Fenosa, Manolo Hugu¨¦ y algunos otros que dudaron entre el clasicismo y la renovaci¨®n formal. La segunda promoci¨®n corresponde a esa estela de escultores entre los que se encuentran Oteiza, Chillida, Pablo Serrano Alfaro, Amador, Chirino, Subirachs, Marcel Mart¨ª, VilIblia, Frechilla, J. L. S¨¢nchez, Berrocal, Corber¨®, Feliciano... Todos ellos nacidos en este siglo y analistas de los lenguajes de su hora y de las posibilidades expresivas de los nuevos materiales y t¨¦cnicas.
Dentro de estas coordenadas es donde podemos situar el trabajo de Amadeo Gabino, ampliamente exhibido a manera de antolog¨ªa en la muestra de Valencia, que agrupa obras del per¨ªodo 1960-1977. Hasta la d¨¦cada de los sesenta, Gabino, nacido en la capital del Turia en 1922, sigue una carrera m¨¢s o menos acad¨¦mica, fruto de la formaci¨®n recibida en la Escuela Superior de Bellas Aretes de San Carlos y en el estudio de su padre, tambi¨¦n escultor. Pero los sucesivos viajes a Italia, donde se encuentra con Marino Marini y Carlo Carr¨¢; a Par¨ªs, donde descubre la vanguardia de los a?os cincuenta; a los pa¨ªses centroeuropeos, el encuentro con Max Ernst en Venecia y el contacto con Lucio Fontana en Mil¨¢n, as¨ª como sus prolongadas estancias en Estados Unidos y Alemania, consiguen salvar el puente. cultural que nuestra posguerra hab¨ªa destruido, margin¨¢ndonos del resto del mundo Por diez a?os, Gabino abandona su propio trabajo para iniciarse en el qu¨¦ y el c¨®mo de la escultura contempor¨¢nea. Enlaza -gracias a sus estudios de la arquitectura y la escultura del siglo XX- las dos generaciones antes aludidas, se paradas en nuestro pa¨ªs por las consecuencias traumatizantes de la guerra. Gabino busca y encuentra un lenguaje af¨ªn a sus dotes, a su sensibilidad y a su tiempo. Como signo emplear¨¢ la chapa met¨¢lica, como significantes los muchos, derivados de la ¨¦poca tecnol¨®gica. Esta s¨ªntesis formal adoptar¨¢ distintos soportes, m¨¢s po¨¦ticos en ocasiones m¨¢s tecnificados en otras, pero siempre con esa est¨¦tica que consigue arrancar del metal un mundo lleno de sugerencias y s¨ªmbolos polivalentes. Gabino no quiere ir contra corriente. No se ha obstinado en defender unos c¨¢nones que por tradici¨®n familiar o acad¨¦mica pudiera haber hecho sobrevivir. Comprendi¨® hace m¨¢s de veinte a?os que el aqu¨ª y el ahora tienen una morfolog¨ªa propia que no se elabora con principios y materiales obsoletos. Toma del repertorio iconol¨®gico de la civilizaci¨®n t¨¦cnica aquellos elementos que puede transfigurar con su propia po¨¦tica, viviendo directamente todo el proceso de elaboraci¨®n desde la selecci¨®n y corte de la plancha, hasta su soldadura con soplete, aceptando los condicionantes artesanos y las exigencias t¨¦cnicas que estos materiales y su tratamiento pueden implicar.
Hacia la curva.
Con sus desnudas estructuras f¨¦rreas de neoplasticistas evocaciones y sus homenajes a Vasarely, inicia un proceso constructivo que se ir¨¢ suavizando en lo que a angulosidades corresponde y redondeando en lo que a protuberancias y oquedades se refiere. Poco a poco la plancha, sus recortes, sus abombamientos, sus soldaduras, sus remaches, su manejo, dejan de ofrecer dificultad al escultor y tienden a una libre elaboraci¨®n compositiva. Da fantas¨ªa al hierro y al acero e imaginaci¨®n a la forma y sus variables. Con la m¨¢xima libertad creadora, buscando una rica simbolog¨ªa que acent¨²e la dial¨¦ctica de lo interior y lo exterior, la introversi¨®n y la extroversi¨®n, lo visible y lo oculto, lo transparente y lo opaco, lo brillante y lo mate, Gabino conforma Armaduras, Estelas, Vibraciones, sus grandes murales, sus Yelmos o sus evocaciones planetarias corporeizadas con la serie Marte, de m¨²ltiples y variadas composiciones. La ¨²ltima etapa, presidida por un homenaje pl¨¢stico a la tecnolog¨ªa actual, ha culminado con la creaci¨®n de grupos escult¨®ricos bautizados con nombres de naveses paciales. Los Apolo y G¨¦minis son, al decir de V. Aguilera Cerni, ?met¨¢foras corp¨®reas de la era cient¨ªfica y tecnol¨®gica?. La meditaci¨®n sobre el espacio, descubierta en escultura por nuestra primera generaci¨®n con la elaboraci¨®n a nivel terrestre del hueco y la masa, es macrodimensionalizada por Gabino con una evocaci¨®n del espacio c¨®smico que ¨¦l expresa con esos cr¨¢teres en permanente erupci¨®n que se dirigen hacia el infinito.
Gabino ni robotiza la escultura ni esculturiza la tecnolog¨ªa, simplemente busca entre lenguaje escult¨®rico y manifestaciones t¨¦cnicas aquellos nexos de uni¨®n que formal y simb¨®licamente den con la tan deseada hip¨®stasis entre espacio y tiempo.
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