II Encuentro de Polifon¨ªa, en Cuenca
Hablar del II Encuentro Nacional de Polifon¨ªa celebrado en Cuenca, certamen que organiza la Secci¨®n Nacional de Centros Docentes de la Juventud, es grato para el cr¨ªtico por lo que tiene de ejemplar. Los j¨®venes enriquecen as¨ª su patrimonio espiritual y hacen reflexionar a los mayores. Una manifestaci¨®n coral de esta envergadura nos obliga a pensar en la existencia de cosas que justifican, a pesar de su aparente inutilidad, la presencia del hombre sobre la Tierra.
La actividad coral, cultivada m¨¢s o menos ordenadamente en los Colegios Menores, empez¨® a canalizarse hace siete a?os. En 1970 tuvo lugar en Badajoz el I Certamen Nacional de Coros. Desde entonces hasta hoy se han celebrado ocho confrontaciones de esta naturaleza. Una serie de fases locales, por sectores geogr¨¢ficos, conducen finalmente a los grupos seleccionados al encuentro nacional, cuya segunda edici¨®n acaba de tener lugar, como el a?o pasado, en la ciudad de Cuenca.Coros mixtos procedentes de Colegios Menores de Alicante, Burgos, Ciudad Real, Cuenca, Pontevedra y Zaragoza, realizaron la exhibici¨®n final en la iglesia de San Pablo. Estas seis corales hab¨ªan sido seleccionadas entre veinti¨²n coros participantes en el certamen previo, con un total de novecientos cantores.
Como quiera que se trata de grupos juveniles no profesionales, chicos que han sacrificado muchas horas de su tiempo libre para obtener tan buenos resultados en una dif¨ªcil labor de acoplamiento musical, hay que felicitar a todos por el esfuerzo. Es justo proclamarlo porque este a?o las bases del Encuentro han cambiado, con muy buen criterio de los organizadores. Ahora se exige que las obras presentadas puedan encuadrarse en el ¨¢mbito de lo que podr¨ªamos llamar polifon¨ªa al modo cl¨¢sico o renacentista. Por supuesto, con esta norma, se eleva enormemente el nivel art¨ªstico del certamen.
Resulta emocionante o¨ªr a estos chicos y chicas entonar las human¨ªsimas canciones de Juan del Encina, del m¨ªstico Tom¨¢s Luis de Victoria, del garcilasiano Juan V¨¢zquez, del ingenuo y popular Francisco Guerrero, del monteverdiano Brudieu, de Soto de Langa, de Fletxa el Viejo... Contemplar c¨®mo surgen de las viejas partituras las piezas del Cancionero de Palacio, del Cancionero de Upsala, verlas reverdecer en las limpias voces j¨®venes.
Gracias, maestros Ferriz Mu?oz, Rodr¨ªguez Villaroel, Cano Zarco, Fuente Charfol¨¦, Guerra de Orcajo, Soria Gasca. Vuestra labor merece encendido aplauso.
Un bello d¨ªa, en fin, que comenz¨® en la iglesia de San Miguel con la Misa de la Juventud, de Crist¨®bal Halffter, en la que participaron los coros invitados y los Grupos de Percusi¨®n y Viento de la Orquesta Sinf¨®nica de la RTVE, todos bajo la direcci¨®n de Pablo L¨®pez de Osaba, uno de los hombres clave, por preparaci¨®n y seriedad, de los Encuentros de Cuenca.
Los mismos int¨¦rpretes cerraron el certamen en la iglesia de San Pablo. Los Grupos de la RTVE interpretaron con maestr¨ªa El trompeta voluntario de the fairy Queen, de Purcell y, finalmente, todos, la conmovedora cantata In memoriam Anaick, de Crist¨®bal Halffter. Toda una marca de elevado arte musical y tambi¨¦n de buena organizaci¨®n.
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