La gallina y la oruga

Alegr¨¦monos. El deporte ya se trata en Presidencia de Gobierno. Aunque parezca mentira ir¨¢ al Consejo de Ministros del viernes. Lo que no se sabe, y eso parece verdad, es c¨®mo. En cierto modo es l¨®gico, porque seguimos con el apartado -nunca mejor dicho- llamado deporte, que debe molestar lo menos posible y a la vez ser una especial gallina de los huevos de oro para los dem¨¢s.La autonom¨ªa, por lo visto, da miedo en Hacienda, pues el deporte, desde el f¨¹tbol, panacea, hasta la ¨²ltima especialidad, mueve demasiado dinero por s¨ª solo. En principio no deber¨ªa desbocarse, sobre todo porque hasta el momento se ha abastecido con las quinielas del bal¨®n redondo, pero podr¨ªa suceder que los clubs de f¨²tbol reclamasen un dinero que no tiene por qu¨¦ ir al voleibol, pongamos por caso, y entonces llegar¨ªa la realidad de que el Estado tendr¨ªa que sostener el tinglado. Ser¨ªa, claro, matar la gallina de los huevos de oro y crear una oruga, cada vez m¨¢s voraz, que no pasar¨ªa nunca a cris¨¢lida. Un peligroso elemento, en fin, cuando ?Juan Pueblo? pidiera responsabilidades.

Lo de menos es que el deporte est¨¦ regido por una subsecretar¨ªa o una direcci¨®n general; que tenga un director y cinco subdirectores o un director, un secretario general y cuatro subdirectores. Lo importante es que no se politice el deporte y que en este pa¨ªs, de una vez, el ni?o de edad escolar, el universitario, el trabajador o el anciano, sepa d¨®nde, c¨®mo y cu¨¢ndo puede hacer deporte sin que le cueste un ojo de la cara ni pierda m¨¢s tiempo del imprescindible a que llevan los estudios o el pluriempleo.

Finales de la Copa de la UEFA, combates Clay-Evangelista y dem¨¢s espect¨¢culos deportivos, aparte. El deporte ?de ver?, no da problemas.