El caciquismo pol¨ªtico desapareci¨® a principios de siglo
La elecci¨®n en Barcelona, en el lejano 1901, de la candidatura de los ?cuatro presidentes? represent¨® para la ciudad condal el fin definitivo del caciquismo pol¨ªtico existente hasta aquel momento, as¨ª corri¨® el inicio de un per¨ªodo triunfante para el partido que entonces encarnaba el catalanismo pol¨ªtico: la ?Lliga Regionalista?.
Desde aquella fecha, y desde un punto de vista historiogr¨¢fico, no cabe la menor duda de que no existe caciquismo pol¨ªtico en Barcelona, salvo escasos epicen¨®menos que curiosamente, se pueden dar en el marco de alguna ?casa regional? que agrupa a inmigrantes procedentes de otras zonas de Espa?a.
Por lo que respecta a las zonas agrarias catalanas es de se?alar que aquella fecha de 1901 no represent¨® la sustituci¨®n del caciquismo de los partidos turnantes por la implantaci¨®n de un partido conservador moderno, corno fue la ?Lliga?, sino que ¨¦sta se aprovech¨® -por lo menos hasta 1919- de la anterior estructura caciquil. No obstante, la ruptura radical y popular de 1901 marc¨®, pese a esta leve salvedad en el marco agrario, al conjunto de la pol¨ªtica catalana.
Circunstancias m¨¢s inmediatas han hecho que, por otro lado, no sea posible en estas elecciones. la utilizaci¨®n, m¨¢s o menos caciquil, de la mayor¨ªa de los alcaldes franquistas. En efecto, la ¨²nica persona que contaba con un apoyo entusiasta entre los trescientos alcaldes de la provincia de Barcelona, ganada en base a una meritoria labor, era Juan Antonio Samaranch. Su ef¨ªmero partido ?Concordia Catalana?, fue calificado en base a ello de ?partido de los alcaldes franquistas?. La desaparici¨®n de Samaranch de la escena pol¨ªtica electoral implic¨® tambi¨¦n la pr¨¢ctica desaparici¨®n del inter¨¦s que pod¨ªan tener numerosos alcaldes en beneficiar a la persona que contaba con sus preferencias personales.
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