Se agrava la crisis social y pol¨ªtica, en Colombia
La grave crisis pol¨ªtica y social por la que atraviesa Colombia ha evolucionado negativamente en pocas horas, a causa de la huelga de los trabajadores de la industria petrol¨ªfera, en demanda de mejoras sociales y de readmisi¨®n de cuarenta obreros despedidos por la empresa estatal Ecopetrol. El paro, centrado en la zona de Barrancabermeja y declarado ilegal por el Gobierno, tuvo un comienzo sangriento: un soldado result¨® muerto por francotiradores y varios obreros resultaron heridos en choques con la polic¨ªa. Un gasoducto de una empresa norteamericana fue volado a doce kil¨®metros de Barrancabermeja.La huelga (segunda en importancia despu¨¦s de la que paraliz¨® al pa¨ªs el pasado 14 de septiembre) coincide con la soluci¨®n provisional dada por el presidente L¨®pez Michelsen a la crisis de Gobierno, que provoc¨® la dimisi¨®n, el fin de semana ¨²ltimo, de cuatro ministros: Interior, Hacienda, Agricultura y Minas. El presidente ha nombrado para los nuevos puestos a dos pol¨ªticos conservadores y dos liberales. Observadores de la situaci¨®n colombiana coinciden en afirma que, a pesar de la remodelaci¨®n del Gabinete, la crisis no est¨¢ re suelta y tiene ra¨ªces mucho m¨¢s profundas, que son las que motivaron el ?minibogotazo? del pasado d¨ªa 14, en el que murieron al menos veinte personas, centenares resultaron heridas y 5.000 fueron detenidas.
El poder adquisitivo de los salarlos ha disminuido alarmantemente. El costo de la vida ha aumentado el 31% en lo que va de a?o. En la pasada huelga del d¨ªa 14, las centrales sindicales, de las que existen cuatro en Colombia, dos de tendencia moderada y dos m¨¢s izquierdistas, plantearon al Gobierno un aumento del 50% de los salarios m¨ªnimos; fijados por la Administraci¨®n. La ¨²nica concesi¨®n del Gabinete de L¨®pez Michelsen fue la equiparaci¨®n de los salarlos del sector agr¨ªcola, anteriormente fijados en 55 d¨®lares (unas 4.700 pesetas), a los de la industria, establecidos en 59 d¨®lares (alrededor de 5.000 pesetas).
Junto a los graves problemas de ¨ªndole social y econ¨®mica, existe una muy confusa situaci¨®n pol¨ªtica, que resta mucho poder al Gobierno para poder encarar con seguridad la crisis. Las cr¨ªticas al Gobierno de L¨®pez Michelsen (65 a?os), liberal; se hacen cada vez m¨¢s duras y llegan desde todos los sectores del pa¨ªs. Incluso existen divisiones e n el seno del propio Partido, Liberal, actualmente en el poder, y que junt¨® con el Conservador, son los que alternativamente gobiernan en Colombia en virtud del pacto constitucional, suscrito en 1958 por ambas fuerzas pol¨ªticas tras el derrocamiento de Rojas Pinilla.
Ni su propio partido, ni los trabajadores, ni los empresarios apoyan al Gobierno de L¨®pez Michelsen. El ¨²ltimo y m¨¢s virulento ataque a la pol¨ªtica del actual Gabinete lleg¨® desde la Asociaci¨®n Nacional de Industriales de Colombia, la m¨¢s poderosa patronal del pa¨ªs, que acus¨® al presidente L¨®pez Michelsen de provocar la grave crisis econ¨®mica por la que atraviesa la naci¨®n y de no tomar ninguna medida contundente contra la cada d¨ªa mayor corrupci¨®n existente en la Administraci¨®n.
Incluso entre los sectores militares, en los que se hab¨ªa asentado tradicionalmente la defensa de las estructuras democr¨¢ticas colombianas y a los que ha aludido en varias ocasiones el propio presidente como garant¨ªa de su estabilidad, parecen producirse fisuras. Hace unos d¨ªas, un militar retirado de cierto prestigio, el general Valencia Tovar, formul¨® unas declaraciones en las que acus¨® a los partidos pol¨ªticos tradicionales de ?desgastados e incapaces?, y se mostr¨® dispuesto a participar en las pr¨®ximas elecciones presidenciales de agosto de 1978, apoyado por sectores derechistas del pa¨ªs. A ra¨ªz de estas declaraciones, portavoces gubernamentales y de las fuerzas armadas desmintieron categ¨®ricamente cualquier tendencia ?golpista? del ej¨¦rcito colombiano y se mostraron abiertamente partidarios de la defensa del Gobierno constitucional.
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